Este fin de semana el estado mexicano de Sinaloa se enteró de la lamentable muerte de “Anastasio”, el emblemático hipopótamo del zoológico de la ciudad de Culiacán.
Se sabe que “Anastasio” o “El Gordo”, como también se le conocía, llegó a la entidad desde los años 80 y en la actualidad era un animal longevo con 50 años de edad.
El hipopótamo formaba parte de la fauna bajo cuidado humano con un peso aproximado de dos toneladas. “Anastasio” ya era un animal que por sus características rebasaba el promedio de vida de 40 años.
Arturo Islas, famoso activista de los animales, lo bautizó como “El Gordo” por su complexión robusta. De acuerdo con reportes periodísticos, “Anastasio” arribó a Culiacán procedente del zoológico de Aragón, ubicado en la Ciudad de México.
Estuvo alrededor de 40 años en armonía y tranquilidad acompañado de “Katy”, una hipopótamo hembra residente de las tierras sinaloenses.
Diego García Heredia, director del zoológico, dijo que “Anastasio” fue tratado toda su vida en este espacio junto a 550 animales de 165 especies, donde “muchas de ellas sobrepasaron su promedio de sobrevivencia”.
Este domingo 22 de marzo, de acuerdo con un comunicado del zoológico de Culiacán, “El Gordo” cayó y al ser examinado por los médicos veterinarios se determinó que su muerte fue por causas naturales.
Previamente, el hipopótamo había comenzado a comer menos y sus movimientos eran con mayor pesadez de lo habitual.
García Heredia describía a “Anastasio” como un animal tranquilo que se encontraba en su propia laguna con su vegetación. Incluso dejaba que varias aves convivieran en su hábitat.
PERFIL DE UN HIPOPOTAMO
El hipopótamo, Hippopotamus amphibius, es el tercer mamífero terrestre más grande después de los elefantes y el rinoceronte. Pertenece a la familia Hippopotamidae junto con el hipopótamo pigmeo (Choeropsis riverenses).
Como su nombre científico lo indica, el hipopótamo común tiene un estilo de vida anfibio, descansa gregariamente en aguas poco profundas durante el día y emerge de noche para alentarse en solitario, normalmente los grupos son son poligénicos, es decir, un macho dominante con hembras y sus crías.
Sin importar su peso y forma, los hipopótamos pueden llegar a moverse ágilmente tanto en la tierra como en el agua, su marcha es ungulígrada. En la tierra pueden alcanzar velocidades de hasta 30 km/h durante varios cientos de metros y en el agua sus cortas piernas aportan propulsión, además sus patas palmeadas les permiten una fácil navegación.
El posicionamiento de los ojos, las orejas y las fosas nasales en la cabeza les permiten respirar y estar atento de todo lo que ocurre a su alrededor mientras están sumergido, ya que presentan órganos de los sentidos en posición periscópica.
Sus mandíbulas pueden abrirse en un ángulo de 150º, mostrando sus dientes que pueden llegar a medir hasta 50 cm de longitud e incisivos de hasta 40 cm. Tienen, bajo la dermis, unas glándulas distribuidas por todo el cuerpo que segregan casi continuamente un líquido viscoso de color rojizo, el cual se denomina sudor rojo este posee varias funciones, como lo son protección a la dermis evitando perdida de agua, quemaduras e infecciones, además posee la capacidad de ayudar a la cicatrización de heridas.
Es curioso saber que la palabra Hipopótamo significa “Caballo de río” en latín. Esto se debe a que este animal no nada, sino que camina o cabalga bajo el agua de los ríos. No pueden flotar y los que se ven en la superficie están realmente parados en una parte más alta o directamente acostados.
SEGUIR LEYENDO: