La tarde de este martes se confirmó que 17 personas que se encontraban en el Hospital General de Zona número 5 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Tula, Hidalgo, fallecieron. Lo que ocurrió en esta tragedia se ha ido dando a conocer y una de estas historias es la de una mujer que llegó a las 4 de la madrugada como pudo y con sus propios recursos para auxiliar a su esposo con COVID-19.
“Sólo quería pedir que manden oxígeno, los pacientes se están muriendo y no hay manera, por favor ayúdenos, por favor, hay muchos pacientes que lo necesitan mucho, si yo pude llegar aquí que no puedan llegar ustedes con el oxígeno”, dijo la mujer con lágrimas en los ojos y desesperada por la impotencia de no poder hacer nada por su esposo que estaba enfermo de COVID-19.
Héctor Arias, uno de los médicos de guardia que atendía a los enfermos la noche del lunes que ocurrió la tragedia, narró la devastadora experiencia que vivieron tratando de salvar a los pacientes, sin luz, sin oxígeno debido a que los aparatos estaban en el primer piso y su planta de emergencia les duró apenas algunas horas.
La noche del lunes cuando cayó la tormenta y se desbordó el río Tula la luz se fue, así como la conexión de las vías de comunicación, al amanecer del martes el oxígeno se había acabado por lo que comenzaron a hacer llamados para solicitar auxilio y el envío urgente del vital suministro, pero “la ayuda llegó tarde”.
El médico, grabó en vivo en video que compartió en su cuenta de Facebook en la azotea del hospital rodeado de colegas que solicitaban agua y ayuda al hotel de enfrente, que les envió algunos garrafones, además mostró el pedido de una familiar a las 4 de la mañana para ver a su esposo, un paciente COVID-19, suplicando por envío de oxígeno y la urgencia vital de recibirlo: “si yo llegué aquí por mis propios medios, alguien puede llegar”.
“Pedimos el oxígeno a las 6 de la mañana y es hora que no ha llegado a las 8:50, es urgente por favor, no sabemos qué sucede o porqué no vienen pero lo necesitamos, los pacientes lo requieren de urgencia”, explicó en su transmisión.
Además compartió las palabras de otros médicos que dijeron sentir gran impotencia porque no había nada qué hacer por los pacientes ya que no contaban con los suministros ni forma alguna de salir.
“Respiren despacio”: médico narró los trágicos momentos
“Ya no se pudo rescatar a esos pacientes. La planta (de luz para conectar los ventiladores) nos duró muy poquito tiempo, los cilindros de oxígeno se fueron acabando, en ese momento yo lo que les decía es ‘respiren un poquito más despacio, tarden en sacar el aire’, para que se tranquilizaran y no entraran en pánico”, narró con voz entrecortada al revivir los instantes de tristeza, frustración e impotencia al que ver morir a las personas que pudo haber salvado de haber podido.
El médico encargado de la primera atención a pacientes del turno nocturno especificó que el hospital sí contaba con grandes suministros de oxígeno para eventualidades, sin embargo estaban ubicados en la planta baja y tras subir rápidamente el caudal por el desbordamiento, todos los equipos quedaron inservibles bajo las aguas negras, sólo unos pocos cilindros potables estaban de forma independiente.
“Lamentablemente los cilindros (de oxígeno) eran de poca capacidad, y los pacientes ya no pudieron aguantar, lamentablemente la ayuda llegó tarde. Me sentí abatido en ese momento, trataba de darle aire con algunos cartones (al abanicarlos), daba miedo, terror, incertidumbre y frustración de no poder ayudarlos cuando de alguna manera estaba en tus manos hacerlo”, abundó el galeno con el noticiero televisivo de Elisa Alanís, en Milenio televisión.
“Las líneas estaban colapsadas, gracias a los mensajes que compartimos comenzaron a llamarme tras la solicitud de ayuda, la autoridad gubernamental comenzaron a llamar y a decirnos que no nos preocupáramos que la ayuda iba en camino, pero el agua rebasaba todos los límites, no se podía hacer nada, el acceso, no se pudo, la verdad”, explicó.
“Un desastre natural que no estaba contemplado, la naturaleza es tan dura que ni te lo esperas, todos esos hechos, lo que ayuda es que tú desde el alma diste todo, cargar pacientes desde otra planta, subimos por la escalera totalmente inundada, es devastador, duele todo esto”, agregó.
“Mi corazón se llenó de toda esa gente, me acerqué a ellos brindándole esperanzas, hay unos que sí lograron el cometido, pero otros no tuvieron oxígeno (los vi morir)”, detalló.
“Lamentablemente el oxígeno llegó tarde, los cilindros de poca capacidad se fueron agotando por pacientes que estaban intubados en el área que correspondía a COVID”, señaló.
“No se previno, pensábamos que las aguas no iban a llegar a una alta capacidad, pero se salió de control. Lamentablemente el oxígeno estaba resguardado en la parte baja, todo el suministro suficiente para todos los pacientes quedó abajo”, sentenció el médico del hospital de Hidalgo.
El profesional de la salud explicó que realizó una solicitud de oxígeno alrededor de las 06:00 am, pero por las condiciones adversas los cilindros llegaron hasta las 09:00 am.
“En un desastre natural no hay responsable; a lo mejor la comunidad que tira basura y se tapan los drenajes, pero tampoco pudieron hacer nada, no se pudo evacuar el agua que se acumuló en las calles al grado de inundar viviendas”, apuntó Héctor Arias.
El Hospital General de Zona número 5 del IMSS se encuentra a 210 metros del río Tula, desbordado debido a las intensas lluvias y que afectó nueve colonias a la redonda.
El río se desbordó tras intensas lluvias de las últimas horas y los escurrimientos que llegaron a la zona del valle de México y municipios cercanos, entre ellos las afectaciones más intensas se vivieron en Ecatepec, donde se han reportado al menos dos muertos.
Fue después de las 11 de la mañana que equipo de rescate, bomberos y policías acudieron con lanchas y maquinaría para desalojar a los pacientes del hospital y trasladarlos a otros nosocomios.
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