En la Ciudad de México pueden encontrarse todo tipo de monumentos y edificaciones. Algunos más antiguos que otros, y otros más modernos. Sin embargo, hay uno que resalta y que, de cierta forma, se ha convertido, con los años, en un ícono de la capital mexicana: el World Trade Center.
Este icónico edificio, ubicado en la tradicional colonia Nápoles, en la delegación Benito Juárez tiene su propia historia. El edificio está en la posición número seis entre los edificios más altos de la capital mexicana, y el onceavo a nivel nacional.
En un principio, el World Trade Center sería un impresionante hotel, llamado Hotel de México, nombre con el que hasta la fecha lo conocen algunas personas. Este era un complejo de edificios que incluía a la torre actual y a algunos otros edificios que no se lograron construir. Al inicio del proyecto, la torre que hoy alberga a una serie de oficinas, estaba planificado para contener 80 pisos y medir 300 metros de altura, por lo que este sería uno de los hoteles más alto de su época, a nivel mundial.
El terreno conocido como Parque de la Lama, fue el lugar en el que se decidió iniciar la construcción, en 1966. Manuel Suárez y Suárez, un empresario, era el dueño y financiador del proyecto, y el trabajo de ingeniería incluyó estrictas medidas de seguridad antisísmicas, pues el edificio está compuesto por 56 amortiguadores sísmicos y 232 pilotes de concreto que penetran a una profundidad de 45 metros, con lo cual se atravesó el suelo pantanoso que es característico de la capital y se edificó sobre tierra firme.
El encargado del proyecto fue el arquitecto Guillermo Rosell de la Lama, quien presentó los planos en el treceavo concurso de arquitectura de Munich, en el país europeo de Alemania. Se calculaba que el proyecto estuviera terminado para los juegos olímpicos de 1968, sin embargo, la construcción se retrasó bastante, y para ese año solo se concluyó el Polyforum Cultural Siqueiros.
Fue hasta 14 años después del inicio de la construcción, en 1980, que el edificio tuvo un nuevo proyecto de inversión. Fue así que, a diferencia del proyecto original, el World Trade Center quedó recortado a solo 50 de los 80 pisos planeados, y a 207 de los 300 metros de altura planeados.
En la actualidad el edificio alberga numerosas oficinas, un centro comercial, cine, centro de convenciones, e incluso, existe un proyecto para que parte del complejo que conocemos se transforme en un hotel, como era el plan principal. Cabe destacar que, en la parte más alta del edificio que tiene forma circular, se encuentra un restaurante giratorio, en el que se puede tener una vista de 360 grados de la capital mexicana. Este edificio giratorio, es el más grande en su tipo a nivel mundial.
Otro de los datos curiosos del lugar, es que este es el edificio con mayor cantidad de elevadores en México, pues cuenta con nada más y nada menos que 35 elevadores. La construcción del edificio se dividió en dos etapas importantes, de 1966 a 1972 y de 1992 a 1994, cuando se remodeló como el edificio que a hora conocemos.
El edificio también ha superado gran cantidad de pruebas, pues ha resistido intensos sismos que se han registrado en la capital, entre ellos los del 19 de septiembre de 1985 y del 2017. Por si fuera poco, Manuel Suárez y Suárez, el empresario que financió el proyecto, decidió construir el Polyforum Cultural Siqueiros. David Alfaro Siqueiros estuvo en prisión de 1960 a 1964. Al salir de prisión lo buscó el empresario, para ofrecerle un espacio para que hiciera murales, los cuales, hoy se pueden admirar en el recinto.
En el interior del Polyforum se encuentra el mural llamado La marcha de la humanidad, el cual es considerado el más grande del mundo.
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