UNAM pidió no estigmatizar a murciélagos; en ninguna especie circula el virus SARS-CoV-2

Un especialista de la máxima casa de estudios señaló que la emergencia sanitaria de COVID-19 ha puesto en riesgo a la población de este animal

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UNAM pidió no estigmatizar a
UNAM pidió no estigmatizar a murciélagos por SARS-CoV-2 (Foto: Margarito Pérez / Cuartoscuro)

La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) hizo un llamado a dejar de estigmatizar a murciélagos, pues señaló que existe evidencia científica que demuestra que en ninguna especie de estos mamíferos circula el virus SARS-CoV-2.

A través de un comunicado de prensa, Rafael Ojeda Flores, especialista de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia (FMVZ) de la UNAM, señaló que la emergencia sanitaria ha puesto en riesgo a la población de este animal, cuando algunas de sus clases ya están en peligro de extinción.

Dicha situación se agravó luego de que fueran difundidas investigaciones sobre las asociaciones entre microorganismos y sus hospederos y a los murciélagos se les ha señalado como hospedadores de virus emparentados con el SARS-CoV-2, aunque no se trata del actual virus pandémico.

La UNAM aseguró que ninguna
La UNAM aseguró que ninguna especie de murciélagos transmite SARS-CoV-2 (Foto: Twitter@UNAM)

Uno de los primeros artículos en los que se refirió esta asociación se publicó en la revista Nature el 20 de enero de 2020. En este trabajo se indicó la estrecha relación filogenética entre el coronavirus adaptado al ser humano y algunos virus detectados en murciélagos chinos en años previos.

“La mediatización negativa de la relación de los murciélagos con el coronavirus, en particular el SARS-CoV-2, han afectado negativamente la percepción pública de estos animales que han recibido ataques en diferentes partes del mundo: rechazo, temor, miedo y, sobre todo, esto ha llevado a tomar acciones en contra de estos animales en sus refugios”, expuso el especialista.

Aunado a esto, destacó que el incremento en el tráfico de especies silvestres para consumo humano pudo ser el impulso que necesitaba el SARS-CoV-2 para llegar al individuo.

“Los fenómenos de presión, adaptación y selección impulsaron la evolución del virus al punto que saltara al ser humano y que hoy no requiere de ningún animal para la transmisión directa y, desde el salto original, se puede decir que el 99.99 por ciento de las ocasiones estamos seguros que es una transmisión de humano a humano”, abundó.

El miedo generado hacia los
El miedo generado hacia los murciélagos afecta negativamente a los programas de conservación, aseguró el especialista (Foto: UNAM Global TV)

En tanto, Ojeda Flores recordó que esta situación no es nueva, ya que un estudio publicado en 2017 advertía que había sesgo importante en la forma en que se presenta la información entre los murciélagos y los coronavirus, al considerarlos como un riesgo o amenaza.

Uno más, difundido en 2020, indicó que el miedo generado hacia los murciélagos afecta negativamente a los programas de conservación de la especie.

“Son los animales más injustamente y exageradamente estigmatizados del reino animal, pueden competir con algunos insectos, arácnidos o serpientes, pero nadie ha sido tan inmerecidamente difamados, sobre todo por los beneficios a los ecosistemas”, precisó el experto en Diversificación Viral.

En México hay aproximadamente 140
En México hay aproximadamente 140 especies (Foto: Margarito Pérez / Cuartoscuro)

Así pues, precisó que de las más de 5,000 especies de mamíferos en el mundo, 1,300 pertenecen al grupo chiroptera de los murciélagos, lo cual los convierte en el segundo orden más diverso. En México hay aproximadamente 140 clases.

Además, se trata de un animal antiguo, pues en 2005 se dio a conocer que los primeros ejemplares que surgieron entre 55 y 70 millones de años atrás, se mantienen en evolución en el planeta; en tanto, el hombre tiene dos millones de años de existencia.

“Entre los grandes beneficios que como humanidad recibimos de manera gratuita de estos animales están la dispersión de semillas, la polinización, la regulación de plagas de insectos, la regeneración de bosques y, además, información que se puede aprovechar en bioingeniería, desarrollo de nuevas tecnologías y medicinas”, finalizó.

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