Pasividad de las autoridades enciende la guerra del CJNG y Cárteles Unidos en Aguililla

La saña de los cárteles parece no tener fin en Tierra Caliente. Los habitantes acusan inacción del Ejército

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 Autodefensas de Pueblos Unidos resguardan con barricadas carreteras el 29 de junio de 2021, en el Municipio Ario de Rosales, Michoacán (Foto: EFE/Ivan Villanueva)
Autodefensas de Pueblos Unidos resguardan con barricadas carreteras el 29 de junio de 2021, en el Municipio Ario de Rosales, Michoacán (Foto: EFE/Ivan Villanueva)

Miles de desplazados por la violencia; hombres, mujeres y niños que se mueven en un campo de batalla y la ausencia de coordinación y de políticas para frenar el crimen organizado, es el panorama postelectoral en Michoacán (al oeste de México), que pinta para empeorar.

Una serie de enfrentamientos marcaron los meses previos a las votaciones hasta llegar a este viernes, con el choque entre el Ejército y presuntos miembros del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).

Los habitantes, que se quejan desde hace varios meses del acceso limitado a los alimentos y a los servicios como energía eléctrica, aseguran que el dominio del narco en el sitio es debido a la inacción de la Guardia Nacional.

En abril, el religioso Franco Coppola visitó Aguililla, el principal punto de disputa entre el CJNG y Cárteles Unidos (Foto: REUTERS/Alan Ortega)
En abril, el religioso Franco Coppola visitó Aguililla, el principal punto de disputa entre el CJNG y Cárteles Unidos (Foto: REUTERS/Alan Ortega)

En el caso de Tierra Caliente, en Michoacán, la problemática más grave empezó desde el año pasado que el CJNG intentó arrebatarle las tierras a Cárteles Unidos. Para el primer grupo criminal, Aguililla es un tipo de ofrenda para su líder, Nemesio Oseguera Cervantes, el Mencho, que hace 54 años nació ahí.

Otro factor que es evidente, es la vecindad que Michoacán tiene con estados como Guanajuato y Jalisco, la base operativa del CJNG. Todo esto ha llevado a que Michoacán se encuentre en una condición de inseguridad sumamente frágil.

Los expertos en seguridad advierten que la violencia se ha convertido en una herramienta de control de los grupos criminales, esto explicaría las agresiones que ha cobrado el desplazamiento de familias enteras.

Unos 3,000 habitantes se levantaron en armas para frenar el avance de los cárteles en Michoacán  (Foto: JUAN JOSÉ ESTRADA SERAFÍN/CUARTOSCURO)
Unos 3,000 habitantes se levantaron en armas para frenar el avance de los cárteles en Michoacán (Foto: JUAN JOSÉ ESTRADA SERAFÍN/CUARTOSCURO)

Hace tres semanas, unos 3,000 civiles armados entraron a los municipios Arios de Rosales, Salvador Escalante, Nuevo Urecho y Taretan. Desde los tejados y carreteras esperan a los sicarios que desde hace varios meses los tienen cercados por ser pueblos productores de aguacate.

Se levantaron en armas porque, según dicen, están hartos de los crímenes de los cárteles de Los Viagras y Jalisco Nueva Generación que mantienen una lucha encarnizada. En medio de esta guerra están los jornaleros, un eslabón débil cuya maldición aparece fuera de tiempo: en verano, en invierno, cuando le da la gana.

Este grupo de hombres autodefensas reapareció en videos, en los que explican sus razones: los trabajadores viven en unos principales puntos de producción del aguacate, que ha traído al estado mexicano violencia, enfrentamientos, y levantones, entre ellos el del activista Raúl Medrano Álvarez, quien desapareció por supuestas órdenes de Miguel Ángel Gallegos Godoy,  alias el Migueladas, un ex autodefensa acusado de dirigir el grupo de los Caballeros Templarios.

La violencia en la entidad no es nueva, de hecho, fue de los primeros lugares en exportar marihuana gracias a su fértil tierra. Sin embargo, en 2006 la situación se salió de control y el gobernador del estado lanzó un llamado de auxilio al entonces presidente de México, Felipe Calderón (2006-2012) ante la brutal violencia impuesta por Los Zetas, La Familia Michoacana y Los Caballeros Templarios. La respuesta del mandatario fue desplegar al Ejército y desde entonces no han vuelto a los cuarteles.

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