Ricardo de la Cruz Musalem — subsecretario General del Gobierno del Estado de México (Edomex)— informó a la prensa que la búsqueda y rescate de posibles víctimas que quedaron entre los restos del Cerro del Chiquihuite, en Tlalnepantla, fue suspendida ante el riesgo de otro derrumbe en la zona.
Fue el viernes 10 de septiembre cuando dos rocas se desprendieron en el llamado, provocando que la comunidad del municipio del Estado de México sufriera pérdidas humanas y que el patrimonio de sus habitantes se viera afectado.
El funcionario mencionó que se reiniciarán los trabajos cuando sean concluidos los estudios realizados por ingenieros de distintas instituciones. Esto permitirá que las tareas de rescate sean más controladas y seguras. También, dijo que ampliarán los perímetros de seguridad que hay en el lugar.
Sobre por qué fueron reducidos el número de rescatistas en la zona del deslave, aclaró que se debió a varias grietas detectadas. La presencia de estos desperfectos aumenta la inestabilidad del lugar y dificultan los trabajos en la zona —en la cual ya hubo un movimiento que preocupó a quienes se encontraban en el lugar.
“Tenemos ya contacto con la familia y estamos hablando de tres posibles víctimas que se encuentran entre los escombros, entre ellos niños” agregó el funcionario, desechando la primera cifra que se había dado sobre 10 personas desaparecidas.
Cabe aclarar que el subsecretario especificó que en las últimas horas aparecieron personas que se habían reportado como posibles víctimas, por lo que se redujo el número que pudieron haber quedado sepultadas. No obstante, resaltó que no hay una cifra definida de habitantes que se encuentren bajo los escombros.
“Permaneceremos en este lugar el tiempo que sea necesario, pues se emprende una batalla para estabilizar la ladera del cerro y contra el clima, pues existe una amenaza de lluvia” explicó el funcionario del Estado de México.
Fue el día sábado cuando rescatistas de Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), de la Guardia Nacional y otros grupos descendieron de la zona de desastre para minimizar riesgos y evitar que sucediera un nuevo deslave ya que llegaron a la zona de emergencia más de 560 rescatistas que no eran necesarios, pues sólo se permitían grupos de ocho.
El funcionario mencionó que la presencia de tantas personas en la zona de desastre no solo ponía en peligro a los habitantes del lugar y de las inmediaciones, sino a los propios rescatistas que laboraban en la zona.
La razón por la que se redujeron las Cédulas de búsqueda fue porque en la zona del desgajamiento del cerro se detectó una roca de más de 200 toneladas de peso, la cual pone en peligro a propios y extraños si se somete la zona a pesos excesivos.
“Se tiene que hacer una búsqueda más adelante con maquinaria, cuando este estabilizado el talud, de lo contrario, la vibración y su peso podría generar un problema adicional” agregó.
El funcionario fue enérgico al afirmar que “salvaguardar la vida de en la periferia de la zona siniestrada, concretar una búsqueda y rescate controlada para garantizar que los cuerpos de emergencia que están en activo laboren bajo condiciones de seguridad mínima”.
Advirtió que todavía son visibles las grietas, por lo que expertos del Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) y del Colegio de Ingenieros revisan la zona para minimizar los riesgos que podría ocasionar la inestabilidad de los escombros en la zona.
El riesgo es tan latente que el subsecretario reafirmó la necesidad de que los vecinos pertenecientes a las periferias de la zona tienen que evacuar lo antes posible para evitar que haya más victimas en caso de haber un siniestro.
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