La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) es la universidad mejor calificada de México, tan es así que se le ha quedado el sobrenombre de “la máxima casa de estudios”.
De este centro escolar a nivel superior y medio superior, han egresado grandes personalidades que han destacado en diversos ámbitos de México, como el empresarial, el industrial, el musical, la literatura, la ciencia, e incluso, el político.
Un ejemplo de ellos es el empresario Carlos Slim, quien estudió la carrera de Ingeniería Civil en la UNAM. Slim es el hombre más rico de México y uno de los más ricos del mundo, y es dueño de empresas como América Móvil y Grupo Carso.
Mario Molina, quien fue Premio Nobel de Química en 1995, también fue una de las mentes más brillantes y destacadas del mundo científico egresado de la máxima casa de estudios. Molina estudió Química en la UNAM, aunque posteriormente realizó estudios de posgrado en la Universidad de Friburgo, Alemania y recibió un doctorado en Fisicoquímica de la Universidad de California, Berkeley, en Estados Unidos.
En el ámbito de la literatura, han destacado grandes escritores que estudiaron en la UNAM, como el acapulqueño José Agustín Ramírez Gómez, conocido solamente como José Agustín, quien se dice, inauguró la literatura de “la onda”, con obras como La Tumba, De perfil y Se está haciendo tarde. José Agustín estudió Letras clásicas, en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, así como Dirección cinematográfico, también en el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC), de la misma casa de estudios.
Por esto, la UNAM es una de las universidades más destacadas incluso a nivel mundial.
La universidad que está posicionada en la mayoría de los rankings, como la mejor de México, tiene diversos campus, sin embargo, el más representativo y el principal es el de Ciudad Universitaria (CU), ubicado al sur de la Ciudad de México (CDMX).
El primer antecedente que se tiene de la creación de CU, se remonta a 1928, cuando los alumnos de la Escuela Nacional de Arquitectura, Mauricio de María y Campos y Marcial Gutiérrez Camarena, presentaron una propuesta al respecto como parte de su tesis de grado.
Fue hasta 15 años después, en 1943, que la idea comenzó a materializarse, cuando siendo rector de la UNAM Rodulfo Brito Foucher, se eligió al Pedregal de San Ángel como el lugar en el que se construiría la Ciudad Universitaria.
Durante el rectorado de Genaro Fernández McGregor, la Universidad presentó al gobierno federal una propuesta para la Ley sobre Fundación y Construcción de la Ciudad Universitaria, la cual fue aprobada por el Congreso de la Unión el 31 de diciembre de 1945, y al año siguiente, el rector Salvador Zubirán gestionó la adquisición de los terrenos requeridos, cuya extensión alcanzaba las 733 hectáreas, mientras que el presidente de la República, que en aquel año era Manuel Ávila Camacho, expidió el decreto de expropiación correspondiente, el 11 de septiembre de 1946.
Para finales del mismo año, siendo ya presidente Miguel Alemán Valdés se dispuso de los recursos financieros necesarios para continuar con el plan de construcción. Se organizó un concurso de anteproyectos, al que fueron convocados la Escuela Nacional de Arquitectura, la Sociedad de Arquitectos Mexicanos y el Colegio Nacional de Arquitectos de México.
Las propuestas de la Escuela Nacional de Arquitectura, junto con las realizadas por la Sociedad de Arquitectos, fueron presentadas ante el jurado conformado por el representante del rector de la UNAM y los presidentes del Colegio Nacional de Arquitectos de México y de la Sociedad de Arquitectos Mexicanos, quienes dictaminaron a favor del proyecto de la escuela universitaria. Se designó a Mario Pani y a Enrique del Moral como los encargados de la dirección del proyecto final.
En 1948 iniciaron las primeras obras de infraestructura y se instalaron drenajes, túneles y puentes. Sin embargo por diversos motivos, entre ellos la escasez de recursos económicos, las obras avanzaron lentamente. Gracias al interés expresado por Miguel Alemán, los esfuerzos fueron renovados.
El 5 de junio de 1950 se colocó formalmente la primera piedra de la Ciudad Universitaria —del edificio que posteriormente sería la Torre de Ciencias—, en una ceremonia presidida por el rector Luis Garrido y el secretario de Gobernación, Adolfo Ruiz Cortines. Predominaron el uso óptimo de los recursos, el orden y una rapidez inusual que permitió que las obras concluyeran en menos de tres años. En nuestro país nunca se había concentrado a tantos arquitectos e ingenieros, pues participaron más de sesenta proyectistas, doscientos residentes, contratistas y supervisores, y cerca de diez mil obreros trabajaron en esta magna construcción.
El 20 de noviembre de 1952 se efectuó la “Dedicación de la Ciudad Universitaria”, ceremonia encabezada por el presidente Miguel Alemán, con la que se inauguró oficialmente la Ciudad Universitaria. La mudanza de las escuelas dio comienzo en 1953 y fue coordinada por el doctor Nabor Carrillo, quien había tomado posesión como rector en febrero de ese año. En marzo de 1954 dieron inicio las actividades escolares. A casi setenta años de su creación, el Campus Central de Ciudad Universitaria sigue siendo un ejemplo de la gran arquitectura del siglo XX en México.
Cabe destacar que desde 2007, Ciudad Universitaria es una de las cinco universidades a nivel mundial que son consideradas Patrimonio de la Humanidad, por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco)
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