Los conflictos que se han acentuado los últimos días en Michoacán, Chiapas y Tamaulipas, han atraído la atención de los reflectores por las similitudes que comparten: aumento de violencia, ataques del crimen organizado, impunidad, desplazados, grupos de autodefensas, bloqueos, actos vandálicos, la inacción del Ejército y —sobre todo— el hartazgo de los pobladores.
El presidente López Obrador reiteró el jueves que su estrategia de seguridad para combatir la violencia ha sido la correcta, aunque sus efectos a largo plazo representen el camino más largo para la pacificación del país. Insistió en que su gobierno seguirá enfocándose en atender las causas que originan la violencia puesto que él no es partidario de la ley “ojo por ojo, diente por diente”.
Por un lado algunos expertos han interpretado lo ocurrido en la tres entidades como reacciones al reacomodo político del país. Otros han demandado medidas de protección y acciones inmediatas para combatir al crimen organizado. Los opositores han criticado el aumento del poder militar y han señalado que la actual estrategia de recuperación del control territorial mediante la disuasión del uso de la violencia no ha sido efectiva.
Tierra Caliente, Michoacán
El domingo 11 de junio, Ángel Gutiérrez Aguilar, El Kiro, fundador de las autodefensas en 2013 junto con Hipólito Mora y José Manuel Mireles, fue privado de su libertad cuando iba a una consulta médica en el municipio de Buenavista.
Una fuente de la Policía Estatal confirmó a la agencia EFE que habitantes de los municipios de Buenavista, Apatzingán, Múgica y Tepalcatepec, reportaron enfrentamientos y bloqueos carreteros (con camiones incendiados y zanjas) en las 48 horas que siguieron al plagio de Gutiérrez Aguilar. La SSP identificó que Cárteles Unidos desplegó comandos desde los municipios de Tepalcatepec, Coalcomán y Los Reyes hacia Buenavista.
La noche del lunes se reportó el rescate del Kiro por grupos de autodefensas. Se encontraba ileso pero en mal estado porque sus captores lo habían abandonado desde hace dos días en una choza. En todo ese tiempo no había ingerido agua, alimentos ni los medicamentos que requiere para tratar su hipertensión, diabetes y problemas cardiacos.
“Lo que pasó fue que iba al médico hacia Apatzingán y ahí en Buenavista me agarraron las gentes, y me subieron a una troca pero no se quienes serían, me tuvieron dos días y dos noches, vendado, hasta que hoy en la madrugada fueron unos a rescatarme”, explicó Ángel Gutiérrez en un video que fue difundido en las redes sociales.
Aproximadamente a las 4:30 de la madrugada del martes, dos grupos del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) irrumpieron en el municipio de Tepalcatepec. De acuerdo con videos difundidos en las redes sociales, el convoy estaba conformado por dos vehículos con blindaje artesanal, conocidos como “monstruos”. Presuntamente salieron del poblado limítrofe de Jilotlán, en Jalisco.
Según los reportes de medios locales, los supuestos miembros del CJNG tuvieron una serie de enfrentamientos con presuntos seguidores de José El Abuelo Farías, denominados también como autodefensas, y elementos de seguridad pública, los cuales se prolongaron hasta las 9:25 horas de este martes, luego de que, presuntamente, los miembros del cártel de las cuatro letras desistieron en su intento de tomar la cabecera municipal de Tepalcatepec.
Hasta este 15 de julio el CJNG presuntamente había realizado en menos de diez horas tres emboscadas contra policías, una balacera contra las instalaciones de la tenencia de Tarecuato y seis comercios, en el municipio de Tangamandapio, provocando la muerte de un poblador, y múltiples bloqueos carreteros y quemas de vehículos en Uruapan, Zamora y Jacona, los cuales impidieron el libre tránsito y la llegada de enseres básicos para la población.
La Policía Estatal detuvo a dos presuntos sicarios menores de edad y decomisó tres vehículos, un arsenal y explosivos caseros.
Mientras que en el municipio de Purépero, la SSP reportó el asesinato de un expolicía que conducía una falsa patrulla de la corporación, la cual al parecer era utilizada por el crimen organizado.
En los últimos días, pobladores de Buenavista dieron cuenta de una serie de enfrentamientos entre sicarios, con sofisticadas armas como drones explosivos y metralletas, en los caminos rurales del municipio.
