Uno de los empresarios más poderosos y ricos del planeta entero es mexicano. Se trata de Carlos Slim Helú, quien según la revista estadounidense especializada en temas financieros, Forbes, se encuentra en la posición 16 a nivel mundial entre los hombres más ricos, pues su fortuna asciende a USD 55,930 millones.
Slim es muy bueno para hacer negocios, y gracias a ellos ha logrado acrecentar de manera espectacular su imperio económico. Pero todo este éxito, que ha tenido Slim a lo largo de su carrera empresarial, tiene un antecedente. Y es que desde pequeño aprendió a administrar su dinero de manera correcta, además de tener el ejemplo de quien fuera su padre, Julián Slim Haddad.
El padre de Carlos Slim, quien nació un 28 de enero de 1940, era un hombre de origen libanés. Llegó a México en 1902, huyendo del yugo del imperio otomano, el cual obligaba a los jóvenes, en aquél entonces, a incorporarse a su ejército, por lo que las madres exiliaban a sus hijos antes de cumplir 15 años.
Con tan solo 14 años de edad y sin saber hablar español, en 1902 llegó a México, procedente de Líbano, Julián Slim. Líbano es un país ubicado en el continente asiático, limita al sur con Israel y al norte y al este con Siria. Al oeste se encuentra el Mar Mediterráneo. Su capital es Beirut, en donde apenas en agosto del 2020 se registró una fuerte explosión, provocada por un incendio en un almacén del puerto, en donde se encontraban casi 3 mil toneladas de nitrato de amonio, un químico utilizado para fabricar explosivos.
Julian Slim Haddad desembarcó en el puerto de Veracruz, para posteriormente trasladarse a Tampico, en Tamaulipas, al norte de México, en donde lo esperaban sus hermanos mayores José, Elías, Carlos y Pedro Slim, quienes estaban en México desde 1898.
En ese mismo año, nacería Linda Helú, quien sería madre del millonario mexicano, en Parral, Chihuahua. Los padres de Linda también eran inmigrantes libaneses que llegaron a México a finales del siglo XIX, y quienes luego de viajar por varias ciudades, optaron por establecerse en la capital, la Ciudad de México. José Helú, padre de Linda, trajo a México la primera imprenta árabe y fundó una de las primeras revistas comunitarias para la colonia libanesa en el país.
Posteriormente, los hermanos Slim cambiaron su lugar de residencia a la Ciudad de México, y en 1904, Julián Slim junto con su hermano José, quien era 13 años mayor que él, formaron una sociedad mercantil llamada La Estrella de Oriente, bautizada así en honor a su lugar de origen.
Para formar la sociedad mercantil se asociaron con un capital de 25 mil 800 pesos, aportando la mitad cada uno. En 1914, en plena Revolución Mexicana, Julián, quien tenía 26 años de edad, le compró a su hermano el otro 50% por 30 mil pesos.
La Estrella del Oriente se convirtió en una importante mercería, que se ubicaba en la calle de Capuchinas, ahora Venustiano Carranza, en el Centro Histórico de la Ciudad de México. En 1921, 10 años después de haber sido fundada la empresa, ya tenía un valor superior a los 100 mil dólares, y para esas fechas, Julián Slim ya había adquirido más de 11 propiedades en esa zona. El valor actual de la tienda sería de alrededor de 7 millones de dólares, y de las propiedades, de 28 millones de dólares, aproximadamente.
En 1922, el padre de Carlos Slim ya contaba con un capital de un millón 12 mil 258 pesos, entre propiedades, comercios y acciones.
Para 1926. Julián y Linda se casarían en la Ciudad de México, y cuatro años más tarde, nacería su primer hija, de nombre Nour. Dos años después, en 1932, nacería su segunda hija, Alma. Posteriormente nacerían Julián, luego José, Carlos y al final, Linda. Seis hijos en total.
Julián participó de manera activa en la Campaña Nacionalista de los años 30´s, que tenía por objeto impulsar la industria mexicana, procurando comprar y consumir productos hechos en México, para que, así, se impulsara y beneficiara el comercio, el empleo y el desarrollo nacional. La campaña tenía como lema “consuma lo que el país produce”.
Cuando Carlos Slim tenía 13 años, en 1953, Julian Slim Haddad falleció de forma repentina.
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