La narcoguerra del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) contra Cárteles Unidos ha dejado una ola de desplazamiento forzado interno en ocho rancherías de Coalcomán, Michoacán, donde los pobladores sufren por cortes en comunicaciones, bloqueos carreteros y por el peligro latente de morir en el fuego cruzado.
Videos que han circulado en redes sociales muestran el éxodo de decenas de personas que salieron de la comunidad del Salitre rumbo a la cabecera municipal, donde buscan refugio. En una de las grabaciones se observan a mujeres, niños y niñas, además de otros menores cargados en brazos, que caminan, montan a caballo o son conducidos en su carriola. Todos llevan mochilas en la espalda.
Otro clip da cuenta de vecinos que, irónicamente, muestran cómo cruzan la “frontera”, cual migrantes en búsqueda de una vida mejor. Un hombre está situado en la zanja cavada por los grupos criminales, estrategia usada para impedir el avance de sus enemigos. Sobre el asfalto hay maletas y el que graba informa que están esperando a los demás.
De acuerdo con una carta emitida por la Parroquia de Santiago Apóstol, ubicada en Coalcomán, habitantes de ese municipio viven en la incertidumbre por la disputa territorial de facciones delictivas. Temen por el asedio de la violencia ante la inacción del Ejército, la Policía de Michoacán y ni qué decir de los agentes municipales.
Jorge Luis Martínez Chávez, párroco de la entidad, acusó en la misiva que los hombres armados los “están llevando entre las patas”, pues al menos una víctima mortal se ha registrado en las últimas semanas. También denunció que los miembros de la delincuencia destrozaron carreteras entre Tepalcatepec y Coalcomán, cometen asesinatos por doquier, cortan líneas telefónicas y el acceso a internet es limitado. Padecen lo mismo que en Aguililla, donde siguen atrapados por la guerra del narco.
“Hay cuartel militar con cientos de soldados que esperan órdenes mientras a nosotros nos siguen destruyendo”, reclamó el padre.
“El comercio está encareciendo los precios de los productos básicos ya que tienen qué dar una vuelta más larga para ingresar a la población, alegan los proveedores”.
Desde hace una par de años, la llamada Tierra Caliente de Michoacán padece enfrentamientos entre el CJNG y el concilio de Cárteles Unidos que agrupa a células locales como el Cártel de Tepalcatepec, Blancos de Troya, los Viagras, Caballeros Templarios, Familia Michoacana y agregados.
Apenas la semana pasada, el 5 de agosto, la policía del estado reparó una zanja cavada por Cárteles Unidos a la altura de la localidad de Maruatilla, a menos de diez minutos en auto desde Coalcomán y poco más de una hora desde Tepalcatepec. Presuntamente, la interrupción vial sucedió por la madrugada y hasta el medio día acudieron autoridades.
Un día antes, la misma organización criminal bloqueó el paso con vehículos incendiados sobre la misma carretera de Coalcomán, pues se impidió el tránsito del CJNG al bastión del Cártel de Tepalcatepec donde opera su cabecilla principal, Juan José Álvarez Farías, el Abuelo.
Las células michoacanas han desplegado diversas estrategias para atraer la atención de autoridades que les beneficien en su lucha contra el CJNG, grupo comandado por Nemesio Oseguera Cervantes, el Mencho. Lo mismo simulan ser autodefensas o graban mensajes al presidente de México con niños y mujeres que reclaman la presencia del Ejército.
La destrucción de carreteras es una de sus firmas más características, usada para proteger lo que consideran su territorio o, al menos, detener por horas o días los ataques.
Después de que hay reparaciones, vuelven a bloquear y romper otros tramos. Ese desgaste lleva a los habitantes a la desesperación, quienes se encuentran atrapados entre tácticas criminales y al mismo tiempo exigen actuación para restablecer el libre tránsito, el orden y la paz.
Algunas de estas facciones de Cárteles Unidos fingen ser guardias comunitarias para legitimar retenes, armamento, vigilancia nocturna y rechazo de la autoridad. Sin embargo, pretenden resistir el asedio del Cártel Jalisco Nueva Generación y no perder la plaza de Michoacán para seguir con el narcomenudeo, la fabricación de droga y extorsiones a productores de limón y aguacate.
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