Este mediodía se llevó a cabo la ceremonia oficial para el cambio de nomenclatura del cuarto tramo, que va desde Insurgentes Norte, por el Poniente, hasta Rosales, al Oriente, en la Ciudad de México, el cual a partir de hoy ya no se llamará Puente de Alvarado, sino México-Tenochtitlan.
Para ello se intervinieron 700 metros con pavimentación, espacio público, infraestructura, movilidad.
Al realizar este cambio, también se modificó el nombre e iconografía de las estaciones del Metrobús y del Metro, de las líneas 4 y 2, respectivamente. Lo anterior, en el marco de las acciones realizadas por el Gobierno de México y de la capital para conmemorar el 500 aniversario de la resistencia indígena México-Tenochtitlan.
“Con este cambio de nomenclatura, damos pie a una nueva etapa en la vida de las y los mexicanos que transitarán por este nuevo suelo, de tal forma que se rememore no a un conquistador, sino a la gran civilización que da origen a nuestra identidad como nación”, dijo el alcalde de Cuauhtémoc, Néstor Núñez.
Inclusive, Google Maps ya registró la modificación.
Durante el acto protocolario, el profesor e investigador de la UNAM, Federico Navarrete Linares, recordó que Puente del Alvarado lleva el apellido del capitán, porque los españoles consideraron una venganza justa su victoria de 1521, el sitio y destrucción de México-Tenochtitlan, por el ataque mexica de 1520.
“El capitán Pedro de Alvarado es reconocido únicamente por la hazaña, nada gloriosa, de haber brincado sobre los cadáveres de sus compañeros para salvar su vida”, explicó Navarrete Linares.
“Lo hicieron porque él, Pedro de Alvarado, fue quien, en mayo de 1520, ordenó y realizó la masacre a traición de miles de jóvenes desarmados, mientras bailaban en honor de sus dioses, en el patio del Templo Mayor (…) De esta manera, fue él quien desencadenó la guerra entre mexicas y españoles”, agregó el historiador.
Y es que cabe recordar que desde el año previo, el Gobierno mexicano rebautizó la conquista española como “resistencia indígena” en un giro radical a la efeméride para reforzar el antiguo concepto de nación y bajo el riesgo de reabrir heridas. Es así que México conmemora en este 2021 los 700 años de la fundación de México-Tenochtitlan, los 500 años de la conquista de Hernán Cortés y los 200 años de la independencia de México.
“Vamos a recordar con dolor y pesar” este viernes la conquista por la “tremenda violencia que significó”, dijo apenas este miércoles el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Uno de los momentos clave fue el pasado 13 de agosto, pues 500 años antes, los españoles junto a sus aliados indígenas se apoderaron de Tenochtitlan, acabando con el imperio mexica. Para conmemorarlo, darle un giro a la historia del país y ensalzar a los mexicas como el principal pueblo originario de México, el Gobierno de la Ciudad instaló una mega maqueta en el Zócalo capitalino.
Con 16 metros de altura, la réplica de la pirámide fue presentada al público mediante un espectáculo nocturno de luces con el que la capital mexicana quiso honrar la “resistencia indígena” de los mexicas o aztecas al cumplirse los 500 años de la conquista.
La pirámide, expuesta de forma temporal, cuenta con dos escalinatas hacia la cima, donde hay dos capillas, una de color azul dedicada a Tlálolc, dios mexica de la lluvia y la fertilidad, y Huitzilopochtli, dios de la guerra.
Pese a que durante su inauguración, la jefa de Gobierno reconoció que no hubo sana distancia, hizo una invitación a la ciudadanía a seguir asistiendo.
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