En San Pedro Garza, Nuevo León —uno de los municipios con mayor riqueza en el país— apareció colgada una narcomanta. El hallazgo se detectó muy temprano el pasado 13 de mayo.
Era una narcomanta como cualquiera otra. Como casi cualquier otra estaba escrita en mayúsculas, sin comas. Y aunque pocas, con las faltas de ortografía que se han vuelto rigor en ese género.
En el mensaje señalaban a la policía de estar implicada en secuestros, extorsiones y venta de droga.
Meses antes habían aparecido narcomantas casi idénticas en la ciudad fronteriza de Tijuana. Todas venían firmadas del mismo modo: “Atentamente: Cártel Jalisco Nueva Generación”.
Los próximos días las narcomantas estaban en San Luis Potosí, Zacatecas, Guanajuato. De acuerdo con un análisis realizado por la fundación Insight Crime, este año han sido abandonadas 60 narcomantas firmadas por el CJNG. ¿Vienen de Nemesio Oseguera Cervantes, el Mencho? No hay forma de saberlo, lo que sí se puede asegurar es que existe un intercambio de mensajes, desde la sombra y a la vista de todos.
Las narcomantas comenzaron a emplearse por el sanguinario grupo criminal de Los Zetas. En el año 2000, los integrantes del cártel de la última letra las emplearon para dos propósitos: reclutar sicarios y reclamarle al gobierno del ex mandatario Vicente Fox de no cumplir acuerdos.
Los analistas en seguridad advierten que estos mensajes tienen su propio estilo dependiendo del cártel que firme, incluso si se trata de un jefe de plaza o un líder absoluto de una organización criminal.
El más reciente informe de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA) advierte que detrás de la expansión del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) se encuentra una perversa alianza con otras organizaciones criminales como la Familia Michoacana, asentada en tres estados; el Cártel del Golfo, en 12 y Guerreros Unidos en cuatro.
Con la Familia Michoacana, que se disputa el control del narcotráfico en Michoacán, Estado de México y Guerrero, estaría ampliando sus conexiones a Tierra Caliente. Por su parte, con el Cártel del Golfo, los jaliscienses entrarían al negocio en algunos de los estados del noroeste, Zacatecas, San Luis Potosí y Tamaulipas, donde no han tenido mayor influencia.
Éste grupo criminal, fundado por Osiel Cárdenas Guillén, concentra sus actividades de narcotráfico de heroína y cocaína mediante el transporte de cargas en los Estados Unidos cerca de McAllen y Brownsville, Texas.
Guerreros Unidos, una antigua escisión del cártel de los Beltrán Leyva, se encuentran colaborando con el cártel de las cuatro letras, especialmente en el transporte de droga hacia Estados Unidos. Según la DEA, esta alianza ha generado un alto grado de violencia en la región.
El análisis Evaluación Nacional de la Amenaza de Drogas 2020, advierte que el cártel liderado por Nemesio Oseguera Cervantes, el “Mencho”, tiene presencia significativa en 23 de los 32 estados. Además, mantiene el control en importantes corredores de droga como la ciudad fronteriza de Tijuana, Baja California y Nuevo Laredo, Tamaulipas.
“La rápida expansión del CJNG y sus actividades de narcotráfico se caracteriza por la voluntad del grupo de participar en actos violentos, enfrentamientos con el gobierno mexicano, fuerzas de seguridad y cárteles rivales”, se lee en el expediente.
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