Pantelhó, Chiapas
Un grupo que se llamó a sí mismo como autodefensa irrumpió la madrugada del miércoles 7 de julio en la cabecera de Pantelhó, Chiapas, para confrontar a los grupos del crimen organizado que han aquejado a la población de Los Altos de Chiapas.
Los enfrentamientos entre los grupos de autodefensas y presuntos integrantes del crimen organizado provocaron el desplazamiento en los territorios aledaños de al menos 2,000 personas, según las estimaciones del Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas.
Entre los desplazados se encontraban adultos de la tercera edad, familias y niños pequeños. Algunos de ellos se refugiaron en la cabecera municipal de Chenalhó, otros de ellos en San Cristóbal de las Casas y unos más en la sede de la organización civil Las Abejas de Acteal.
Varios denunciaron que desde hace cuatro días les habían cortado la energía eléctrica. También dijeron que el miércoles se registraron en las inmediaciones de Pantelhó detonaciones de arma de fuego y estallidos por bombas derivados de los enfrentamientos.
Los grupos que se levantaron contra el crimen organizado mandaron un mensaje al gobierno para que se abstuviera de auxiliarlos con elementos del ejército, pues advirtieron que ya era demasiado tarde. Señalaron que se retirarán solo cuando Pantelhó esté libre del crimen organizado.
El 8 de julio integrantes de la Policía Estatal Preventiva, Guardia Nacional (GN) y la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) fueron emboscados cuando atendían un bloqueo carretero en una de las entradas a la cabecera municipal de Pantelhó. Seis elementos estatales y tres castrenses resultaron heridos.
Informes de la prensa local refirieron que la violencia empezó hace seis años con el asesinato de Manuel López Pérez, integrante de Las Abejas de Acteal, quien fue emboscado el 23 de junio de 2015 en Pantelhó.
Desde entonces, según activistas de derechos humanos, se han registrado doce ejecuciones más en diferentes comunidades. La última fue la de Simón Pedro Pérez, también miembro de Las Abejas de Acteal, y quien había denunciado el acoso que los grupos criminales ejercían hacia las comunidades de este municipio.
En los últimos días elementos de la Guardia Nacional, SEDENA y SSyPC, han realizado cateos en dos ranchos y tres inmuebles en la cabecera municipal, en la que han localizado armas de fuego, cartuchos útiles e incluso un vehículo blindado.
Reynosa, Tamaulipas
El 19 de junio civiles armados sembraron el terror en cuatro colonias de Reynosa, Tamaulipas. El saldo oficial fue de 19 fallecidos por impactos de bala, 15 de ellos eran ciudadanos de a pie que transitaban por la zona. Los ataques no fueron una confrontación entre grupos criminales sino fuego abierto contra la ciudadanía, ante el cual la policía y el Ejército reaccionaron horas después, a pesar de efectuar rondines cerca de la zona.
A casi un mes del atentado contra la sociedad civil, que expertos y autoridades calificaron como un hecho “insólito sin precedentes”, las interpretaciones que han tratado de explicar los motivos han sido insuficientes, incluida la propia versión de las autoridades.
El último episodio violento que volvió a ensombrecer la ciudad fronteriza fue la captura y posterior liberación de José Alfredo Hernández Campos, alias Comandante Calamardo y/o Metro 27, jefe de plaza en el Cártel del Golfo (CDG).
La detención del narcotraficante propició narcobloqueos en distintas carreteras de la región y 24 horas después de su detención varios civiles fuertemente armados ingresaron a la fuerza a las instalaciones de la Fiscalía General de Justicia (FGJ) del estado, en Reynosa, para sacar al líder de Los Metros, célula del CDG en Díaz Ordaz y Valadeces, cerca de la carretera Ribereña, ubicada al sur de las comunidades texanas de Los Ébanos y La Grulla.
Los responsables de este acto, quienes portaban uniformes tácticos, armas de grueso calibre y se trasladaban en vehículos con blindaje artesanal conocidos como “monstruos”, se dieron a la fuga en cuanto cumplieron con el rescate del sicario.
Varios usuarios reportaron diversos bloqueos en la carretera Ribereña, donde se encontraron neumáticos encendidos, robo de vehículos y poncha llantas para evitar la circulación.
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