El expresidente Felipe Calderón Hinojosa criticó la recién inaugurada maqueta monumental del Templo Mayor en el Zócalo de la Ciudad de México, al apuntar que no están existiendo las medidas de distanciamiento social adecuadas.
A través de su cuenta de Twitter, el panista hizo una publicación con una fotografía aérea en donde se observa la concentración de personas en el lugar, sin guardar sana distancia, para ver el espectáculo por los 500 años de resistencia indígena.
Por lo anterior, sugirió que los presentes estaban expuestos a contagiarse de COVID-19 e incluso fallecer, por lo que ironizó que esa escena parecía un tipo de sacrificio azteca moderno.
“La celebración de las bonitas tradiciones aztecas incluirá la recreación de los sacrificios humanos #Covid_19″, dijo.
Y es que México se enfrenta a la tercera ola de contagios y la capital concentra el mayor número de casos, por lo que las personas deberían quedarse en casa, evitando asistir a eventos masivos.
Sin embargo, en esta ocasión, en lugar de que las autoridades inviten a la ciudadanía a quedarse confinada está promoviendo un evento en donde supuestamente no existen medidas sanitarias.
Lo que hay que saber sobre la maqueta del Templo Mayor
Justo medio milenio después de su caída en manos de los conquistadores españoles, Tenochtitlan volvió a brillar este viernes con la inauguración de una maqueta monumental del antiguo Templo Mayor.
Con 16 metros de altura, la réplica de la pirámide fue presentada al público mediante un espectáculo nocturno de luces con el que la capital mexicana quiso honrar la “resistencia indígena” de los mexicas o aztecas al cumplirse los 500 años de la conquista.
Se trata de un evento enmarcado en el maratón de conmemoraciones diseñadas este año por el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador para resignificar la conquista española y ensalzar a los mexicas como el principal pueblo originario de México.
El show de la resistencia
Centenares de personas abarrotaron la céntrica plaza del Zócalo, decorada con luces y figuras de la cultura mexica, para ver la historia del nacimiento y la caída de Tenochtitlan proyectada en las paredes de la nueva pirámide, ubicada frente al Palacio Nacional.
“Fue algo muy padre (bueno). Un evento así no se había visto de esta magnitud con tanta gente y que hayan tomado en cuenta mucho la cultura. Es parte de nuestras raíces que siguen vivas” dijo a Efe Aldahir, un joven caracterizado como Mictlantecuhtli, dios de la muerte mexica, con tocado de plumas y máscara de calavera incluida.
La pirámide, expuesta de forma temporal, cuenta con dos escalinatas hacia la cima, donde hay dos capillas, una de color azul dedicada a Tlálolc, dios mexica de la lluvia y la fertilidad, y Huitzilopochtli, dios de la guerra.
La capital mexica, levantada sobre el lago de Texcoco, se estructuraba alrededor de un imponente recinto ceremonial de una ochentena de edificios ubicado en el mismo lugar donde hoy precisamente se encuentra el Zócalo.
La edificación principal era el Templo Mayor o Huey Teocalli, una pirámide de 45 metros construida en 1325 en honor a Tláloc y a Huitzilopochtli, donde se celebraban importantes rituales, incluidos sacrificios humanos.
Este fue a la vez el escenario de uno de los momentos más atroces de la conquista en 1520, cuando el conquistador Pedro de Alvarado perpetró una cruenta matanza.
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