“La escritura es una larga introspección, es un viaje hacia las cavernas más oscuras de la conciencia, una lenta meditación”, escribió Isabel Allende en su obra Paula de 1994. Esas palabras son adoptadas por diferentes psicólogos, los cuales afirman que escribir es una de las mejores terapias que existen.
No obstante, desde la popularización de Internet, se han desarrollado diferentes debates sobre si la humanidad debería de olvidarse de la escritura convencional para mudarse a redactar con las nuevas tecnologías, es decir, trabajar únicamente a través de las computadoras o dispositivos móviles.
Diversos estudios neurológicos, alrededor del mundo, han demostrado que escribir a mano despierta los cuatro lóbulos cerebrales tanto en personas adultas como en grupos infantes, mientras que solo hacerlo mediante teclados o pantallas electrónicas despierta de dos a tres.
Por otro lado, desde una perspectiva de la psicología, también se ha demostrado que existe una diferencia en las actitudes y asimilaciones de la realidad que presentan las personas que realizan su día a día frente a una pantalla, contra los que escriben en hoja y papel.
De acuerdo a la psicóloga Adriana Caspeta, que habló con Infobae México, “las personas que están frente a los teclados pueden desarrollar poca tolerancia a la frustración en el día a día, porque todo está a la mano, es más práctico borrar y corregir, cosa que en la interacción cara a cara no pasa”.
Refirió que se ha demostrado que aquellos que pasan más tiempo frente a las pantallas, ya sea por trabajo, estudio u ocio, han desarrollado “poca capacidad receptiva, dificultades en la memoria a corto plazo, dificultades para realizar actividades lógicas matemáticas, en el lenguaje y poca tolerancia a la frustración”.
La especialista en conducta humana también señaló que el cerebro es un músculo, por lo tanto, se debe de reforzar y ejercitar con diferentes actividades para no desarrollar en la edad adulta algunas enfermedades degenerativas como demencia senil o el párkinson.
Asimismo, destacó que no es que una actividad sea mejor que la otra, sino que no se complementan del todo en la vida de los seres humanos, ya que las personas han olvidado escribir en su día a día y ahora solo “textean”, porque al escribir se suele recurrir a los recuerdos, cosa que al teclear es más difícil porque no se activan todos los lóbulos cerebrales.
“La escritura convencional es una herramienta de comunicación con los demás, aparte funciona de forma terapéutica para aquellos a los que les cuesta expresarse de forma verbal”, indicó.
No es una sorpresa que la interacción social se modificó con el arribo del Internet y la popularización de la tecnología en el uso cotidiano, estos hechos generaron diferentes formas de socialización y de afrontar la realidad para las diferentes sociedades.
Para la psicóloga Caspeta, la escritura no debe de desaparecer ni ser suplida del todo, ya que ayuda a la motricidad y la memoria. Sin embargo, destacó que si un adulto abandona el redactar a mano no pierde capacidades cognitivas, solo comienza a olvidar cómo se escriben ciertas palabras o cómo hilar oraciones.
“No, no pierden capacidades cognitivas porque no hay daños neurológico en el cerebro [...] Tal vez nos volvemos menos rápidos para poder escribir a mano, la letra comienza a no ser legible porque no se está ejercitando, pero no se pierde la capacidad”, aclaró.
La especialista también apuntó a que la humanidad, en realidad, no se da cuenta que no está ejercitada o fina la escritura, debido a que la vida actual pasa muy deprisa, así que sólo se observan como detalles muy mínimos, pero que a la larga puede desarrollarse en una perdida de la memoria.
“Al abandonar la escritura, el ser humano se pierde a sí mismo”, dijo. Por tanto, recomendó no olvidarse de escribir a mano, aunque sea mínimamente en el día, ya que de hacerlo, se pierde la capacidad de conocerse, de que la persona conecte consigo y con sus emociones.
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