Según el reporte provisional que publica el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos, el 2020 batió récords en el número de muertes por sobredosis en el país. El fentanilo, junto a otros opioides, son los protagonistas en esta epidemia que corre de manera paralela a la COVID-19.
En diciembre del 2019, la cifra de muertes por sobredosis para ese año cerró con 71,130, mientras que predicen una cantidad total de 72,151. Para el 2020, las muertes tuvieron un drástico aumento de casi el 30%, llegando hasta 92,183 casos reportados y 93,331 según las predicciones de la propia CDC.
Este preocupante aumento en el número de muertes por intoxicación de algún narcótico llevaba reportándose desde mayo del 2020. Para el director de la CDC, Robert Redfield, la pandemia de la COVID-19 ha sido un factor determinante en el aumento de muertes entre los consumidores de drogas en los Estados Unidos: “La disrupción en la vida diaria por la pandemia de COVID-19 ha golpeado fuertemente a aquellas personas con un desorden de consumo de sustancias”, fueron sus palabras a mediados del año pasado para explicar este preocupante giro en las cifras de muertes.
El fentanilo (y los opioides en general) es el protagonista en esta oleada de muertes. Según los reportes provisionales de la CDC, los opioides sintéticos como el fentanilo y el tramadol, son los causantes del 61% de las muertes por sobredosis. 56,688 personas han muerto durante el 2020 por una dosis letal de estos opioides, aunque la misma CDC predice un número real de 57,550 muertes.
Los opioides, en general, acumulan el mayor número de muertes por sobredosis en los Estados Unidos. En la gráfica que incluye otras drogas como heroína, morfina, codeína, oxicodona y metadona, además del fentanilo y tramadol, el conteo llega hasta 68,821 muertes.
Después de los opioides y el fentanilo, se encuentran las metanfetaminas como uno de los narcóticos ilegales que más muertes causan por sobredosis, con 23,995 en el 2020. Le sigue la cocaína con 19,511 muertes por intoxicación.
En el caso de la “coca” cabe destacar que en las muertes provocadas por dosis letales de cocaína las investigaciones de la CDC han detectado que esta está contaminada con otras drogas como heroína o fentanilo (aunque también cabe la posibilidad de que se hayan consumido al mismo tiempo). Por esto, autoridades sanitarias de los Estados Unidos alertan a las y los consumidores de cocaína de que esta droga pueda ser “cortada” con fentanilo desde donde sea manufacturada.
En el caso de la heroína, uno de los derivados del opio más conocidos, la cantidad de muertos durante el 2020 en realidad disminuyó respecto del 2019. El año pasado murieron 13,214 por un uso letal de esta droga, mientras que durante todo el 2019 la cifra fue de 14,116.
Las autoridades estadounidenses señalan a México como uno de los principales traficantes del fentanilo hacia su territorio. Según el secretario de la Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval González, aunque la droga no se sintetiza en México, sí hay rutas mediante las cuales este narcótico llega a territorio nacional (muchas veces en polvo) desde países asiáticos, entre los que destaca China. Ya aquí, el polvo se procesa para poder transportarlo en diversas presentaciones: pastillas, ampolletas, gotas secas sobre papel, frascos de gotas para los ojos, rociadores nasales, entre otras.
Otro medio por el que los estadounidenses obtienen esta droga es mediante el mercado negro que se mueve en lo que comúnmente se conoce como la deep web. Mediante páginas de internet que se dedican a la compraventa de productos y actividades ilegales, una persona puede realizar un pedido de este narcótico para recibirlo como si fuera un servicio de paquetería.
En México también han crecido las preocupaciones respecto al uso del fentanilo, de manera especial en la frontera. Aunque el gobierno mexicano no tiene conteos como los que proporciona la CDC, medios como Vice han detectado en terreno un incremento en las sobredosis de fentanilo, sobre todo en los estados que comparten frontera con los Estados Unidos.
En una investigación realizada por la periodista Deborah Bonello, se echa luz sobre otro de los efectos de la pandemia por la COVID-19 que han provocado un incremento en las muertes por dosis letales de fentanilo. La naloxona es un medicamento que se ocupa en las personas que están pasando por una sobredosis de opioides para controlarla y potencialmente salvarles la vida. El acceso a esta medicina se ha visto fuertemente limitado por la pandemia.
Se trata de un medicamento controlado en México, al cual es difícil de acceder por vías legales. Por lo tanto, organizaciones que trabajan con usuarios de drogas que padecen de una adicción solían contrabandearlo a través de la frontera para poder brindar atención a las personas que llegaran con un cuadro de intoxicación. Sin embargo, por el cierre de fronteras a causa de la COVID-19, a finales del año pasado se cortaron las vías para obtener naloxona en territorio mexicano.
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