Las autoridades sanitarias de Oaxaca, encontraron el tercer caso de hongo negro en el Hospital Regional de San Juan Bautista Tuxtepec en un paciente varón de más de 30 años de edad que ya se encuentra recibiendo el tratamiento médico adecuado.
Con este caso, habría un total de tres personas afectadas con mucormicosis en la entidad en un periodo de 60 días.
El primer caso registrado en la capital de Oaxaca fue la de un hombre que ya falleció. El segundo fue el de una mujer, también en el hospital de especialidades que se encuentra en periodo de recuperación.
En el caso de estos dos pacientes, se dijo que padecían diabetes, y se les realizó una biopsia de la zona afectada.
¿Qué es el hongo negro?
El hongo negro (mucormicosis por su término científico) es una enfermedad en la que un hongo produce un tipo de moho para atacar a las pequeñas arterias y venas de los tejidos, interrumpiendo así el flujo de la sangre y derivando en la necrosis, que es la muerte del tejido; esta última etapa ocurre sólo en casos severos.
¿Cuáles son los síntomas?
Los principales síntomas suelen ser congestión y sangrado nasal. También se puede presentar hinchazón y dolor en el ojo, párpados caídos y visión borrosa. Lamentablemente, los pacientes suelen acudir a consulta médica en etapas muy avanzadas, cuando la visión ya fue prácticamente afectada, por lo que opción más viable es la extirpación del ojo para evitar que la infección llegue al cerebro.
Este cuadro de infección puede diagnosticarse previamente con técnicas convencionales en laboratorios de microbiología con tinciones para hongos y cultivos.
Si se detecta en casos severos, el tratamiento inicial es la remoción de los tejidos afectados con cirugía. Después, se debe suministrar diariamente un fármaco contra los hongos llamado anfotericina B - y hasta ahora el único eficaz contra la infección- de forma intravenosa para controlar la enfermedad; éste también se suministra en casos moderados o leves.
¿A quiénes afecta?
Este tipo de hongo no afecta a personas con el sistema de defensa normal, sino a aquellas cuyo sistema se encuentra debilitado como pacientes con cánceres de diversos tipos, diabetes severas, VIH/ SIDA o coronavirus.
Los pacientes de COVID-19 son especialmente susceptibles porque el virus no solo afecta a su sistema inmunitario, sino que los medicamentos del tratamiento también pueden suprimir su respuesta inmunitaria.
La manera en que alguien puede contraerla no es a través del contacto de persona a persona, sino al respirar las esporas que puedan encontrarse en el medio ambiente, como en el suelo, las plantas, el estiércol y las frutas y verduras en descomposición.
Esas partículas se emiten desde el océano o los continentes. Su distribución geográfica es local, regional y continental. Diversos fitopatógenos llegan de Europa o Asia, como la roya del cafeto (Hemileia vastatrix) que afecta y acaba con los cultivos de café; los huracanes también traen consigo microorganismos.
Sin embargo, a pesar que la tasa de mortalidad es muy alta, sobrepasando el 50% por la afectación que puede provocar a órganos vitales, la realidad es que se trata de una enfermedad bastante rara en el mundo, a excepción de la India.
De hecho algunos expertos han señalado que el uso de esteroides también podría provocar la mucormicosis, e incluso los aluden como el probable factor causante de la “pesadilla dentro de la pandemia”.
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