Miguel Ángel Félix Gallardo, ex narcotraficante de 75 años, reconoció que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador se esfuerza por el bienestar de los mexicanos, pero descartó pedirle ayuda para quedar en libertad bajo amnistía, aún con su salud deteriorada y luego de tres décadas encarcelado.
No estoy buscando eso. Sé que el señor presidente es un hombre de buena voluntad que está combatiendo la desigualdad social, está dando pensiones, está dando muchas cosas y yo no le quitaría su tiempo
En la segunda parte de la entrevista revelada por Telemundo, el llamado Jefe de jefes reiteró que solo espera morir sin ninguna esperanza de salir del penal de Puente Grande, en Jalisco, donde actualmente paga su condena.
El ex líder del Cártel de Guadalajara rompió el silencio luego de 32 años encerrado y compareció públicamente a través del noticiario estadounidense. Pese al planteamiento de la cadena televisiva, el decreto presidencial de amnistía contempla a personas que no hayan cometido delitos graves.
Si bien, el capo rechazó acudir a los favores del gobierno, se quejó de que los coacusados en su caso están libres y su comportamiento serían muestra suficiente para acceder a un indulto. Aunado a ello, confesó que nunca le pasó por su mente planear una fuga.
Por un lado dijo que solicitar apoyo al mandatario sería quitarle su tiempo pero, por otra parte, reconoció que salir de la cárcel sería un milagro y un regalo dorado para sus nietos.
Perdí más de la mitad de mi familia en la cárcel: una hija, mis padres. Mi madre murió sin que le regresaran sus muebles, ¡sus muebles!, no estoy pensando en la libertad, pienso en mis nietos
Por otra parte, afirmó que la violencia en México es consecuencia del desempleo y la desigualdad social que, según su opinión, el presidente está resolviendo de a poco y por ello habría de darle tiempo.
Derrotado por el tiempo y las enfermedades, el Jefe de jefes tiene que usar una silla de ruedas, pues cada que intenta caminar solo se resbala. Con pasos casi a tientas fue que llegó a lesionarse el brazo izquierdo en la caída. No ve del ojo izquierdo y debe ayudarse de un aparato auditivo para entender lo que otros dicen. Acusó que fue torturado en su arresto, cuando le rompieron cuatro costillas.
Yo soy un cadáver, el cual no aspira más que ser enterrado en la raíz de un árbol
Félix Gallardo negó haber conocido a Pablo Escobar, el Zar de la cocaína y aseguró que nunca visitó Medellín, Colombia, como lo retratan series del narcotráfico.
También dijo que antes de ser detenido se dedicaba a la agricultura y a la ganadería, además, que tenía negocios como hoteles y una farmacia. De eso vivía y se mudó de Sinaloa a Jalisco para hacer una vida de familia.
El Jefe de jefes paga por el asesinato de Enrique Camarena, agente de la Administración del Control de Drogas (DEA), quien fue secuestrado, torturado y ejecutado en febrero de 1985.
Por este caso, las autoridades norteamericanas investigaron la participación de Rafael Caro Quintero, el Narco de narcos, y Ernesto Fonseca Carrillo, don Neto, quienes conformaban una organización para el envío de marihuana y cocaína desde Colombia y México a Estados Unidos.
Aunque el Narco de narcos y don Neto fueron detenidos en abril de 1985, el Jefe de jefes cayó cuatro años después, protegido por funcionarios corruptos.
Al respecto, Félix Gallardo negó haber cometido el crimen e ignoraba por qué lo vincularon con esa ejecución que cambió la historia del narcotráfico en el país. Aunque dijo que culpables materiales como intelectuales pagaron con su vida en la cárcel. Igual negó sus vínculos con Fonseca Carrillo y Caro Quintero, con quienes no había platicado.
El sinaloense aseguró que nunca conoció al agente de la DEA y lamentó su pérdida, porque era un buen hombre. Por ello deseó resignación a su esposa.
Que tenga la satisfacción que los culpables de eso están pagando sus culpas
Miguel Ángel Félix Gallardo fue arrestado un sábado 8 de abril de 1989, por la noche, en Guadalajara. Algunos informes indican que estaba en bata de baño.
Al mismo tiempo que se ejecutaban estas acciones, fueron asegurados 80 policías de Culiacán, ciudad natal del capo. Cuando terminó el operativo, los oficiales quedaron libres, pues se temía que interfirieran. Algunos agentes sí se quedaron tras las rejas.
Tras su arresto le fueron incautadas diversas propiedades, incluidos un hotel, una farmacia, una empresa de bienes raíces, así como numerosas cuentas bancarias. Los cálculos de su fortuna se estimaron en 500 millones de dólares, así como un patrimonio de 50 casas y 200 ranchos.
El Jefe de jefes tenía 43 años entonces y estaba en el apogeo de su carrera delictiva como el primero en exportar cocaína desde México y obtenida de Colombia. En aquel año de 1989 se indicó que traficaba cuatro toneladas cada mes.
Inicialmente fue condenado a cuatro décadas encerrado, pero luego de una década se ordenó otro juicio que finalmente concluyó en 2017 y dejó la cifra en 37 años por los mismos cargos cometidos contra el agente de la DEA y el piloto mexicano Alfredo Zavala.
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