Durante la conferencia matutina, el Subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, reiteró que las y los menores edad no representan una población que sufra afectaciones graves a la salud a raíz del COVID-19.
COVID-19 no es una causa sustantiva de riesgo (...) Comparado con la realidad que viven todas las personas de mortalidad, es una causa muy baja; muy pequeña.
Para ello, el epidemiólogo explicó que el virus provocado por el SARS Cov-2 figuró en los últimos puestos de las causas de defunciones en menores durante 2020 con 208 casos para menores de un año; 110 entre 1 y 4 años; 61 entre 5 y 9 años; 92 entre 10 y 14 años, y 258 entre 15 y 19 años.
En tanto, señala la información de la Secretaría de Salud, la mayoría de los decesos en esta población fueron provocados por accidentes o padecimientos como tumores, enfermedades perinatales y malformaciones congénitas.
Cabe resaltar que este regreso ha dividido a la opinión pública entre quienes defienden la vuelta a clases, y los que advierten que éste representa un peligro para los alumnos, los cuales al no estar vacunados (y no existir algún antígeno aprobado para ellos), podrían contagiar del virus igual de grave que los adultos.
Bajo este mismo argumento, en la conferencia del 30 de agosto, el presidente, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), no descartó la posibilidad de que surjan casos positivos de COVID-19 después del regreso a clases presenciales, pero aseguró que los gobiernos estatales contarán con personal de salud apto para enfrentar estas situaciones a tiempo.
Por esa razón, hizo un exhorto a que todas las escuelas mantengan un estrecho vínculo y comunicación con el sector salud, de tal manera que se eviten “problemas mayores”.
Puede ser que algún niño se contagie, pero se puede aislar, se atiende, hay médicos para eso. Está demostrado que tienen menos riesgos.
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) informó que la pandemia por COVID-19 disparó el número de muertes en México, esto, por arriba de lo previsto con relación a la tendencia registrada en los cinco años anteriores a la emergencia sanitaria.
El INEGI anunció que se registró un exceso de mortalidad de 497 mil 476, lo que equivale a 52.9 por ciento.
De acuerdo con la información referida, se esperaban 940 mil 329 defunciones entre enero de 2020 y marzo de 2021, pero a causa de la pandemia, se registraron un millón 437 mil 805 muertes.
Se define como exceso de mortalidad al número de defunciones observadas menos el número de defunciones esperadas, es decir, el número de muertes por encima de éste.
Lo anterior, se construye a partir se construye a partir de la información histórica de 2015 a 2019 de las semanas epidemiológicas en cuestión.
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