En el quinto centenario de la caída de Tenochtitlan (1521), Antonio Aimi, investigador italiano y profesor de civilizaciones precolombinas de la Universidad de Milán, afirmó que es necesario volver a revisar los libros VII y XII del Códice Florentino con una perspectiva no literal y bajo un trabajo de traducción e interpretación que tenga en cuenta el contexto del mestizaje cultural.
Cree que para conocer la verdadera historia y saber qué fue lo que realmente pasó es fundamental tener en cuenta el papel de los indígenas y así no quedarnos con lo que se ha escrito durante años con una sola visión de la conquista.
En su participación en el seminario virtual “Los códices prehispánicos y coloniales entre Italia y México”, organizado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y el Instituto Italiano de Cultura en México, el investigador declaró que se necesita conocer la verdadera genealogía mexicana a través de una nueva interpretación de los hechos de la conquista ya que en el códice existen textos e imágenes que suelen ser contradictorios.
Además, durante su intervención aseguró que ”si consideramos los presagios del Códice Florentino, en contrapunto con los textos, la traducción de estas señales muestran que el texto es una mentira. No es un texto indígena. Eso es lo que explico en mi libro: la visión de los vencidos es una invención del mismo Hernán Cortés, que los propios vencidos terminaron haciendo suya a lo largo de 30, 40, 50 años, después de la conquista”.
En su libro La verdadera visión de los vencidos: la conquista de México en las fuentes aztecas lleva a cabo un análisis de la conquista alejándose de las versiones originales donde su principal fuente son crónicas, presagios y testimonios de indígenas. En su obra permite descubrir las mentiras que han acompañado la historia de la conquista y develar la manipulación que los españoles han hecho con los mitos y creencias aztecas con base en sus intereses.
Antonio Aimi mencionó que la clave para comprender “la visión de los vencidos” se basa en analizar los textos en el contexto del mestizaje cultural, pues hay algunos intereses de por medio que han cambiado la verdadera historia.
Por ejemplo, los alumnos nahuas, ya cristianizados de Sahagún, que colaboraron junto con Bernardino de Sahagún, monje español de la orden de los franciscanos, para interpretar las revelaciones del Códice Florentino. Antonio Aimi plantea que ellos “no se tomaron en serio estas revelaciones, considerando que la investigación tenía la mira fundamental de crear un instrumento apropiado para la predicación en la Nueva España de la doctrina cristiana, y para su debida conservación entre los naturales”.
También considera que los tlacuilos, lo que hoy llamamos pintor o escritor, que se dedicaron a ilustrar los pasajes no tenían los referentes iconográficos de sus antepasados y, por lo tanto, “no sabían la forma que tenían los mexicas de representar un cometa, lo mismo que el ave zancuda con el espejo de obsidiana en que Moctezuma avistó la tragedia de su pueblo”.
Finalmente, comentó que usando una metodología estructuralista, también es sorprendente la repetición de pasajes en partes del Códice Florentino donde no deberían aparecer, pues existen muchas veces que se repiten sin ningún sentido y en ocasiones suelen ser muy contradictorios.
“Por ejemplo el presagio que involucra al ave zancuda y que forma parte de la introducción a los sucesos de la conquista, tema del libro XII, también se encuentra en el libro VIII dedicado a la genealogía de los gobernantes mexicas, cuando se cita a Moctezuma [...] La repetición de estos pasajes tiene un sentido, mostrar que los presagios son el centro de la visión de los vencidos, por eso aparecen en el Códice Florentino donde no deberían estar”, reiteró.
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