Esthela de Jesús, alias la Comandanta China y/o La Güera China, creció y murió en un mundo de hombres. Esta figura, de mechones rubios y raíces negras, forjó su leyenda de mujer fatal al lado del grupo criminal Los Viagras.
En noviembre del año pasado, la Comandanta China —quien poco después sería señalada como elemento del 28 Batallón de la Guardia Nacional— hizo un pacto que le costaría la vida.
Dos capos, bajo las órdenes de un líder criminal de Apatzingán, Michoacán, identificado como El Yogurt, le ofrecieron un pago mensual de 120 mil pesos por ser los ojos y oídos de Los Viagras. El negocio era simple. Esta mujer originaria de San Cristóbal de las Casas, les reportaría cualquier movimiento que hicieran las autoridades federales contra los criminales michoacanos. Esthela aceptó.
Desde entonces, fue presentada al grupo criminal con el alias que le seguiría hasta su ejecución: la Comandanta China y/o La Güera China.
A partir de diciembre la encomienda de Esthela cambió: ahora la mujer debía revender las armas que el cuerpo policíaco decomisaba a sus rivales del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
Según las distintas versiones, Esthela sintió sobre su cabeza la pesada mano de los mandos de la Guardia Nacional. La mujer se dio cuenta que no podría seguir siendo mitad uniformada y mitad narcotraficante. En febrero de este año, la Comandanta China dejó las filas de la corporación. No se volvió a presentar a trabajar, la Guardia Nacional la dio de baja y la colocó como “desertora”.
Siempre en camionetas blindadas, por la vida de esta mujer discurre un reguero de muerte. El periodista Óscar Balderas, quien ha traído la presente historia a la mesa, asegura que esta treintañera y su rifle AR-15 torturaron a cientos de habitantes en Apatzingán.
Su historia llegó al final el pasado 11 de julio, cuando preparaba un dron con explosivos. Balderas advierte que el artefacto —que sería empleado para atacar a sus rivales del CJNG— estalló cerca de la China Güera y sus compañeros.
El 12 de julio, después de un silencio prolongado, la Guardia Nacional decidió hablar. A través de un comunicado que el 16 de febrero, Esthela de Jesús fue considerada presunta responsable del delito de deserción.
“Respecto a publicaciones en redes sociales que señalan a una mujer originaria de Chiapas que formaba parte de la Guardia Nacional como presunta fallecida en Michoacán al detonar por accidente un explosivo que sería usado por un grupo delictivo, la institución informa lo siguiente:
La mujer identificada como Esthela de Jesús “N” causó la baja de la Guardia Nacional el 16 de febrero de la presente anualidad, y es considerada presunta responsable del delito de deserción”. apuntó.
El adiestramiento de las Fuerzas Armadas es buscado por el crimen organizado para hacerlos su brazo armado.
Una de las principales causas por las que deciden abandonar la institución son los sueldos bajos y las jornadas de trabajo largas. De acuerdo con varios indicadores, en la frontera norte, desde Tijuana (Baja California) a Matamoros (Tamaulipas) el crimen organizado conoce todos los códigos de las policías y el Ejército.
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