Guadalupe Fernández Valencia, la mujer de mayor rango en la estructura criminal del Cártel de Sinaloa cuando este era dirigido por Joaquín El Chapo Guzmán, fue condenada por una jueza federal de Chicago a 10 años de cárcel, pero podría salir libre en solo tres.
“Quiero aprovechar esta oportunidad para pedir perdón a mis hijos y a mi familia”, expresó entre lágrimas cuando fue sentenciada en una prisión federal por cargos relacionados con lavado de dinero y contrabando de toneladas de drogas entre Sinaloa, Culiacán y los EEUU.
El 25 de mayo del 2019, “La Patrona” se había declarado culpable en una corte de Chicago. Sin embargo, fue aprehendida poco más de cinco años atrás, el pasado 10 de febrero del 2016 en Culiacán, luego que en enero del 2015 la Fiscalía Federal de Illinois le imputara dichos cargos y solicitara al gobierno de México su aprehensión con posterior extradición.
Cabe señalar que Fernández Valencia recibió crédito de tiempo cumplido durante estos diez años. Esto significa que el tiempo que ya ha cumplido en prisión, tanto en los Estados Unidos como México, será tomado en cuenta para el total de su sentencia, lo que la dejaría a tan solo tres años de alcanzar la libertad.
Depende de la jurisdicción, pero a menudo si un condenado recibe tiempo cumplido se deja en las manos del juez que dictó la sentencia, quien a su vez consideró las recomendaciones de los fiscales y los abogados defensores, así como si el condenado se portó bien mientras estuvo bajo custodia y si llegó a un acuerdo previo de declaración de culpabilidad. .
Fernández Valencia potencialmente enfrentaba una sentencia de cadena perpetua basada en sus cargos en los tribunales de Estados Unidos. Sin embargo, debido a su cooperación “sustancial” con los investigadores, recibió un acuerdo con la fiscalía.
Los fiscales federales de la corte aseguraron que la mujer fue “pieza clave” para el gobierno estadunidense, esto a pesar que su colaboración implicó poner en riesgo su vida y las de sus hijos; actualmente, los detalles de sus declaraciones permanecen en calidad de “clasificados” en un archivo sellado.
En su declaración, Fernández Valencia relató que cooperó en el tráfico de 3 mil 500 libras (poco más de mil 500 kilos) de mariguana a EE.UU entre 2009 y 2010. También aceptó haber participado en el transporte y distribución de aproximadamente 30 kilogramos de cocaína a la semana para clientes en el área de Los Ángeles.
Respecto al lavado de dinero, se sabe la sentenciada blanqueó capital de Los Ángeles a Guadalajara a través de casas de cambio que se llevaban el 3% de las cantidades que movía.
Otros reportes judiciales detallan que su función principal eran los temas financieros. Trabajaba directamente con los hijos de Guzmán Loera, particularmente con Alfredo Guzmán Salazar, quien al parecer podría haber asumido la dirección del cártel tras la detención de su padre.
Guadalupe y su hermano, Manuel Fernández Valencia, quien se encuentra cumpliendo una condena de 27 años en Estados Unidos, se unieron al cártel del “Chapo” Guzmán en 2007, cuando ambos se mudaron a Culiacán. Antes estuvo 10 años en prisión, pero por delitos que no tenían nada que ver con narcotráfico.
Supuestamente, tras la detención de su hermano se alejó de las actividades criminales y estuvo dos años ausente de cualquier operación. Sin embargo, cuando retomó su actividad lo hizo con mayor intensidad: llegó a mover toneladas de marihuana, cocaína, heroína y metanfetamina.
“La Patrona” fue la única mujer que se acusó junto a Joaquín El Chapo Guzmán en Chicago. Cabe recordar que éste último fue sentenciado a cadena perpetua en una corte de Brooklyn, por su parte Guadalupe no recibió una sentencia mayor gracias a su cooperación con las autoridades.
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