Familiares de desaparecidos realizan una nueva “Caravana de Búsqueda en Vida” en Jalisco, uno de los puntos clave para encontrar las pistas de las más de 89.000 personas no localizadas en México por su elevado nivel de fosas clandestinas y violencia.
Más de 70 personas de 17 estados mexicanos comenzaron la pasada semana un viaje de quince días a este occidental estado con la “Caravana de Búsqueda en Vida” para encontrar a sus hijos, hijas, esposos y hermanos en hospitales, cárceles y centros de rehabilitación.
Algunos de ellos cruzaron la mitad del país para obtener un indicio, una pista que les ayude a localizar a sus seres queridos.
Lucy López Castruita, coordinadora de la caravana y de la ONG Búsqueda Nacional en Vida, contó este martes a Efe que indagar en esta región es importante porque muchos jóvenes vienen en busca de un trabajo y resultan desaparecidos o traídos a la fuerza tras un secuestro por parte del crimen organizado.
“Todos los estados son importantes y en todos hemos encontrado personas, pero Jalisco es el que más fosas tiene, donde hay muchos cuerpos y adonde pueden haberlos traído”, aseguró tras una parada en el Servicio Médico Forense de la región, donde las familias revisan fotografías de los cuerpos hallados en fosas.
Nadie de los que conforman la caravana quiere encontrar a su hijo de esta manera. Y todos deben soportar el impacto de ver tatuajes, marcas y rostros de víctimas que ruegan por que no sean sus familiares.
También van a los hospitales y a los reclusorios donde muestran a las autoridades y a los mismos reclusos fotos de sus familiares con la esperanza de que los hayan visto.
UN REFLEJO DE LA REGIÓN
Adriana Martínez, de la Ciudad de México, busca a su hijo Marwan Uriel Andrade Martínez. Desapareció el 7 de febrero de 2021, dos meses después de haber migrado al municipio de La Barca, Jalisco, para trabajar en un negocio de pizzas con amigos.
Lo poco que Martínez sabe es que el joven salió a vender pizzas en su motocicleta junto a dos amigos y no volvió. La última llamada la hizo a su compañero de apartamento, a quien contó que unos policías del municipio de Sahuayo de Morelos, del vecino estado de Michoacán, los habían detenido.
Desde entonces no hay pista de él.
En su búsqueda, Martínez asegura que se ha topado con la indiferencia de las autoridades de Jalisco, quienes mandaron el expediente de investigación a Michoacán y con la advertencia de un funcionario de que no deben investigar más el caso.
“(Estar en la caravana) me alienta más a seguir en la búsqueda, me siento más tranquila, siento que estoy haciendo algo”, señaló a Efe.
TIERRA DE FOSAS Y DESAPARICIONES
De acuerdo con la Secretaría de Gobernación, México suma más de 89.000 personas no localizadas. Una de ellas es Gustavo Alberto de la Cruz Ortiz, originario de Pachuca y desaparecido en 2007, cuando tenía 12 años de edad.
Su madre, Goyita Ortiz, no pierde la esperanza de hallarlo pese a haber transcurrido 14 años. En esa búsqueda incansable por todo el país ayuda a otras familias a buscar a sus seres queridos.
“Vemos que aquí se han encontrado varias fosas y venimos a buscar”, asegura mientras muestra la foto de su hijo en un cartel.
Y es que este importante estado de México no solo ofrece oportunidades de trabajo, también es el territorio donde el horror en las calles y debajo de la tierra se ha vuelto costumbre.
Según el informe de la Comisión Nacional de Búsqueda de la Secretaría de Gobernación mexicana, Jalisco es el estado con el mayor número de personas desaparecidas y fosas clandestinas en México, al sumar más de 12.000 casos entre el 15 de marzo de 1964 y el 8 de abril del 2021, de las cuales más de 3.000 son contabilizadas desde diciembre de 2018.
En 2020 fueron recuperados alrededor de 430 restos de personas enterrados en fosas clandestinas en Jalisco, una de las regiones con más cuerpos hallados.
EN CUALQUIER RINCÓN
Las familias saben que una persona desaparecida no permanece en el mismo lugar donde fue privada de la libertad. En ocasiones son llevadas por la fuerza a otro estado, en otras logran escapar y se ven obligadas a deambular por las calles
“Estas búsquedas nos abren puertas, estamos aquí 15 días y no vamos solo a un lugar, vamos a varios”, expresó Ortiz.
En 2020, la caravana encontró a Adolfo en un centro psiquiátrico de Guadalajara, capital de Jalisco. El joven originario de Veracruz desapareció en 2017.
Y pese a tener indicios que les ayudaran a localizar a otras personas, las familias suspendieron actividades debido a las medidas de aislamiento por la pandemia.
Este año, y con solo cuatro días de trabajos, lograron siete posibles positivos. Es decir, los datos recabados coinciden con los de siete personas que buscan, y todas ellas estarían en cárceles.
“Le apostamos a la vida, porque somos nosotros los que tenemos que buscar y porque no descansaremos hasta saber de ellos”, concluyó López Castruita.
EFE
CONTINUAR LEYENDO