¿Autodefensas o crimen organizado? ¿Criminales o estigmatizados? Una serie de disyuntivas ha puesto en duda la agrupación del cuerpo de seguridad denominado Pueblos Unidos, que surgió del hartazgo de los pobladores de cuatro municipios michoacanos: Arios de Rosales, Salvador Escalante, Nuevo Urecho y Taretan.
Los civiles armados, que tomaron hace dos semanas las principales entradas de las regiones, podrían ser desbaratados y desposeídos de sus armas pues las autoridades lo consideran como una violación. El titular de la Secretaría de Seguridad Pública, Israel Patrón Reyes, ha asegurado que los autodefensas están quebrantando la ley de Armas y Fuegos Explosivos.
Aunque Patrón Reyes presentó la propuesta no especificó cuándo ni dónde comenzará el desarme. Para el titular, el nuevo grupo de civiles armados podría estar coludido con el crimen organizado.
Michoacán es uno de los estados donde el límite entre autodefensa y narco se hace más difuso. En Aguililla, donde opera un grupo de civiles, las autoridades han advertido que éstos tienen vínculos con Cárteles Unidos. y su objetivo es replegar al grupo criminal rival, el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
Ya en un pasado, el gobierno federal había afirmado sobre un diálogo con grupos criminales para llegar a un acuerdo. Entonces, los especialistas advirtieron que se trataba de una negociación sin reglas. Las críticas y la polémica forzaron a las autoridades ha rechazar la posibilidad de una pax narca.
El pasado 14 de junio, Pueblos Unidos apareció en videos, en los que explican por qué formaron el grupo: los trabajadores viven en unos principales puntos de producción del aguacate, que ha traído al estado mexicano violencia, enfrentamientos, y levantones, entre ellos el del activista Raúl Medrano Álvarez, quien desapareció por supuestas órdenes de Miguel Ángel Gallegos Godoy, alias el Migueladas, un ex autodefensa acusado de dirigir el grupo de los Caballeros Templarios.
El nuevo grupo de civiles recibió el apoyo de los empresarios aguacateros ya que, según sus propias declaraciones, las autoridades de Michoacán no se han pronunciado por la violencia desatada por los cárteles.
En la entidad ya se han gestado antes importantes movimientos de autodefensas. El más representativo lo encabezó José Manuel Mireles , cuando el y otros pobladores se levantaron en armas para luchar contra los grupos criminales locales.
La violencia en la entidad no es nueva, de hecho, fue de los primeros lugares en exportar marihuana gracias a su fértil tierra. Sin embargo, en 2006 la situación se salió de control y el gobernador del estado lanzó un llamado de auxilio al entonces presidente de México, Felipe Calderón (2006-2012) ante la brutal violencia impuesta por Los Zetas, La Familia Michoacana y Los Caballeros Templarios. La respuesta del mandatario fue desplegar al Ejército y desde entonces no han vuelto a los cuarteles.
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