La Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) de México criticó abiertamente el miércoles el plan del presidente Andrés Manuel López Obrador de imponer un precio máximo al gas destinado a la cocción y la calefacción.
México importa gran parte de su gas LP, y los precios internacionales han subido, lo que supone un aumento de los costos para los mexicanos.
López Obrador trató esta semana de invocar poderes de emergencia para decretar un precio máximo durante seis meses.
Pero la Cofece indicó en un comunicado que la ley actual establece un proceso por el cual los reguladores, si encuentran prácticas monopólicas de precios, pueden imponer límites a los mismos. Señaló que se abrió una investigación sobre ello el 31 de mayo y que sigue en curso.
La comisión, que está encargada de promover y garantizar la libre competencia, también advirtió que “la regulación de precios podría tener consecuencias contrarias a lo que pretende la directriz, como el desabasto o escasez de gas LP”.
Además, exhortó a la Comisión Reguladora de Energía (CRE) a respetar el proceso establecido en la normativa vigente para fijar regulación de precios del gas LP. Todo porque el pasado 28 de julio se publicó, en el Diario Oficial de la Federación (DOF), la “Directriz de Emergencia para el bienestar del Consumidor de Gas Licuado de Petróleo”, señala que la CRE establecerá una metodología “para fijar precios máximos al consumidor final de gas LP, en un plazo máximo de tres días, la cual tendría una vigencia de seis meses”.
Los expertos dicen que la propuesta de limitar los precios se remonta a décadas pasadas, cuando la paraestatal Petróleos Mexicanos (Pemex) importaba gas LP y lo vendía a precios fijos a los distribuidores. Ahora, las compañías privadas importan la mayor parte del gas, y no lo harán si pierden dinero con él.
“Si el control de precios los lleva a un nivel en el cual no se recupera el valor del gas, sencillamente no lo van a entregar y va a causar desabasto”, dijo Eduardo Prud’homme a AP socio de la empresa de consultoría y análisis energético Gadex. “La escasez va a generar un mercado negro”.
Si Pemex decidiera fungir como importador y vendedor de último recurso, eso podría crear un problema clásico de subsidios, con un gas artificialmente barato que podría ser desviado a los mercados donde puede ser vendido a precios de mercado.
“Implementarlo va a ser un asunto sumamente complejo”, dijo Prud’homme. “Nos va a costar muchísimo dinero y no nos va a solucionar el problema”.
El gobierno está bajo presión para que haga algo al respecto.
Una de las promesas clave del presidente ha sido que los precios de los combustibles básicos no suban por encima de la tasa de inflación, y el mercado, en gran medida privatizado, de las bombonas de gas para cocinar ha hecho que eso sea inalcanzable.
La tasa inflacionaria en México oscila actualmente alrededor del 6%. El gas LP es utilizado en el 70% de las viviendas del país, y en algunas áreas el precio del suministro a domicilio casi se ha duplicado durante el último año.
López Obrador dijo este mes que quiere crear una compañía gubernamental para distribuir gas de cocina luego de un repunte en los precios del gas. Pero parte de la reforma energética de México hace casi una década pretendía alejarse de los precios fijos y de las industrias estatales para crear libre competencia en los mercados de combustibles.
El presidente dijo que las compañías privadas de distribución de gas han inflado sus márgenes de ganancias, y señaló que una empresa estatal de distribución podría cobrar precios más bajos.
*Con información de AP
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