Indígenas de varios puntos de México se congregaron este jueves en el Zócalo, plaza principal del país, para honrar con danzas los 500 años de la resistencia del imperio azteca ante los conquistadores españoles, un día antes de los festejos oficiales.
El calendario oficial marca cinco siglos de la "caída" de México-Tenochtitlan el viernes 13 de agosto, pero indígenas chichimecas, nahuas, mayas y purépechas celebraron este jueves ataviados con penachos y sonajas atadas a las piernas como el último día en que sus ancestros ejercieron soberanía.
“Venimos a mostrar que todavía como mexicas (o aztecas) todavía estamos en pie (...) estamos todavía como mexicas defendiendo nuestro patrimonio cultural”, dijo a la AFP Tomás Serrano, quien asegura que se reunieron solo unos dos centenares de mexicanistas por la pandemia.
El 12 de agosto de 1521 "estábamos en pie de lucha porque estábamos defendiendo lo nuestro, porque estábamos siendo todavía un pueblo libre y soberano porque todavía no teníamos el yugo español", dice Aracely Granados.
Esta indígena chichimeca dice, entre lágrimas, que los mexicas no fueron vencidos, que depusieron sus armas el 13 de agosto de hace 500 años para evitar el “exterminio” de su pueblo.
Ese día "fuimos esclavizados, ahí empezó nuestro calvario, ahí empezó nuestra esclavitud", añade criticando las celebraciones oficiales.
Los festejos oficiales por el último día de la Tenochtitlan arrancan el 13 de agosto con la inauguración de una monumental maqueta del Templo Mayor, que era el centro absoluto de la vida religiosa mexica, sobre la que se proyectarán pasajes de la historia de esa civilización.
"Este es el Huey Teocalli, o #TemploMayor, Centro del Universo, desde aquí se extendió el vasto imperio mexica. Un espectáculo de luces le darán vida para dar voz y reafirmar nuestras raíces", anunciaba este jueves en Twitter la secretaría de Cultura de la Ciudad de México.
Con 16 metros de altura, la maqueta podrá ser vista de forma presencial a partir del 13 de agosto hasta el 8 de septiembre próximo.
La instalación es una tercera parte del tamaño original de una de las edificaciones más significativas de la antigua Tenochtitlán.
Reproduce el Monte de las Víboras, lugar donde habitaban la diosa madre Coatlicue con su hija Coyoxautli y sus hijos, los 400 hermanos o los luceros o estrellas que regían el firmamento del principio de los tiempos, según la leyenda mexica.
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