Quién ordenó que se colocara la Campana de Dolores en Palacio Nacional

La campana que año con año se toca el 15 de septiembre en Palacio Nacional, es la misma que el cura Hidalgo tocó la madrugada del 16 de septiembre para iniciar la Guerra de Independencia

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La Campana de Dolores fue colocada en Palacio Nacional en 1896.
La Campana de Dolores fue colocada en Palacio Nacional en 1896.

Año con año, el presidente en turno de la República Mexicana, sale al balcón principal de Palacio Nacional, el 15 de septiembre, para conmemorar un aniversario más del inicio de la Guerra de Independencia. El mandatario lanza algunos “vivas” y toca la campana que se encuentra ubicada en dicho balcón.

Este año, el turno fue del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), quien dio el “grito” sin gente en el Zócalo capitalino, y solamente con algunos invitados, entre ellos, su gabinete presidencial, esto por la pandemia de COVID-19 que se vive en México y el mundo.

Sin embargo, pocas veces se ha dado la explicación del origen de la campana que se hace sonar para recordar cuando hace más de 200 años el cura Hidalgo también la tocó llamando a la población a levantarse en armas en contra del gobierno español.

Es importante mencionar que en primer término, la campana no es propiamente una “campana” sino que es un esquilón. Un esquilón se refiere a una esquila o cencerro de gran tamaño que se emplea para convocar a los actos de ciertas comunidades como conventos, cenobios o lugares de tipo religioso.

Porfirio Díaz fue quien ordeno que se colocara el esquilón. REUTERS/Toya Sarno Jordan
Porfirio Díaz fue quien ordeno que se colocara el esquilón. REUTERS/Toya Sarno Jordan

Aclarado este punto, es importante señalar que el esquilón que se hace sonar en Palacio Nacional año con año, es el mismo que sonó durante la madrugada del 16 de septiembre de 1810. Dicho esquilón fue encargado para su fundición por el cura Atanasio Sánchez Villela en 1768, año en que éste mismo religioso lo bautizó con el nombre de “Esquilón de San Joseph”, aunque popularmente se le conoce como “Campana de Independencia” o la “Campana de Dolores”.

Fue en 1896 cuando el expresidente Porfirio Díaz Mori ordenó el traslado del esquilón a Palacio Nacional, para tener la célebre tradición de que cada 15 de septiembre se hiciera sonar la “campana” como parte de las ceremonias y festejos que conmemoran el inicio de la Guerra de Independencia.

La campana tiene un peso de 780 kilogramos, un diámetro de poco más de un metro y una altura de 1.60 metros.

En 1960, Adolfo López Mateos, entonces presidente de la República, mandó a que se fabricaran 32 copias exactas de la campana original, una por cada entidad del país, mas una que se instaló en la ahora parroquia de Dolores Hidalgo, en Guanajuato.

Cómo fue el traslado del esquilón a Palacio Nacional

Como ya se mencionó, en 1896 la campana que fue tocada por el cura Hidalgo para llamar a la población a iniciar la Guerra de Independencia, fue trasladada a la Ciudad de México con la finalidad de incorporarla a las celebraciones patrias.

Porfirio Díaz  (Foto: INAH)
Porfirio Díaz (Foto: INAH)

El traslado desde el humilde campanario de la comunidad guanajuatense, sitio que vio congregados a los primeros mártires de nuestra autonomía, se llevó a cabo en medio de un amplio despliegue militar y resultó ser una novedad conmovedora para las festividades cívicas.

Momentos previos al arribo de la campana de Dolores a la Ciudad de México, una multitud situada a los alrededores de la polémica Glorieta de Colón, sobre avenida Paseo de la Reforma, era organizada para definir la comitiva de quienes debían desfilar con la campana de la Independencia, a través de Avenida Juárez y hasta Plaza de la Constitución.

La comitiva se componía de siete grupos que ostentaban diversos distintivos simbólicos referidos a la patria. Las entidades de la República estaban representadas por numerosas comisiones y gremios del país. Entre el sexto y séptimo grupo, tirado por seis caballos ingleses del más fino porte, rodaba el carro alegórico que contenía la significativa reliquia, el cual fue engalanado con sus ruedas y lanza cubiertas de oro, mostrando al frente el escudo nacional, además de múltiples trofeos de guerra, uno de los cuales estaba formado por el cañón que usó el Padre de la Patria: el cura Miguel Hidalgo y Costilla.

La Campana de Dolores, adornada con una amplia corona de laurel dorado, descansaba sobre un haz de banderas tricolores. Su trayecto hacia el Zócalo era custodiado por una división al mando del general Alfonso Flores, algunos de cuyos cuerpos formaron valla en todas las calles que recorrió la inmensa comitiva.

El acto oficial se efectuó en presencia del general Porfirio Díaz y su gabinete. El presidente dirigió unas breves frases y estableció que desde ese momento, año por año, la campana sería resonada para recordar a los patriotas iniciadores de nuestra emancipación, petición que se cumple hasta la fecha.

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