Aunque histórica, el fallo que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) hizo la víspera, sobre la despenalización del uso lúdico y recreativo de la marihuana en México, aún tiene un largo camino por recorrer para que en la práctica la realidad sea como se escucha el veredicto.
Porque, sí, la Corte avaló la Declaratoria General de Inconstitucionalidad (DGI), con la que se elimina la prohibición del uso de la cannabis con dichos fines... pero eso solo significa que quienes quieran consumir con carácter lúdico la marihuana ya van a poder tramitar estos permisos ante la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), en lugar de tramitar amparos.
Pero el Código Penal Federal no fue tocado, así que quien no cuente con esas autorizaciones sanitarias igual estará delinquiendo. Tampoco es materia de la Corte la regularización, esa le toca al Congreso que ya bastante se ha atorado en el tema. Y es precisamente ese punto, el regular el consumo lúdico, el indispensable para que este sea una verdadera realidad, valga la redundancia.
¿Por qué es clave la regularización de la marihuana?
Zara Snapp, cofundadora del Instituto Ria –asociación que impulsa una agenda de políticas de drogas basadas en la justicia social–, experta en política de drogas y una de las principales activistas en el tema de la cannabis en México, explicó a Infobae porque es tan importante que el Congreso discuta sobre la regularización en el tema.
“Es un reconocimiento de los derechos de las personas usuarias y es una vía que resolvió la Suprema Corte para que cualquier persona tenga la posibilidad de acceder al derecho del libre desarrollo de la personalidad, a través del autocultivo”.
Aunque destaca también la aclaración que hicieron los mismos ministros: ellos no son quienes deberían estar diseñando políticas públicas o el modelo regulatorio. Es decir, lo que hicieron se limitó a su competencia de consolidar y proteger los derechos de la población. Después de eso, la labor es del Congreso.
Pero, como la misma Snapp recalca, la SCJN plantó la vía que los legisladores no pudieron trazar en varios años, dejando más llano el camino hacia el total y libre uso lúdico de la cannabis... pero, hay que insistir, para eso falta y aún largo trecho.
“(Falta) toda la parte de un mercado comercial, de licencias para empresas para poder vender”, detalla la activista agregando que también queda fuera uno de los grandes objetivos perseguidos por la asociación que cofundó: “un mecanismo de justicia social que incorpore a las sociedades cultivadoras”.
La Suprema Corte de cierta forma, reconoce la experta en política de drogas, legaliza y regula el autocultivo sin fines de comercio. Y así, ahora queda en la cancha del Senado tomar la iniciativa que les habían dejado los Diputados, o hace una nueva desde cero, pero contemplando todos los componentes que se traduzcan en el permitir el autocultivo, las asociaciones y el mercado comercial.
Cabe señalar que la misma Corte exhortó al Congreso de la Unión a legislar respecto al autoconsumo recreativo de cannabis y THC, a fin de generar seguridad jurídica a los usuarios y a terceros, así como a generar las condiciones necesarias para que este derecho pueda ser ejercido responsablemente.
“Si realmente queremos tener una descriminalización efectiva, sí se tiene que cambiar el Código Penal Federal para que esto ya no sea delito”, subrayó Snapp, además de crear un modelo regulatorio desde el enfoque de la justicia social.
En caso de que el Congreso no ejecute sus decisiones en ese sentido, abundó la especialista, el tema en México va a quedar en un espacio gris, en el que se puede tener permiso para cultivar sus plantas y poseer marihuana pero sin la existencia de un mercado regulado.
En su habitual conferencia mañanera de este marte, el presidente Andrés Manuel López Obrador aclaró que esta decisión no proviene de su gabinete, ya que no obtuvieron consenso en un tema que “ya estaba muy avanzado” cuando ellos llegaron al poder.
El mandatario enfatizó que su gobierno respetará la decisión de la Suprema Corte, aunque analizarán en todo momento sus efectos y, en caso de ver que no ayuda al país o a los índices de drogadicción, actuarán para revertirla.
Eso sí, se mostró renuente a la comercialización de la mariguana al señalar que muchos ya “están pensando en el negocio e incluso que plantean que con esto se van a obtener impuestos y que se va a fortalecer la hacienda pública, esto hasta me molesta porque no se puede traficar con la salud del pueblo (...) es inmoral traficar con al vida de los seres humanos”.
Pero para Zara, cuya asociación ha sido uno de los actores fuertes en el camino recorrido hacia la despenalización de la mariguana señala que, por el contrario, esto podría representar beneficios para la salud pública, lejos de perjudicarla, por ejemplo en “el uso terapéutico y el uso adulto, la sustitución del uso de otros medicamentos o de otras sustancias más dañinas como el alcohol”.
Lo que ahora se celebra, destacó, es que se dio el siguiente paso en el reconocimiento de los derechos por el incumpliento por parte del Congreso. “Es seguir avanzando dentro de un esquema de derechos (...) porque nosotros creemos que el autocultivo sí es un derecho que se tiene que extender a cualquier persona adulta en el país”, concluyó Zara Snapp.
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