El escenario en el estado de Morelos —al centrosur de México— es el mismo que la de decenas de otras regiones en el país: enfrentamientos, ataques, desmembrados y pánico.
Los números (y los hechos) advierten que la violencia se ha asentado con fuerza en algunos de los municipios de la entidad tras el anuncio de la recompensa de Francisco Javier Rodríguez Hernández, alias el Señorón, presunto operador del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
De acuerdo con los medios locales, entre las víctimas mortales se encuentran un niño, de seis años; dos mujeres; tres personas desmembradas; un hombre calcinado y un policía.
El pasado viernes, los cuerpos de una mujer y un niño fueron encontrados sin vida en el municipio de Tlaltizapán, en la zona sur de Morelos. Hasta este lunes ambas víctimas continuaban en calidad de desconocidos.
Por la noche, un hombre fue atacado a balazos en Tequesquitengo, en el municipio de Jojutla. Según los reportes, por los hechos fueron capturados dos hombres y un menor de 17 años.
Al día siguiente, el sábado 17 de julio, un elemento de la policía preventiva identificado como César Aldana Flores, fue atacado a balazos mientras viajaba en una camioneta color rojo. El uniformado recibió más de 10 disparos.
Las autoridades informaron que ese mismo día se hallaron los restos humanos de una persona dentro de bolsas de plástico, en el municipio de Cuautla.
En los primeros minutos del domingo, un hombre fue asesinado a balazos en las calles de colonia Tabachín, en el municipio de Yautepec. En el municipio de Jiutepec, un grupo de hombres le disparó a un joven y en el campo La Ciénega de Oacalco, en Yautepec, un cuerpo fue encontrado en un canal de riego.
Al medio día, los restos humanos de una persona fueron abandonados en un punto de la vía conocida como El Cañón de Lobos, en la carretera Jiutepec-Yautepec. Las autoridades no informaron de la identificación del sexo de los restos.
Previo al fin de semana, en Cuernavaca, un grupo de hombres no identificados intentó incendiar uno de los espectaculares colocados en la autopista México-Acapulco, y en el que se anunciaba la recompensa por la captura de .
Ese mismo día, se registró la entrega de despensas y útiles escolares a nombre de este líder criminal. Las acciones fueron señaladas como un desafío del crimen organizado al gobierno, quien hace apenas cuatro días le puso precio a la cabeza de Rodríguez Hernández.
El año pasado, Frank, Colombiano, XL,Señorón y/o Señorita fueron apodos que se escucharon cada vez con mayor fuerza en Morelos, lo que provocó que el gobierno volteara a ver a este personaje.
Según la información recabada por las autoridades, los sobrenombres pertenecían a un cabecilla criminal del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) identificado como Francisco Javier Rodríguez Hernández, quien este lunes se convirtió en uno de los objetivos prioritarios del gobierno de Cuauhtémoc Blanco, que ofrece una recompensa de hasta 500 mil pesos por información que permita su detención.
La Mesa de Coordinación Estatal para la Construcción de la Paz anunció que a este hombre se le busca por una orden de homicidio calificado y el delito de asociación delictuosa.
En 2020, a tres calles de la oficina del gobernador estatal, hombres vestidos de negro, chalecos antibalas, botas policíacas y pasamontañas repartieron despensas enviadas en apoyo de comerciantes —y a consecuencia de la crisis desatada por el coronavirus—, por el cabecilla criminal el Señorón.
En cuentas de redes sociales, frecuentemente utilizadas por el narco para difundir su información, se aseguró que el crimen organizado ponía su granito de arena para la emergencia sanitaria.
Ese mismo año, sicarios identificados como miembros de la célula del Señorón publicaron en internet una grabación en el que hombres con equipo táctico interrogaban a dos jóvenes “levantados”.
Las víctimas confesaron dedicarse al robo de bolsas, motos y autos. A continuación, los jóvenes fueron asesinados con disparos. La ejecución fue rubricada: “Atentamente, el Señorón”.
Francisco Javier Rodríguez Hernández, mejor conocido como el Señorón, apareció en el radar de la policía tras la detención en agosto de 2019 de Santiago Mazari Miranda, alias el Carrete, líder del grupo criminal Los Rojos, que mantenía su base operativa en Guerrero y Morelos.
La caída del Carrete —que ascendió a sangre y fuego luego de la muerte de Arturo Beltrán Leyva— dejó en Morelos un vacío que el CJNG intentó ocupar a través de alianzas con pequeños mafiosos locales. Entonces el Señorón ya era conocido como jefe de la extorsión y la venta de droga en diversos municipios de Morelos.
Aunque el año pasado, la información de este operador del CJNG era casi nula, se sabía sobre una supuesta asociación de Francisco Javier con un político del PRD, que hoy es cercano al gobierno de Cuauhtémoc Blanco.
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