Un conflicto en la sede de Cholula de la Universidad de las Américas Puebla se centró desde la víspera en el ojo del huracán. Y es que, a medida de que avanzaba la jornada, a cuenta gotas empezó a correr información sobre elementos armados que, prácticamente a la fuerza, tomaron las instalaciones de dicho plantel.
En un principio se dijo que eran integrantes de la Guardia Nacional (GN); eso quedó desmentido. Incluso corrió el rumor, por parte de actores de confianza en el sector periodístico, de que estaba ligado a esto el fiscal general de la República, Alejandro Gertz Manero; pero tampoco hay índices concretos hasta el momento que establezcan dicha relación.
Lo que sí confirmó a Infobae el propio rector de la UDLAP, Dr. Luis Ernesto Derbez, es que los elementos de seguridad que tomaron el recinto universitario son del orden estatal del gobierno de Puebla. Todo el conflicto, señala, es en resumidas cuentas a nivel local.
“Al mismo tiempo que existe la Fundación Universidad de las Américas Puebla existe una fundación llamada Mary Street Jenkins que ha sido sujeto de una disputa familiar que inició en 2013, entre uno de los hijos, Guillermo Jenkins y el resto de la familia por el uso de los recursos de esa institución”, explica el rector. Entonces, añade, esa situación terminó en una acusación que tiene a los miembros de la familia Jenkins fuera del país.
Esa circunstancia, de acuerdo con el Dr. Derbez, no tiene nada que ver con la UDLAP, pero dio pie para que un organismo del estado, llamado la Junta para el Cuidado de las Instituciones de Asistencia Privada del Estado de Puebla, que supervisa a las fundaciones, concluyera que la familia Jenkins no podían seguir siendo miembros del Patronato de la UDLAP.
“De manera arbitraria esta junta tomó la decisión de desconocer a los patronos y nombrar un nuevo Patronato”, señala el rector. Pero los Jenkins obtuvieron un amparo definitivo para eliminar dicha remoción que intentaban hacerles. Es decir, ya no era posible que los desconocieran como parte del Patronato.
Como institución, la UDLAP, señala Derbez, también había tramitado lo necesario para evitar el cambio de patronato, porque los ponía en una situación difícil, argumenta.
Pero este martes, cuenta el Dr. Derbez, un juez de la Ciudad de México –sin tener nada que ver con Puebla– le concedió, al que intenta posicionarse como el nuevo patronato, una orden cautelar para que pudieran posicionarse de las instalaciones educativas. Además el mismo juez instruyó a uno de sus pares en Cholula que usara las Fuerzas Estatales en ese cometido, “para tomar posesión del campus de manera cautelar”.
“Con abuso de fuerza y autoridad, contra una suspensión que teníamos nosotros contra este tipo de actos, por un patronato que no existe en realidad, ellos llegaron, entraron al campus, usaron la fuerza y se apoderaron de la institución”, relató el rector vía telefónica.
Para el rector la situación es tan simple como decir que el patronato al que actualmente pertenece la UDLAP, por ley, es el precedido por la familia Jenkins, y el otro, indica, es un “disque patronato que está por ahí autonombrandose”, el que está ahora mismo con el campus tomado.
El Dr. Luis Ernesto insistió en que los intereses del plantel son totalmente ajenos a los que pudiera tener la Fundación Mary Street Jenkins. Sin embargo, sí les afecta este conflicto legal al momento de no poder seguir con las clases a sus alumnos, que, en el contexto del COVID-19, apenas se habían reanudado tres semanas antes.
Hay que explicar que la UDLAP forma parte del legado de uno de los empresarios extranjeros más acaudalados (y controversial en la misma proporción) de México: William Oscar Jenkins. Este personaje, originario de Tennessee, Estados Unidos (EE.UU.), en algún momento fue el propietario de casi todo el territorio que actualmente comprende el ingenio azucarero de Atencingo, en Puebla, lo que le permitió producir grandes cantidades de alcohol en el contexto de la Ley seca en los EE.UU. que prohibía el consumo de dicha sustancia. Previamente, Jenkins ya había amasado una pequeña fortuna en la industria textil mexicana.
Fue un magnate tan controvertido que el gobierno mexicano se esforzó en controlar parte su fortuna; sin embargo, William O. Jenkins murió siendo un multimillonario. No obstante, decidió no dejar una herencia para sus hijos, sino que destinó todo su dinero a la Fundación Mary Street Jenkins (el nombre de su esposa) para que fuera usado en obras que beneficiaran a los habitantes de Puebla y México.
Entonces, según ha trascendido, la acusación en contra de los familiares Jenkins es por haber desviado cientos de millones de pesos de la fundación Mary Street a otra que ha cambiado de nombres así como de sedes fiscales.
Al respecto, el patronato de la fundación Mary Street Jenkins, donde participan distintos miembros de la familia y quienes también están en el Patronato de la UDLAP, exhortaron a las autoridades de Puebla a acatar la ley y permitir que estudiantes y docentes continúen con sus actividades.
Lo que sí dejó claro el rector en la charla con Infobae es que los involucrados y quienes están detrás de este conflicto son autoridades estatales de Puebla, y no tiene nada que ver con el orden federal como se rumoraba en un principio.
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