Hay un momento en la historia de México que se es conocido como La Noche Triste, esta fue la del 30 de junio al 1 de julio de 1520, cuando ocurrió la primera y única derrota de las tropas del conquistador español Hernán Cortés y sus aliados indígenas a manos del ejército mexica en México-Tenochtitlán.
En 2021 se cumplen 501 años del suceso, que ha llevado a algunas personas a cuestionar el nombre, si realmente se le debería denominar “noche triste” o “noche victoriosa”, pues se trata de una victoria para México y el adjetivo “triste” se refiere más al punto de vista español, tal como lo narra el cronista español Bernal Díaz del Castillo en su Historia verdadera de la conquista de la Nueva España.
El conquistador español había pisado el territorio que hoy es México en febrero de 1519 y en noviembre de ese año había conseguido ya llegar hasta Tenochtitlán, el corazón del imperio mexica que dominaba entonces aquellos territorios.
La leyenda cuenta que esa fue la “Noche Triste” en la que Cortés lloró la derrota frente a un árbol, un añejo ahuehuete ubicado en la calzada a Tacuba, en la Ciudad de México.
“Volvamos al Pedro de Alvarado, que como Cortés y los demás capitanes, le encontraron de aquella manera y vieron que no venían más soldados, se le saltaron las lágrimas de los ojos”, escribió Díaz del Castillo.
Para el historiador mexicano Antonio García de León, gran parte de este acontecimiento “está un poco construido por los cronistas, pero en sí la ‘Noche Triste’ es una derrota por una retirada táctica”.
“Como los españoles no podían seguir tomando la ciudad tienen que abandonarla y en su salida sufren una derrota militar importante porque gran parte de los soldados y las tropas tlaxcaltecas, aliadas a Cortés, fueron muertos en una serie de incidentes que Cortés llamó la ‘Noche Triste’”, apuntó García de León en entrevista con Efe.
Posteriormente, Cortés, los españoles y sus aliados se reforzaron y poco más de un año después, el 13 de agosto de 1521, tomaron Tenochtitlán, “conquista que no hubiera sido posible sin los aliados indígenas de Cortés”, señaló el también investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) de México.
LOS MITOS DE LA HISTORIA
Los aztecas estaban enojados y sitiaron a los españoles, quienes en su huida se refugiaron en Tacuba. “La leyenda cuenta que Cortés, frente al árbol, se sentó a llorar su derrota. Es un tanto legendario y romántico ese episodio, pero la historia se construye de mitos”, señaló García de León.
El también catedrático de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) recordó que aquella noche muchos españoles cayeron en su huida en uno de los canales de agua y se ahogaron.
“Los aztecas aprovecharon la noche para atacar, en su escape los españoles trataban de llevarse el tesoro de Moctezuma, de hecho, algunos se meten entre las ropas pedazos de oro, que previamente había sido fundido en tejos (especie de lingotes)”, agregó García de León.
“Y para quien no vio aquella noche la multitud de guerreros que sobre nosotros estaban, y las canoas que de ellos andaban arrebatar nuestros soldados, es cosa de espanto”, relató Díaz del Castillo. El cronista agregó que en aquella sangrienta batalla murieron más de 800 soldados españoles y unos mil 200 indígenas tlaxcaltecas, los principales aliados de Cortés.
Según Díaz del Castillo, esa noche un soldado le dijo a Cortés que no estuviera triste, pues en las guerras esas cosas solían pasar, a lo que el conquistador respondió: “que la tristeza no la tenía por una sola cosa, sino en pensar en los grandes trabajos en que nos habíamos de ver hasta tornarla a señorear”.
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