Gilberto Mejía Salgado, alcalde electo de Pejamillo, un pequeño pueblo de Michoacán, fue levantado por un comando armado.
El funcionario del Partido Encuentro Social (PES) fue secuestrado por un grupo de civiles cuando se disponía a abrir uno de sus negocios en la plaza principal del municipio, según reportó la agencia Quadratin.
Las corporaciones de los tres niveles de gobierno ya desplegaron un operativo de seguridad para dar con el paradero del presidente municipal.
Mejía Salgado fue nombrado alcalde electo de Penjamillo, el pasado 6 de junio tras ganar las elecciones.
Penjamillo, colindante con Guanajuato y Jalisco, ha sido víctima de los embates de los cárteles Unidos y Jalisco Nueva Generación, así como de la violencia contra políticos. El pasado 10 de junio, el ex alcalde de la región José Leyva Duarte (2015-2018), fue asesinado a balazos.
La ejecución ocurrió mientras el ex presidente municipal circulaba en su vehículo. Dos sujetos abordo de una motocicleta se le emparejaron y le dispararon a quemarropa.
Tres años antes, en 2018, Francisco Piceno Camacho corrió con la misma suerte, el ex alcalde fue asesinado en las calles Tlaxcala y Minatitlán de la colonia Roma Sur, en la ciudad de México. Ambos crímenes se suscitaron después de un proceso electoral.
El municipio de Penjamillo es parte de la región de Tierra Caliente, que desde 2019 es disputada por el cártel más poderoso de México, Jalisco Nueva Generación y Cárteles Unidos, una amalgama de los grupos criminales locales como los Viagras, la Familias Michoacana y los Caballeros Templarios.
Las campañas políticas en México estuvieron marcadas por la violencia. Desde septiembre de 2020 que inició el proceso electoral hasta antes de los comicios, más de medio centenar de políticos fueron asesinados, y en las zonas más violentas del país, los aspirantes a cargos de elección popular evitaban detallar sus propuestas en materia de seguridad.
Un ejecutómetro elaborado por Infobae México contabilizó que hasta el 28 de mayo habían sido asesinado 80 candidatos.
Alejandro Toledo Morales, de 43 años, aspirante a la diputación local por el Distrito 7 en Guerrero, por el partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena), se convirtió en el primer político acribillado. Toledo, según los reportes, fue asesinado el 9 de septiembre de 2020 de un balazo en la cabeza, en la entrada del Club de Golf de Barra Vieja, en Acapulco.
Unos sicarios lo interceptaron cuando viajaba de regreso a su casa y le dispararon a quemarropa antes de huir. Su caso encabeza la macabra lista que recoge las ejecuciones políticas en tiempos de elecciones.
Casi todas las entidades se vieron salpicadas por la violencia contra los aspirantes, pero geográficamente los asesinatos se concentran sobre todo en Veracruz, Estado de México, Michoacán, Jalisco y Guerrero, donde operan sanguinarios cárteles de la droga enfrentados por el control del territorio.
Por partidos políticos, tanto los principales como los independientes han sufrido bajas en sus filas. Téngase de ejemplo los tres candidatos de Movimiento Ciudadano (MC) asesinados en mayo; Abel Murrieta, Arturo Flores y Alma Barragán.
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