La mañana de este viernes las autoridades mexicanas encabezadas por el presidente Andrés Manuel López Obrador conmemoraron los 500 años de resistencia indígena México-Tenochtitlan.
López Obrador resaltó que este viernes 13 de agosto “se cumplen 500 años de la caída, de la toma, de Tenochtitlán”.
En su discurso durante la ceremonia, el presidente aprovechó para agradecer a los asistentes, señalando que esta es una fecha “funeral”, como dijera el escritor Carlos Pellicer.
Además, López Obrador pidió perdón por la “catástrofe” provocada por la conquista española al conmemorar los 500 años de la toma de Tenochtitlán por las tropas de Hernán Cortés.
“Recordamos la caída de la gran Tenochtitlán y ofrecemos perdón a las víctimas de la catástrofe originada por la ocupación militar española de Mesoamérica y del resto del territorio de la actual República Mexicana”, manifestó el mandatario en el acto oficial.
Agregó que considera ofensivo y ocioso el volver a la polémica de que los originarios de Mesoamérica, y los mexicas eran bárbaros que comían carne humana. Además, criticó a quienes tienen una visión simplista y afirman que Hernán Cortés no “conquistó” sino que “liberó” América.
El primer mandatario abundó el contexto histórico en que ocurrieron los hechos y negó la idea de que los mexicas fueran bárbaros caníbales.
“Entre las llamas que achicharraban a los herejes y los sacrificios aztecas hay pocas diferencias”, dijo en su discurso López Obrador, parafraseando al escritor e historiador Fernando Benitez.
“No se debe justificar las matanzas realizadas por los conquistadores. No hay justificación alguna para tanta matanza”, recalcó.
López Obrador señaló que no debe satanizarse la figura de Hernán Cortés, a quien describió como: “simplemente un hombre de poder, un militar con valor, aplomo, un militar desalmado; un político audaz y ambicioso de fortuna, que hábilmente aprovechó las divisiones y las debilidades de los mexicas para imponerse con discursos, argucias, terror y violencia, hasta conseguir apoderarse del anhelado tesoro en oro y plata de Tenochtitlan.En el discurso López obrador manifestó:
Es por eso que considero hasta ofensivo y ocioso, en estos tiempos, volver a la vieja polémica de que los originarios de Mesoamérica y, en particular, los mexicas eran bárbaros porque, entre otras cosas, comían carne humana; pensaban que el caballo era una bestia sobrenatural monstruosa, que los españoles fueron salvados en batallas por un hombre de a caballo que figuraba ser el Apóstol Santiago o que Cortés y sus soldados eran enviados de la divinidad, según la supuesta profecía indígena del regreso de Quetzalcóatl o que la adoración de ídolos era una práctica demoniaca.
Baste decir, para responder, como sostenía Fernando Benítez que “entre las llamas que achicharraban a los herejes y los sacrificios humanos de los aztecas hay pocas diferencias”.
Pero sí hay asuntos que deben aclararse en la medida de lo posible. Por ejemplo, hace unos días, un escritor promonárquico de nuestro continente, que no son pocos, por cierto, afirmaba que España no conquistó América, sino que España liberó América, pues “Hernán Cortés –cito textualmente– aglutinó a 110 naciones mexicanas que vivían oprimidas por la tiranía antropófaga de los aztecas y que lucharon con él”. Agrega que “pedir perdón por liberar a los mexicanos de los aztecas es como pedir perdón por haber derrotado a los nazis”.
Es sabido que varios pueblos originarios como los totonacas, los tlaxcaltecas, los otomíes, los de Texcoco y otros, “no 110 naciones”, ayudaron a Cortés a tomar Tenochtitlan, pero este hecho no debe servir para justificar las matanzas llevadas a cabo por los conquistadores ni le resta importancia a la grandeza cultural de los vencidos.
La idea dominante, por mucho tiempo, hasta nuestros días de que Moctezuma era un tirano puede ser cierta, pero los hechos narrados en las crónicas reflejan que sus opositores se sumaron a Cortés y a sus huestes por sentirse libres y no por vivir como esclavos.
Es demostrable, también, que los pueblos sometidos al dominio mexica tenían que pagar tributo o impuestos al poder central, pero la versión de que se los comían, es más bien una típica inventiva de cualquier colonizador, una vulgaridad por lo general nunca comprobada.
No debe descartarse, sin embargo, que en otros tiempos la hegemonía mexica se haya impuesto mediante la fuerza en todo Mesoamérica, pero a la llegada de los españoles era evidente la decadencia del poderío de Moctezuma y de sus aliados. De haber existido un poder central fuerte, una tiranía, no habría sido posible que Cortés llegara con apenas 400 soldados españoles la primera vez a Tenochtitlan, luego de enfrentar pocas batallas, dos o tres, desde la península de Yucatán hasta el Valle de México.
Entre los asistentes se encontraban Claudia Sheinbaum, jefa de gobierno de la Ciudad de México, la secretaria de Gobierno Olga Sánchez Cordero, el canciller Marcelo Ebrard, la esposa de López Obrador Beatriz Gutiérrez, el secretario de Marina Rafel Ojeda, María Magdalena Huerta Vázquez, presidenta del Comisariado Ejidal de Santiago Zapotitlán de la Alcaldía de Tláhuac.
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