El escenario de la política mexicana se ha mantenido bajo una constante tensión luego que se diera a conocer que la Fiscalía General de la República (FGR) investiga al militante del Partido Acción Nacional (PAN), Ricardo Anaya, por presunto enriquecimiento y operaciones ilícitas.
Desde el sábado pasado, fecha del anuncio, el ex candidato presidencial ha desestimado las imputaciones (surgidas a voz del exdirectivo de Petróleos Mexicanos (PEMEX), Emilio Lozoya Austin), siendo su arma principal el señalamiento de una persecución política en su contra por parte del presidente, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), razón por la que se autoexiliaría.
Por su parte, en un primer momento, el mandatario se limitó a negar, en sus redes sociales, la acusación del panista y a exhortarlo a “no huir” y defenderse ante las autoridades.
Sin embargo, esta llama incrementó con más fuerza luego que el Jefe del Ejecutivo exhibiera y comentara el video-declaración que el panista colgó en su Twitter en donde, una vez más, lo señalara como el responsable detrás de la “persecución” y del citatorio para audiencia emitido por la Fiscalía.
“¿Y yo qué tengo que ver con el citatorio? (...) Que no me eche la culpa a mi. Que no sea marullero”, expresaba AMLO entre risas en la mañanera del lunes.
Es así que se detonó una serie de dimes y diretes entre ambos personajes - así como de los bandos que representan - que, según Raymundo Riva Palacio en su columna para Eje Central, avivó el fuego que ambos personajes arrastraban desde su encuentro en el debate presidencial del 2018.
Los cargos de cohecho y operaciones ilícitas hacia el militante blanquiazul surgen tras las declaraciones del exdirectivo de Petróleos Mexicanos (PEMEX), Emilio Lozoya Austin quien relató ante el fiscal, Alejandro Gertz Manero, haber entregado 6.8 millones de pesos a Anaya Cortés para la aprobación de la Reforma Energética en el sexenio de Enrique Peña Nieto (2012-2018).
A pesar de ello, Riva Palacio afirmó que esta y otras acusaciones del documento han sido imposibles de sostener ante un juez, lo cual, dijo, podría responsabilizar a Gertz en caso que se compruebe la falta de solides de la denuncia.
No obstante, señaló, con el constante intercambio de diálogo entre AMLO y Anaya, poco a poco le otorgarían “alas para volar” a los argumentos con los que éste último actualmente se defiende: persecución política y complot a sus aspiraciones presidenciales del 2024.
Es por ello que el periodista insistió en que el Jefe del Ejecutivo debería truncar los encuentros y “dejar todo el caso de Anaya en manos de la Fiscalía”, de tal manera que evite que el tema, el cual ha catalogado como “mera politiquería”, se torne en un asunto de persecución política.
“López Obrador ha caído fácilmente en las provocaciones de Anaya, pero al entrar en una batalla de dichos con él, ha caído en el juego de su adversario que no tardará, por la forma como escala las cosas, en equipararlo con Daniel Oterga, presidente de Nicaragua que emprendió una cacería contra sus opositores”, advirtió.
Y es que, además de volver a negar persecusión política por su parte, López Obrador rechazó haberse involucrado con la FGR o los jueces del poder judicial, asegurndo que la estrategia de adjudicarle la culpa es una “maniobra politiquera” del Anaya para deslindarse de su responsabilidad.
Por ello, una vez terminado el encuentro, Ricardo le contestó a través de su cuenta de Twitter - esto a pesar de asegurar que se “tomaría una pausa” tras las acusaciones.
“Dice AMLO que él no tuvo nada que ver con el proceso que la fiscalía desató en mi contra. Comprobamos, una vez más, que además de ser un mentiroso, es un cobarde. Arroja la piedra y esconde la mano”, arremetió.
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