La empresa panificadora más grande del mundo es liderada por la familia Servitje. María Elena Servitje, mejor conocida como “Marinela”, es una de las herederas del emporio de Bimbo, y actualmente es una de las 100 mujeres más poderosas del país.
La empresaria también es presidenta de la empresa Sietecolores, la cual está especializada en la creación de espacios públicos para la convivencia, esparcimiento y aprendizaje, que ofrece su conocimiento en la conceptualización y desarrollo integral de espacios públicos a gobiernos estatales y municipales, museos nacionales e internacionales, patronatos, empresarios y fundaciones que quieran contribuir con el desarrollo social.
Desde muy joven, Marinela decidió no elegir el camino corporativo, y en vez de ello, se ocupó de impulsar la educación y apoyar a la juventud y niñez mexicana, centrada en generar mejores condiciones para ellos. Marinela destacó por seguir el camino de la cultura y la ayuda, pues desde temprana edad ocupaba su tiempo y esfuerzo en brindar apoyo a los menos afortunados, como en sus viajes al Valle del Mezquital, en Hidalgo, para ayudar a los indígenas otomíes, en vez de salir de fiesta con sus amigos.
Con Sietecolores ha colaborado en la construcción de grandes obras como el parque Bicentenario, ubicado al norte de la Ciudad de México, y en donde se encontraban terrenos contaminados que albergaron la antigua Refinería 18 de Marzo, de Petróleos Mexicanos (Pemex).
Marinela fue una de las principales promotoras de la conversión del viejo espacio industrial, en un complejo lleno de jardines, canchas y juegos recreativos, que son visitados, de manera gratuita, por familias, deportistas y muchos jóvenes.
La empresaria también ha sido pieza clave en otros proyectos de corte social, como la construcción del Papalote Museo del Niño, el cual opera desde 1993 y la conversión del Museo Tecnológico de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) en el Museo Nacional de Energía y Tecnología (Munet).
En una entrevista para la revista Forbes, la también filántropa declaró que en una ocasión que visitó el Parque Bicentenario, se encontró con 20,000 jóvenes presenciando un concierto, lo que la llenó de satisfacción ver a las familias felices y a los visitantes jugando voleibol o futbol.
“Es cuando digo que valió la pena, porque fui una persona que se tomó muy en serio el Parque Bicentenario. Por eso, pienso que es muy importante que haya más de estos espacios en la ciudad”, dijo en la entrevista.
La creación, inauguración, operación e, incluso, renovación del museo interactivo más grande de América Latina, Papalote Museo del Niño, fue el primer contacto que tuvieron Servitje y un grupo multidisciplinario de expertos en diseño industrial, gráfico, electrónico y pedagogos, con esta labor.
En los 10 años que lleva operando Sietecolores, el equipo ha abierto más de nueve espacios importantes, además de colaborar con proyectos ejecutivos para otros museos y ha hecho propuestas conceptuales y exposiciones temporales que han viajado por el país.
El Trompo Museo Interactivo de Tijuana, La Rodadora Espacio Interactivo en Ciudad Juárez, el Trapiche Museo Interactivo de Ciudad Juárez, el Museo de Historia Natural en la Ciudad de México, Papalote Museo del Niño Monterrey y el Zig Zag Centro Interactivo de Ciencias de Zacatecas son solo algunos de los proyectos que han visto la luz gracias a la empresa impulsada por Marinela, y al apoyo económico tanto de la iniciativa privada como de los gobiernos locales y federal.
Marinela inició su carrera en el área social de la Secretaría de Educación Pública (SEP) trabajando en la capacitación de profesores de primaria y secundaria, para después, en 1989, la entonces primera dama Cecilia Occelli de Salinas la invitó a participar en una campaña de recaudación de fondos para crear el museo El Papalote; proyecto para el que Marinela consiguió 40 millones de dólares, y asumió la dirección desde la apertura del lugar en 1993 hasta el 2011.
Tras dejar la dirección de El Papalote, inició con la organización Compromiso Social por la Calidad de la Educación e inició con el proyecto de Sietecolores.
Fue presidenta del Instituto Nacional de Pediatría, creó el fideicomiso de rescate del Bosque de Chapultepec, fue presidenta de la Fundación Walmart y Fundación Televisa. También ha lanzado campañas de salud y creó el fideicomiso Compromiso Social por la Calidad de la Educación. Además, fue presidenta del consejo consultivo de la UNICEF en México.
Actualmente, la familia Servitje Montull es una de las más acaudaladas de México, e incrementó su fortuna durante el 2020, de acuerdo con información de la revista estadounidense especializada en temas financieros Forbes, más de un 38 por ciento, lo cual los coloca en la octava posición del listado de Millonarios Mexicanos 2021. Se calcula que su fortuna asciende a los USD 3,590 millones. Esta cifra representó un incremento de USD 990 millones, a comparación de la fortuna registrada en 2019.
SEGUIR LEYENDO: