Al paso que va el manejo de la actual administración, las arcas del erario mexicano terminarán este sexenio dentro de un ciclón si es que no se echa a andar una reforma fiscal eficiente. Así lo advierte el exsecretario de Hacienda de México, Carlos M. Urzúa (diciembre 2018-julio 2019), indicando que decisión del gobierno que encabeza López Obrador, como la de aumentar la pensión a las personas de la tercera edad y bajar esa edad tres años, van a pasar una factura casi colapsante si no se actúa rápido. Sobre todo en materia económica, destaca.
Entonces realiza una especie de radiografía de lo que, afirma, es ahora mismo el perfil de una tormenta que, de seguir como va, al final de la administración de AMLO será un ciclón.
En un texto publicado este lunes, el académico y economista señaló que a tres años de la Cuarta Transformación, como el presidente llama a su gobierno, esta ha fracasado en temas como la salud, la seguridad, la educación y la infraestructura pública.
En la columna que se publicó en el diario mexicano El Universal, el exfuncionario recuerda que con la clara finalidad de resistir al golpe electoral que el pasado 6 de junio –de cualquier manera– Morena tuvo en ciudades de importancia, como la capital del país, el gobierno impuso el aumento en los pagos que cada dos meses realiza a adultos mayores.
Se trata de la ya tan sonada reforma al Sistema de Pensiones realizada (y celebrada) por el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Como detalla Urzúa, hasta 2020, los adultos mayores de 68 años recibieron en su Pensión para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores, de forma bimestral, 2.700 pesos. Con el incrementó anunciado para 2024, esa cantidad pasará a 6.000 pesos, y la recibirán todos los mayores a 65 años.
Es una buena noticia, claro está, para todos los mexicanos que en tres años más tendrán 65 o más, reconoce el académico, ya que muchos de ellos viven en la profunda pobreza que achaca al país. Sin embargo, alerta, el problema aparece al voltear a ver la pirámide poblacional mexicana a la par de la recaudación tributaria.
Citando datos del mismo Consejo Nacional de Población, Urzúa indica que la cifra de mexicanos que para 2020 tenían 68 años o más, rebasaba por poco los 7.4 millones, que al ser multiplicado por 2.700, resulta en 20.000 millones de pesos otorgados por dicho programa cada par de meses, un total de 120 mil millones de pesos en ese año, en pensiones no contributivas, cabe subrayar, lo que significó casi el 0.5% del PIB.
Enseguida aclara que, distinto a lo que un primer momento se podría pensar que al calcular en cuánto aumenta la pensión para 2024, que es en 2.22, y que multiplicando ese número por 120.000 millones ya se sabría cuál sería el gasta en ese año, falta un factor: la reducción de la edad mínima y el aumento de adultos mayores en los próximos tres años. Entonces él estima que ese gasto podría llegar a los 360 mil millones de pesos anuales, lo que representaría alrededor del 1.5% del PIB (actual).
Además, tomando en cuenta que el costo fiscal de pensiones contributivas, como las del IMSS, superarán el 4% del PIB para el final del sexenio. Todo sumado, señala, será como algo del 6.5% del PIB, lo que si no se gestiona algún cambio de forma, llegará a ser cerca de la mitad de la recaudación tributaria en 2024.
Es decir, solo la mitad de los impuestos de ese año se irán en esa instrucción. Y con la otra la otra mitad se espera se cubra gastos en educación, salud, seguridad pública, inversión, y los gastos propios de las entidades: ahí es donde el economista subraya e insiste en que se tornará la situación en un completo ciclón.
Hace un año, el propio presidente López Obrador celebraba la echada a andar de su ambicioso proyecto de reforma al sistema de pensiones, acordado con la principal patronal y la confederación sindical, en busca de aumentar en un 40% la prestación que recibirán los trabajadores al jubilarse y reducir las semanas de cotización.
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