Supuestos sicarios del Cártel de Sinaloa y a las órdenes de Ismael Zambada García, el Mayo, usarían uniformes clonados de la Guardia Nacional en sus operaciones ilícitas.
Dos fotografías y un video que han circulado en redes sociales mostrarían que los civiles, presuntos miembros del crimen organizado, portan la misma ropa que aquellos de la corporación federal de seguridad que fue creada en la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador.
En las imágenes se observan dos sujetos con el uniforme de campo, supuestamente apócrifo, el cual está integrado por un pantalón táctico entre blanco y gris claro con pixelado en negro, así como la casaca con las mismas características.
Mientras que en el clip se aprecia un convoy de hasta 15 camionetas y más de 40 personas, la mayoría de los automotores son del tipo pick up. De estos, menos de una decena son unidades blancas con tubos en la parte trasera, como si de patrullas de la Guardia Nacional se tratara.
Al ser consultada por Infobae México, la dependencia respondió que el uso no autorizado de uniformes e insignias es un delito conforme al Artículo 32 de la Guardia Nacional y se interpondrán las denuncias correspondientes.
Los grados y las insignias de la Guardia Nacional no podrán ser usados por personas, corporaciones o dependencias ajenas a ella. Quienes violen estas disposiciones quedarán sujetos a lo previsto en el Código Penal Federal
Según las imágenes, un presunto miembro del Cártel de Sinaloa se habría tomado una selfie con el uniforme puesto, al interior de una camioneta. Resaltan las insignias de la institución en los brazos y al cuello una imagen de la Santa Muerte.
En otra foto, un hombre está de pie en medio de un paraje boscoso, al lado de un coche azul marino. También viste el ropaje de la Guardia Nacional, chaleco táctico café (y no de color negro como en la institución), además de coderas y rodilleras negras.
El video muestra que los presuntos integrantes del grupo criminal patrullan por la sierra, en carreteras de terracería. Incluso una de las camionetas tiene montado un fusil calibre 50 en el techo, justo en manos del identificado como sicario.
La Guardia Nacional fue aprobada en marzo de 2019 y arrancó operaciones formales el 30 de junio de ese año.
Tres días antes de que comenzara en funciones, se reportó que por 65 pesos se ofrecía la insignia de la dependencia en Mercado Libre y se enviaba a oficinas de paquetería desde Naucalpan, Estado de México. Clonar el equipo policíaco es sencillo en México: uniformes, chalecos antibalas, quepis, insignias, entre otros aditamentos, están al alcance de cualquier persona.
La piratería de vehículos, ropa y hasta rotular con leyendas como “Marina” o “Sedena” a chalecos antibalas, forman parte de las estrategias de grupos criminales para realizar levantones o instalar retenes en carreteras en los que revisan o extorsionan a viajeros y transportistas.
Además, con ello pretenden pasar desapercibidos entre la población para justificar armamento o camuflar sus crímenes, atribuyendo acciones ilegales a las fuerzas de Seguridad Pública.
El pasado 15 de junio, el presidente López Obrador informó que buscará una reforma para que la Guardia Nacional esté bajo la jurisdicción de la Secretaría de la Defensa Nacional, porque con ello se garantizaría, aseguró el mandatario, que el nuevo cuerpo de seguridad no se vea infiltrada por la corrupción.
Más de un mes después, el 25 de julio, AMLO informó que se destinará un presupuesto adicional de 50 mil millones de pesos para fortalecer a la institución rumbo a 2023.
Según un informe del Centro Prodh, la corporación no es de carácter civil como fue mandatado en su creación constitucional. Pues el 75% de su pie de fuerza es de extracción castrense. Además, todos sus coordinadores de los 32 estados provienen de las Fuerzas Armadas: 28 de la Secretaría de la Defensa Nacional y cuatro de la Secretaría de Marina.
En la práctica, el presidente solo formalizaría la militarización de seguridad pública, pese a que prometió que los castrenses volverían a sus cuarteles en su gobierno. Sin embargo, el control operativo en la Sedena ya operaba desde octubre de 2020.
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