Independencia de México: la bella aristócrata que convenció a Iturbide y la insurgente detrás de las 2500 mujeres espías

La Güera Rodríguez y Ana Yraeta fueron dos valientes mujeres que fueron piezas fundamentales para gestar la revuelta libertaria entre sectores acomodados de la población que ayudaron a financiar el levantamiento

Guardar

El papel de las mujeres en la Independencia de México fue crucial en todos las áreas estratégicas ya sea en el campo de batalla como Altragracia Mercado, la mujer que financió y encabezó su ejército en Morelos o como el caso de María Fermina Rivera luchó por amor a la patria junto a su esposo tomando las armas de soldados caídos. Pero también hubo mujeres en la aristocracia que se mantuvieron cerca del Virrey para orquestar con los conspiradores las actividades que más adelante consumaron la libertad de la patria.

La Güera Rodríguez, la bella mujer que hizo cohesión para la gesta de la Independencia

María Ignacia Rodríguez de Velasco de Osorio Barba y Bello Pereyra, más conocida como María Ignacia Rodríguez de Velasco o simplemente como la Güera Rodríguez se convirtió en una mujer notable y destacada en la aristocracia novohispana, además de haber sido una de las heroínas nacionales menos conocidas, probablemente porque rompía con los estereotipos de aquella época.

La participación de María Ignacia Rodríguez en la consumación de la Independencia de México ha sido un tema muy polémico. Según algunas fuentes apoyó a Agustín de Iturbide a que llevara a cabo el plan de libertad nacional del pueblo mexicano.

Artemio del Valle Arizpe argumenta “el día 27 de septiembre de 1821, el Ejército Trigarante hizo en México su vistosa entrada triunfal [...] La carrera que iba a seguir el Ejército Libertador sería desde la Tlaxpana por San Cosme, para pasar frente al palacio Virreinal, pero Iturbide desvió la columna por la calle de la Profesa en la que estaba la casa de doña María Ignacia Rodríguez de Velasco, para que presenciara el desfile y lo viese a él muy arrogante al frente de sus tropas invictas”.

Esto dio pie a que se mencionara la presunta relación entre Agustín y “La Güera”, quien influenció de manera notable la visión política del primer emperador de México. Su trabajo no únicamente estuvo relacionado con la Independencia y el apoyo a los insurgentes, sino también por ser transgresora al deber femenino.

A sus 16 años conoció al científico Alexander Von Humboldt, con quien tuvo una fuerte amistad atribuyéndole una relación sentimental entre ambos, sin haber pruebas de la misma. Asimismo, un año más tarde mantuvo cercanía con Simón Bolívar, con quien también se le vinculó sentimentalmente años después a quien conoció en un viaje en el buque San Ildefonso que iba hacia España, haciendo escala en México.

De aquí nacen los primeros rumores de los adulterios de la Güera. Pero en los largos autos el marido no pudo probar nada, y la evidencia más bien sugiere que ella fue una esposa sufrida y maltratada. De hecho, los parientes, amigos y colegas de Villamil tomaron partido por su esposa, quien afirmaban ser la inocente víctima de su carácter volátil y violento -y algunos hasta la habían encontrado “bañada en sangre” por las golpizas que él le daba-. Después de cuatro meses Villamil desistió en su demanda. En algún momento la pareja se reunió y el 12 de junio de 1805 nació su última hija. Pero el matrimonio había terminado pocos meses antes con la muerte del capitán.

Posteriormente, Rodríguez contrajo segundas nupcias con Mariano Briones, un anciano de gran riqueza, quien murió meses después y del que tuvo un hijo. En esa ocasión heredó una gran fortuna. Finalmente, se casó con Manuel Elizalde, con quien vivió hasta su muerte. Tras la muerte de la Güera Rodríguez, Elizalde se dedicó al sacerdocio.

Falleció en la Ciudad de México el 1 de noviembre de 1850.

El escritor Guillermo Barba, que busca reivindicar la imagen de la que puede ser considerada la primera feminista en México, comenta:

“La Güera fue libre de cuerpo, pero también de mente. Tuvo dos estigmas: el primero, conseguir su propia libertad como mujer, y el segundo, la libertad de su patria. Ambas las consiguió a pesar de que tenía familia y de haber puesto en riesgo su riqueza. Desde 1808 hasta la consumación de la Independencia en 1821 se mantuvo viuda, fue madre de cinco hijos, arriesgó su vida, se enfrentó a la Inquisición y conspiró para alcanzar el sueño libertario.”

Ana Yraeta, la mujer que encabezó un ejército de 2500 mujeres espías

Ana Yraeta es sinónimo de mujeres valientes y empoderadas.

Siguió y difundió los debates intelectuales que se manifestaban en folletos y gacetas entre los años 1809–1821, período en que se perfilaron los distintos modelos políticos que habrían de experimentarse en las primeras décadas del siglo XIX.

Ana tuvo un papel singular como anfitriona de las tertulias en las que se informaba sobre el acontecer de Europa y América. Asidua lectora de diarios y gacetas, se distinguió como patrocinadora de diversas facciones políticas.

Fundó a Las Patriotas Marina, la primera organización femenina secular conocida en la Ciudad de México, estuvo integrado por 2 mil 500 mujeres quienes cambiaron la opinión de los jueces de la Nueva España al reconocer su capacidad para dirigir y defender sus posiciones políticas. Las Patriotas Marina espiaban en los círculos masculinos cercanos al virrey. Muchas de ellas fueron ejecutadas, encarceladas, privadas de sus bienes y deportadas por sus actividades.

SEGUIR LEYENDO:

Guardar