El curioso origen del Acta de Independencia de México y la increíble aventura que la llevó por Europa

Nuestro país tuvo varias actas que proclamaban la Independencia de México; no obstante, la primera fue publicada el 6 abril de 1813 en San Antonio, Texas. Además, en el siglo XX se perdieron dos actas originales pues una se quemó y otra fue recuperada años después.

La Independencia de México terminó cuando Agustín Iturbide entró a la Ciudad de México el 27 de septiembre de 1821 con el Ejército Trigarante para proclamar el surgimiento del Imperio Mexicano y su independencia de España a través de una declaratoria.

Por un lado, el investigador Alfredo Ávila Rueda, que pertenece al Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM, detalló en un boletín de la Dirección General de Comunicación Social que ocho años antes ya se había tenido un registro de la primera Acta de Independencia de México.

“Nuestra primera declaración data de 1813, eso ya lo sabíamos, aunque quienes estudiamos estos temas creíamos que se trataba del Acta Solemne de la Declaración de Independencia de la América Septentrional, promulgada el 6 de noviembre por el Congreso de Anáhuac en Chilpancingo, hasta que descubrimos una anterior, publicada siete meses antes, en la provincia de Texas”, indicó el historiador mexicano.

Asimismo, mencionó que se pudo haber confundido con el escrito de Chilpancingo; sin embargo, el contenido de éste era fiel a los ideales de José María Morelos y Pavón y el Manifiesto de Puruarán, publicado el 28 de junio de 1815 por el Congreso Insurgente, expresaba su deseo de separarse de la España sometida a Napoleón, mas no de la corona española.

Se tuvo cuatro actas independentistas más entre los años 1813-1821. Ávila Rueda puntualizó que estas actas son documentos parecidos a las actas de nacimiento para que los otros países se dieran cuenta de la presencia de México como país independiente y así lograr establecer relaciones diplomáticas que pudieran brindar auxilio durante la guerra. “Lo importante no es lo acontecido en ese septiembre de 1821, sino lo que empezó a pasar: es ahí cuando empieza el proceso de construcción de un Estado nacional y soberano”, señaló Ávila Rueda.

Por otro lado, el proyecto de divulgación histórica Tlatoani Cuauhtémoc, encabezado por el escritor Enrique Ortiz García, cuenta en sus redes sociales cómo México se quedó sin acta de Independencia desde 1909 hasta noviembre de 1961.

Tlatoani Cuauhtémoc relató que el 28 de septiembre de 1821, después de la consumación de la Independencia de México, se redactó y firmó el acta de Independencia del Imperio Mexicano. “Se hicieron dos actas, una se alojó en el Congreso y otra en Palacio Nacional. [...] Sucede que el acta destinada ubicada en Palacio Nacional ‘fue vendida por empleado infiel a un viajero curioso’ (Alamán) en 1830, apareciendo mucho tiempo después en Francia”, explicó.

Posteriormente, detalló que Alamán intentó comprar la acta pero no logró su propósito. Mientras que la otra copia, que se quedó en la Cámara de Diputados, se quemó en un incendio de este recinto en 1909.

¿Qué pasó con el acta robada? Tlatoani Cuauhtémoc mencionó que llegó a Francia y que después apareció en nuestro país como parte de la Biblioteca del Emperador Maximiliano que tuvo su imperio entre 1864 y 1867. “Sabemos que cuando es fusilado Maximiliano y el Imperio es destruido, el siniestro Padre Fischer, se roba parte de la biblioteca del Emperador, con todo y el Acta de Independencia. Vendió estos ejemplares en Londres, a donde escapa. Fischer fue uno de los consejeros de Max”, detalló.

Tiempo después Joaquín García Icazbalceta, historiador y escritor mexicano, logró rastrear la copia robada y la encontró en una librería de Madrid, España. Cuando Joaquín muere le hereda a su hijo Luis García Pimentel esta acta; sin embargo, él la vende cuando queda en quiebra tras perder gran parte de su fortuna.

La carta fue vendida en 1947 a Florencio Gavito quien antes de morir le ordenó a su hijo, Florencio Gavito Jauregi, que entregara el acta al Presidente de la República. Dicha entrega se llevó a cabo en una ceremonia el 21 de noviembre de 1961 cuando se le hizo la entrega al presidente López Mateos y actualmente se encuentra en el Archivo General de la Nación.

“Es importante mencionar que en 1961 se realizaron diferentes estudios para comprobar la autenticidad del acta. En la parte posterior, en una tela adosada, se puede ver el monograma de Maximiliano y el sello de la librería Gabriel Sánchez [...] En el 2008 se realizaron una serie de análisis científicos para corroborar que es original, de 1821. No es una copia posterior, ni una falsificación. Es una de las dos actas originales que se redactaron y firmaron bajo la supervisión de Espinosa de los Monteros”, finalizó.

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