César Armando Librado Legorreta tenía la coartada perfecta. Él mismo lo sabía y la aprovechó. El feminicida serial sería conocido por la historia como El Coqueto: un asesino que aterrorizó la Zona Metropolitana del Valle de México del 2011 al 2012.
Fue sentenciado por violaciones y el asesinato de siete mujeres. Poco se sabe de su antecedentes. La entonces Procuraduría General de Justicia del Estado de México (PGJEM) reveló que el criminal nació en febrero de principios de la década de los 80 en la entidad federativa mexiquense.
Se reportó que en el 2012, cuando fue capturado, tenía 29 años de edad y vivía en un municipio del estado con su esposa y sus dos hijos.
Su modus operandi consistía en explotar su oficio como chofer de transporte público de la Ruta 2 que va de Valle Dorado a Metro Chapultepec durante las noches y madrugadas. Ahí primero violaba y posteriormente mataba a pasajeras, víctimas, todas mujeres de entre 17 y 34 años de edad, de acuerdo con reportes de medios nacionales.
Para perpetrar los feminicidios pretendía que el camión con la matrícula 712TL066 se había descompuesto: bajaba a todos los usuarios excepto a la mujer que decidiera escoger esa noche. Después mentía y le decía que se ofrecía a llevarla hasta donde necesitara si lo esperaba a que arreglara el autobús. A veces cambiaba la operación y lo hacía con la última pasajera de la noche antes de regresar a su base.
Sin embargo, modificaba la ruta y violaba y asesinaba a la víctima. Al final, se deshacía de sus cuerpos aventándolos en avenidas o ríos y desagües como algunos de Tlalnepantla de Baz.
“Veía la oportunidad y lo hacía, las convencía de que las llevaba o se quedaban solas, o como otra, que venía un poco alcohólica o tomada, se quedó dormida y aprovecho la situación”, declaró el feminicida serial a agentes de la PGJEM en un video del interrogatorio difundido por la dependencia.
“Violé a ocho mujeres, de las cuales maté a siete, por miedo a que me denunciaran”, confesó.
De acuerdo con la PGJEM, la primera víctima fue una mujer de 19 años de edad: la atacó en el municipio de Tlalnepantla en junio del 2010. Tras robarle sus pertenencias y abusar sexualmente de ella trató de asfixiarla. La joven sobrevivió porque fingió estar muerta.
El testimonio y la descripción que dio de El Coqueto fue una pieza clave para ligarlo con los otros homicidios.
Alfredo Castillo, entonces procurador, señaló que “Librado Legorreta despojaba a las mujeres de sus pertenecías y abandonaba los cuerpos en la vía pública”.
Su primer asesinato se registró en julio del 2011, de acuerdo con la carpeta de investigación integrada para llevar a cabo su captura, arresto y proceso. Asesinó a una mujer de 28 años de edad en Naucalpan, Estado de México. Un par de meses después, el 27 de octubre, mató a una adolescente de 17 años en la Ciudad de México. Su cuerpo fue hallado en la colonia Juárez.
A finales del año perpetró otros tres: el 26 de noviembre en Tultitlán; en Navidad una mujer de 22 años de edad se convirtió en su víctima en Tlalnepantla, y el 30 de diciembre le quitó la vida a una ciudadana de 19 años en Cuautitlán.
El sexto y séptimo, los últimos dos que se le atribuyen, los cometió en Tlalnepantla. Asesinó a una mujer de alrededor de 20 años el 8 de enero y a otra de 34 años el 17 o 18 de enero.
El Coqueto fue capturado a finales de febrero del 2012 en el entonces Distrito Federal. Sin embargo, cuando las autoridades capitalinas anunciaron la acción penal en contra de Librado Legorreta por los siete asesinatos de mujeres en el Valle de México, él ya había escapado.
Cuando fue trasladado a las oficinas de la subprocuraduría de la PGJEM para ser interrogado, dijo Castillo, Librado Legorreta escapó por una ventana durante la madrugada. Era custodiado por tres agentes ministeriales en espera de su traslado a la capital, donde sería consignado.
“El error no es el hecho de haberlo tenido en una oficina, el error es la negligencia de tres policías ministeriales que posiblemente se confiaron y que pensaron que este sujeto no iba intentar huir”, afirmó Alfredo Castillo durante una conferencia de prensa.
Primero fue detenido uno de los tres agentes ministeriales que escaparon con El Coqueto. Después cayó el resto.
El 3 de marzo, el gobierno del Estado de México informó de la reaprehensión de César Armando Librado Legorreta. Un grupo de agentes policiacos de élite capturaron al violador y feminicida serial en un inmueble ubicado en la colonia La Malinche o Cerro del Judío en la alcaldía Magdalena Contreras, en la capital del país.
El domicilio pertenecía a uno de sus parientes, a quien le mintió y dijo que había escapado de un secuestro.
Inmediatamente, El Coqueto fue hospitalizado en un estado de salud grave debido a las heridas que sufrió al huir de las instalaciones de la PGJEM unos días antes. Al momento de su arresto, al percatarse de la presencia de la policía, el criminal no solamente se entregó sino que también pidió, gritando, auxilio médico.
Ocasionadas por la caída de un tercer piso, el entonces presunto culpable tenía lesiones en la zona lumbar, el pie derecho y en la columna. El detenido fue llevado al Hospital General Dr. Nicolás San Juan.
Gabriel O’Shea Cuevas, entonces secretario de Salud del Estado de México, informó que César Armando Librado Legorreta fue operado en el Centro Médico Lic. Adolfo López Mateos de Toluca.
El funcionario público precisó que la operación costó 300,000 pesos y que fue financiada por la Dirección de Reclusorios del estado, además de que duró 10 horas.
El entonces gobernador del Estado de México, Eruviel Ávila, informó desde su cuenta de Twitter el arresto del feminicida serial, quien escapó de las autoridades de las instalaciones de la Subprocuraduría de Justicia de Barrientos el 27 de febrero.
Ávila también declaró que su administración buscaría la condena de prisión vitalicia para El Coqueto. El 12 de diciembre de 2012 fue declarado culpable y sentenciado a 240 años de cárcel por el delito de feminicidio cometido en agravio de seis mujeres.
Juan Arturo Velázquez Méndez, juez de control, dictó una sentencia de 40 años de prisión, la multa de 700 días de salario mínimo e indemnización para reparación de daños de 94,515 pesos por cada una de seis de las víctimas.
Para ese entonces, El Coqueto ya había recibido una primera condena de 61 años de cárcel por el delito de abuso sexual: un total de 301 años dentro de un reclusorio.
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