Durante la conferencia matutina de este martes, el presidente Andrés Manuel López Obrador señaló que dentro de Palacio Nacional se encuentran unos jarrones provenientes de la época del emperador Maximiliano de Habsburgo, que obstruyen un retrato de Benito Juárez y por lo cual los quitará.
“Voy a reacomodar porque hay un jarrón de Maximiliano que está frente a un retrato del presidente Juárez y no quiero que Juárez esté molesto por eso, no merece eso”
Estos jarrones son unos tibores chinos que llevan un águila y la cifra coronadas.
Fernando Maximiliano José María de Habsburgo-Lorena (1832-1867) gobernó México de abril de 1864 a mayo de 1867. Fue un personaje controvertido que por un lado amó al territorio, pero por otro, jamás se quitó la sombra de la imposición del poder europeo.
Se dice que antes de morir, Maximiliano de Habsburgo expresó las siguientes palabras: “Voy a morir por una causa justa, la de la Independencia y la libertad de México. Que mi sangre selle las desgracias de mi nueva patria. ¡Viva México!”
El archiduque era admirador de la cultura prehispánica en varios libros se describen sus visita a caballo a las ruinas de Teotihuacan, su interés por aprender náhuatl, adoptó la práctica del coleccionismo y exhibición de objetos con el afán de establecer relación con los indígenas. Incluso, decidió defender la propiedad comunal de los pueblos originarios.
También destacó por su gran sensibilidad e inclinación hacia las bellas artes. De hecho, era apasionado de la literatura, la historia, la poesía y la pintura. Gracias a esto y a su personalidad encantadora, era muy popular en la Corte Imperial de Viena.
En 1854 fue nombrado comandante de la Marina de Guerra Imperial y Real de Austria-Hungría. Pasó el tiempo y gracias a intereses políticos, el rey belga Leopoldo I de Sajonia-Coburgo y Saalfeid, aceptó que su única hija, Carlota Amalia de Bélgica, se casara con él.
A pesar de la unión, el padre de Carlota deseaba que Maximiliano obtuviera un cargo digno del título de Carlota. Por lo mismo, presionó al hermano del futuro emperador para que le otorgara un nuevo nombramiento. Finalmente, Maximiliano recibió el cargo de virrey del Reino Lombardo-Véneto. Aun así, para el padre de Carlota no era suficiente.
Maximiliano llega en 1864 invitado por un grupo de conservadores que fueron de corte en corte para encontrar un miembro de la nobleza europea para que gobernara esta tierra, este proyecto viene desde Antonio López de Santa Anna y gracias al apoyo de Napoleón III, para evitar la expansión norteamericana
Poco a poco, perdió el apoyo, no sólo de la élite mexicana sino del propio Napoleón. Tiempo después, en México estalló una guerra civil en contra del Imperio impuesto. Casi de inmediato, Carlota salió del país con el fin de pedir ayuda en Francia y Roma. No obstante, su objetivo se vio interrumpido por un ataque de locura. Debido a esto, fue recluida en Tervueren, Bélgica.
Después de 5 años de ocupación francesa en territorio mexicano, Maximiliano y sus Generales fueron hechos prisioneros y sometidos a un Consejo de Guerra efectuado en el Gran Teatro de Iturbide, donde fueron sentenciados a la pena de muerte por la ley del 25 de enero de 1862.
En el lugar donde fue fusilado, su hermano Francisco José de Habsburgo - emperador de Austria- solicitó la construcción de una capilla en el Cerro de las Campanas con el propósito de recordar su muerte. Al interior de la capilla se conserva una imagen de la Virgen María sosteniendo en sus brazos a Cristo.
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