“Fue la última vez que lo vi con vida”: crudo testimonio de una sobreviviente de la masacre en Reynosa

El pasado 19 de junio decenas de personas fueron asesinadas por presuntos integrantes del crimen organizado

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Los recientes enfrentamientos y masacres en Tamaulipas están relacionados con el reacomodo del narco en la entidad (Fotos: Especial)
Los recientes enfrentamientos y masacres en Tamaulipas están relacionados con el reacomodo del narco en la entidad (Fotos: Especial)

Aimee García Olguín, una sobreviviente de la masacre que tuvo lugar en Reynosa, Tamaulipas, 19 de junio, reveló su experiencia en medio del ataque perpetrado por presuntos miembros del crimen organizado que asesinaron a decenas de personas.

Perdió a su hermano, a su padre y a su madre en el ataque, todos intentando defender al joven de un grupo de personas que, tras asegurar que los habían chocado, comenzaron a golpearlo.

“Dijeron que mi hermano los había chocado”, comenzó. “En ese momento se bajan, golpean a mi hermano. Yo cuando lo vi ya estaba tirado, estaba ensangrentado. Lo último que alcanzó a decir cuando yo salí fue ‘es mi hermana’. Fue lo último que escuché de él, fue la última vez que yo lo vi con vida”, contó en entrevista con Carmen Aristegui.

Aimee no tuvo otro momento para actuar, los hombres que agredieron a su hermano la golpearon, la sometieron y la obligaron a entrar en el auto en el que llegaron. “Soy la primera a la que suben a la cajuela”, continuó la joven. “Abren la cajuela y veo a mi papá. Lo último que recuerdo de mi papá es que estaba en una escena así (con los brazos cruzados sobre la cara). Él se cubría para que no le pegaran”.

Los hombres abrieron nuevamente la cajuela para meter a otra de sus hermanas dentro. Su papá se encontraba a un costado, pero se negaba a entrar en el auto. “Métete”, le decían sus atacantes. ”No hagas escándalo, no pongas resistencia, al rato vamos por ustedes”.

“Ya calentamos la plaza, ya hicimos el desmadre. Ya llevamos dos viejas y un vato”, dijeron los atacantes (Foto: Cuartoscuro)
“Ya calentamos la plaza, ya hicimos el desmadre. Ya llevamos dos viejas y un vato”, dijeron los atacantes (Foto: Cuartoscuro)

El padre de García Olguín ya no cabía en la cajuela. De acuerdo con el relato de la joven, dentro del vehículo había una llanta y no quedaba más espacio para subir a otras personas. “Déjelo ir”, escuchó decir a uno de ellos, pero ella solo alcanzó a ver como cerraban la puerta sin liberar a su padre.

No hubo más visibilidad, en el auto estaban las dos hermanas que solo escucharon detonaciones de arma de fuego. Su padre, su madre y su hermanos habían sido asesinados a sangre fría.

Aidee dijo a Carmen Aristegui que esta segura de que su madre murió en el lugar por intentar proteger a su hermano. “En un momento estaba abrazada de él. A mi mamá la golpearon y la jalaron del pelo, me imagino que por eso quedó así separada un instante de mi hermano, pero sí, la intención de mi mamá era defender a mi hermano y la de mi papá, defender a toda la familia”, dijo.

Hasta ahora se desconoce el móvil del ataque, pero la joven, quién ahora dejará de vivir en Reynosa, escuchó que los agresores decían: “Ya calentamos la plaza, ya hicimos el desmadre. Ya llevamos dos viejas y un vato”.

En cuanto al proceso legal que han tenido que llevar tras la masacre. Aidee a logrado identificar a tres de los responsables del asesinato de su familia, incluso, dijo a las autoridades que uno de ellos llevaba un tatuaje en el brazo con la palabra “González”. Sin embargo, hasta ahora, la masacre de Reynosa sigue siendo un crudo episodio del 2021.

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