El pasado martes, a través de su cuenta de Twitter, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) celebró los avances en la construcción de sus grandes proyectos de infraestructura.
“Dijimos que íbamos a construir grandes obras en beneficio del pueblo, sin contratar deuda, evitando la corrupción”, fueron las palabras con las que el presidente comenzó el video. Este anuncio se enmarca en el contexto de su Tercer Informe de Gobierno como presidente del país.
“Cumplimos”, se congratuló el mandatario, y continuó: “ahí está la construcción del Aeropuerto Felipe Ángeles, el Tren Maya, la Refinería de Dos Bocas, las obras en el Istmo de Tehuantepec, que en su conjunto están generando 200 mil empleos”.
Durante lo que va de su mandato, AMLO ha hecho énfasis en que las obras que se construirán no aumentarán la deuda externa, no serán protagonistas de escándalos de corrupción y serán en beneficio del pueblo.
Aunque sí ha crecido la deuda externa, hasta el momento no hay manera de demostrar que esto sea debido a las obras de su gobierno. Tampoco han habido indicios claros de corrupción en el manejo de los recursos para sus proyectos de infraestructura.
Por otro lado, en varias ocasiones han habido manifestaciones de inconformidad por parte de los habitantes de las zonas donde están proyectadas las obras del mandatario, que retan la idea de que estas sean en beneficio del pueblo.
De manera notable, el Tren Maya ha tenido que cambiar su rumbo debido a las protestas de personas que se negaban al desalojo con tal de permitir el paso a las obras. El Colectivo Tres Barrios de Campeche se mantuvo firme en su deseo de conservar sus viviendas y sus barrios.
“Nosotros no buscamos impedir el Tren Maya. Nosotros buscamos replantear la vía del tren. Cambiarlo no va a cambiar su finalidad. Se puede hacer afuera de la ciudad” declaró la señora Guadalupe para el medio de comunicación mexicano, Pié de Página. Los habitantes de Santa Lucía, La Ermita y Camino Real se negaban a que el paso del tren se adentrara a la ciudad, forzando el desplazamiento de más de 300 familias, así que iniciaron una batalla legal para lograr que se cambiara el trazo del tren.
Las familias en lucha lograron su cometido. A finales del mes pasado, el Fondo Nacional de Fomento para el Turismo anunció el cambio en la ruta del llamado Tren Maya.
Por su parte, el Proyecto del Corredor Interoceánico en el Istmo de Tehuantepec ha sido fuertemente criticado por la Auditoría Superior de la Federación (ASF). Este conjunto de obras, según ha declarado AMLO, no se pudo llevar a cabo en administraciones anteriores, sin embargo, era su cometido que durante su administración se iba a llevar a buen puerto.
Por otro lado, la ASF opina que “No en todos los proyectos se garantizó su factibilidad técnica, legal, económica y ambiental, y se observó que las estimaciones de demanda, asociadas a la rentabilidad de los proyectos, no consideraron supuestos razonables ni la reconfiguración de la región bajo el programa del Istmo de Tehuantepec”.
Este proyecto también ha sido retado por las personas que habitan las regiones por donde pasará el ferrocarril, que es el objetivo central de este corredor. A mediados del 2019, el Movimiento Sindical Ferrocarrilero “Demetrio Vallejo” bloqueó algunos tramos del paso del ferrocarril puesto que acusaban que no se les había considerado en la planeación del proyecto.
Finalmente, apenas el viernes pasado, pobladores del ejido de Xaltocan de los municipios de Nextlalpan y Tecámac impidieron el paso a elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) a algunos de los terrenos donde se van a realizar obras para la construcción del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA).
Los pobladores reclaman que algunos de los terrenos expropiados por la SEDENA se encuentran bajo demanda, ya que algunos se pagaron a 170 pesos por metro cuadrado cuando hay ofertas de compraventa, en esos mismos terrenos, por 650 pesos por metro cuadrado.
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