Cuando se habla de mujeres que participaron en la independencia de México nos vienen a la mente la corregidora, Josefa Ortiz de Domínguez, Leona Vicario, la güera Rodríguez y Gertrudis Bocanegra, pero también participaron otras mujeres de distintas clases sociales y grupos étnicos, señaló Daniela Villegas, del Centro de Investigación de Estudios de Género (CIEG) de la UNAM.
En el siglo XVIII se veía a la mujer más como un accesorio, un personaje secundario y siempre se había enfocado el protagonismo del hombre, sobre todo criollo. Últimamente ha habido un interés en visibilizar al género femenino y eso es importantísimo de este movimiento de independencia.
Por ello, es importante tratarlas como sujetas de la historia, no percibirlas como acompañantes o las “esposas de”, sino que por sí mismas tenían un rol fundamental, dependiendo de su clase social, grupo racial y sus mismos intereses particulares.
Además de financiar la insurgencia, Leona Vicario fue considerada la primera mujer periodista de México. Se enfrenta a numerosos riesgos por apoyar la causa de la independencia.
Gertrudis Bocanegra, considerada como “La Heroína de Pátzcuaro, participó activamente con su economía y con su calidad intelectual.
A la corregidora Josefa Ortiz siempre se le nombra en los textos de educación básica como “la esposa del corregidor”, pero ella por sí misma tiene un gran rol, por su clase social privilegiada podía llevar a cabo reuniones, charlas en su hogar y dar ideas que provenían de Europa y otras naciones latinoamericanas.
En el siglo XVIII y XIX en la Nueva España, las mujeres de clase media y alta estaban circunscritas al espacio privado, doméstico y no se les permitía participar de lo público.
Sin embargo, en la lucha de independencia participaron varias mujeres, desde indígenas, criollas, mestizas y cada una lo hizo de acuerdo a sus posibilidades.
Altragracia Mercado, la mujer que financió y encabezó su ejército
Altragracia Mercado, conocida como “La Heroína de Huichapan”, originaria del Estado de Hidalgo, era una militar que financió la formación de un batallón que ella misma dirigió y logró vencer al ejército realista en varias ocasiones, hasta que su regimiento fue derrotado durante un combate el 24 de octubre de 1819.
Formó un pequeño ejército con su propio dinero tras enterarse de la lucha por la libertad contra los realistas. Por desgracia de su pequeño ejército solo ella sobrevivió y continuó luchando, acto con el cual se ganó la admiración de los jefes españoles, quienes fusilaban a los prisioneros.
Buena parte de los miembros de su tropa fueron aniquilados y otros se dispersaron, pero a pesar de quedarse sola se enfrentó con fiereza a las fuerzas enemigas. Su valentía le ganó el respeto del comandante español, quien en lugar de fusilarla le perdonó la vida y afirmó: “Mujeres como ella no deben morir”.
Fue detenida y llevada a la Ciudad de México donde fue condenada a cuatro años de trabajos en prisión.
Su trayectoria bélica y de estratega fue motivo para que la Suprema Corte de Justicia de la Nación otorgará el sufragio femenino a las mexicanas, ya que los magistrados de ese momento, reconocieron el labor de Altagracia Mercado como muestra de la capacidad de las mujeres para pelear por México.
María Fermina Rivera luchó por amor a la patria junto a su esposo
Nació en Tlaltizapán, en el actual estado de Morelos. Combatió junto con su esposo, el coronel insurgente José María Rivera, a quien acompañaba a los campos de batalla formando parte de las fuerzas de Vicente Guerrero.
Tuvo que luchar con hambres terribles, caminos fragosos, climas ingratos y cuanto mal padecieron sus compañeros de armas.
Esta mujer tomaba en los combates el fusil de algún herido y seguía sosteniendo el fuego con la misma bizarría que el mejor soldado insurgente. Según José Joaquín Fernández de Lizardi y La educación de las mujeres: notas sobre las heroínas mexicanas. Dejó su hogar, sacrificó su vida y sus bienes por la patria.
No se conoce con certeza la fecha de su muerte. Algunas fuentes afirman que pudo haber muerto en acción mientras luchaba en Chichihualco, defendiéndose valientemente al lado de Vicente Guerrero, en febrero de 1821.
Otra fuente afirma que en 1823 solicitó un aumento en su pensión al gobierno del Primer Imperio Mexicano.
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