Si hay algo que ha obsesionado últimamente al presidente Andrés Manuel López Obrador es que el Congreso de la Unión pueda discutir y aprobar en los próximos días (con un periodo extraordinario de legislación) la Ley Federal de Revocación de Mandato, para que se realice en marzo de 2022 a través de otra Consulta Popular.
Pero ¿de qué va esta propuesta impulsada por el mismo líder de la autollamada “Cuarta Transformación” y por qué ha causado tanta polémica al respecto? A continuación te exponemos seis claves para entenderla.
Qué es la revocación de mandato
De acuerdo con el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), la revocación de mandato es una figura democrática, aprobada por el Congreso en 2019, con la que las y los ciudadanos podrán elegir si un funcionario electo para cierto periodo continúa o no su mandato.
“Es decir, se pretende darle poder al ciudadano para que califique a su representante y decida si lo mantiene en su cargo”
En la reforma al artículo 35 Constitucional, apartado 8 Fracción IX, que fue aprobada hace dos años se establece esta consulta sólo se podrá pedir una vez cada sexenio y tendrá que solicitarse durante los tres meses siguientes a la conclusión del tercer año de gobierno.
Esta sería la primera ocasión en que un presidente de México se someta a una consulta de este tipo.
Por qué es tan importante para AMLO
Una de las cosas por las que quiere ser recordado López Obrador como presidente es por pasar de una democracia representativa a una participativa, con sus ya tradicionales consultas.
La idea de promover una revocación de mandato la planteó desde su primera campaña presidencial en 2006, con la premisa “el pueblo pone y el pueblo quita”. A finales de 2018, cuando llegó a “la silla”, se comprometió a que a mitad de su sexenio, que termina en 2024, se sometería a esta.
Algunos analistas señalan que el objetivo real de AMLO es lograr una doble legitimidad como presidente, derrotando no solo a los partidos de oposición, sino a empresarios y líderes de opinión en su contra, dos años antes de iniciar un nuevo sexenio. Esto sin duda fortalecería a Morena, partido que lo llevó al poder, y a su candidato de cara a las próximas elecciones presidenciales.
En su pasado informe de gobierno, con motivo de los tres años de su triunfo electoral del 1 de julio de 2018, presumió (con base en una encuesta levantada por la Secretaría de Gobernación), tener un respaldo de 72% para que continúe al frente del gobierno federal. “Estamos bien calificados, pero aspiramos a convencer a más gente”, declaró.
Cómo se llevaría a cabo
Hay varios obstáculos que tendrá que sortear López Obrador, Morena y sus aliados. Primero que nada, que el Congreso apruebe la ley reglamentaria, que si no es en periodo extraordinario sería en la próxima legislatura que inicia en septiembre; aunque hay que mencionar que el Instituto Nacional Electoral (INE) y el senador Ricardo Monreal ya trabajan en los lineamientos para su operatividad.
Si es aprobada, sólo podrá ser solicitada por ciudadanas y ciudadanos que firmen una petición con sus datos electorales. El INE requerirá al menos el 3% de la lista nominal de electores que está conformada por 93, 528,473 de personas; es decir, se necesitarán 2, 805,854 de ellos. Además, deberán ser correspondientes a por lo menos 17 entidades federativas.
Cumpliendo estos requisitos, el INE tendrá a su cargo, en forma directa, la organización, desarrollo y cómputo de la votación. Instalará mesas receptoras donde los votantes podrán cruzar en una papeleta por el “SÍ” o el “No” a la pregunta: “¿Está de acuerdo con que se concluya de manera anticipada el desempeño del cargo de la Presidencia de la República, a partir de la pérdida de confianza”? Esa redacción aparece tanto en la propuesta de Monreal.
Para que la revocación del mandato sea vinculatoria, tendrá que contar con el respaldo de 40% de los ciudadanos inscritos en la lista nominal, es decir, poco más de 37 millones de votos.
Finalmente, se emitirá los resultados del proceso, los cuales podrán ser impugnados ante la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).
Qué pasa si AMLO pierde
Luego de que el TEPJF informe si la revocación es válida, notificará al titular del Poder Ejecutivo que tendrá que abandonar el cargo.
Según la Constitución, el presidente de la Cámara de Diputados asumiría en forma provisional, por un mes, el cargo y de inmediato se convocaría a reunión de congreso general, para que se erija en colegio electoral y nombre al nuevo presidente.
Para que haya quórum se requiere que haya una asistencia de dos tercios de los legisladores, mayoría calificada, pero para elegirlo se requiere sólo el voto de la mayoría absoluta (50 + 1), por lo que el nombramiento quedaría en manos de Morena y sus aliados.
Cuál es la polémica
Chin chin a todo aquel de la oposición que vote por un extraordinario para aprobar la revocación de mandato. Tal disparate costaría ¡4000 millones de pesos! ¡Ocho veces más que la consulta cantinflesca, y sólo para darle oxígeno a este gobierno inepto!
¡Mejor vacunas y medicinas!
Para muchos opositores es inocente pensar que López Obrador va a ceder el poder en una consulta, pues tiene el control total de Morena y como consecuencia el control de la mayoría en el Congreso.
Incluso, estiman que muy poco electorado participe en ella. Hay que recordar que en la Consulta Popular de agosto pasado sobre el “juicio a ex presidentes” participó solo el 7% de electores del 40% que se necesitaba.
En este sentido tanto analistas como legisladores de la oposición la califican como perdida de tiempo y, sobre todo, de recursos. Para llevar a cabo esta consulta el INE calcula un gasto de por lo menos 9,000 millones de pesos, en medio de la crisis económica-sanitaria por la pandemia de COVID-19.
Asimismo, han señalado que el presidente tiene una fascinación por estar en campaña permanente, provocado inestabilidad y polarización en el país. Cabe mencionar que esta herramienta “democrática” fue utilizada por los regímenes calificados como populistas de Hugo Chávez, en Venezuela, y Evo Morales, en Bolivia
Los riesgos para AMLO
Sin embargo, hay otros analistas, como Eduardo Huchim, que consideran que el mandatario hará una fuerte y riesgosa apuesta para medir el pulso de la ciudadanía sobre el ejercicio de su administración. Y es que estaría suponiendo que su popularidad le alcanzará para mitigar los mensajes contrarios a los logros del gobierno federal que impactarán invariablemente en la ciudadanía
De hecho, organismos ciudadanos como Alternativas por México, que dirige Gustavo de Hoyos Walther, han anunciado públicamente su interés por organizar una ruta para que la consulta se lleve a cabo y se termine con la administración del tabasqueño.
Según el portal Oráculos, un compendio de las cinco casas encuestadoras más importantes en México, en junio de 2021 la aprobación de López Obrador fue de 59%, con una tendencia a la baja.
SEGUIR LEYENDO: