Moctezuma Xocoyotzin o Moctezuma II fue un tlatoani mexica que gobernó desde 1502 hasta 1520, cuando los invasores españoles llegaron al territorio. Su figura está rodeada de historias y mitos, pues murió en medio de la guerra de “conquista” entre nahuas y peninsulares.
De acuerdo con una publicación del Instituto de Investigaciones Históricas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Moctezuma fue asesinado a finales de junio de 1520, cuando la batalla en México-Tenochtitlan se encontraba en el punto más álgido y sangriento.
Contrario a lo que afirma Hernán Cortés, hombre que dirigía la expedición española, Moctezuma fue hecho prisionero hasta mayo, o posiblemente junio, cuando inició el conflicto abierto. Fue capturado por las fuerzas hispano-tlaxcaltecas y, pocos días después de su muerte, los invasores huyeron de la capital mexica.
La máxima casa de estudios menciona cinco versiones sobre el deceso del tlatoani, la primera se basa en el relato que el “conquistador” escribió en una carta dirigida al rey de España. Supuestamente, Moctezuma fue sacado al techo de la fortaleza, nombre que le dio al palacio en el que habían sido sitiados, donde “la gente” comenzó arrojarle piedras.
Una de ellas lo golpeó en la cabeza causándole una herida “tan grande, que de allí en tres días murió”. Cortés argumentó que su fallecimiento fue un homicidio involuntario, por lo que no presentó acciones en contra de nadie.
Otra, culpa directamente a los mexicas “rebeldes”, quienes arrojaron piedras deliberadamente, y en algunas variantes, también insultos y flechas. El origen de dicho relato comienza a circular en la segunda segunda mitad del siglo XVI., en fuentes semi-indígenas (colectivos formados entre nahuas cristianizados y españoles).
“En los siglo XVIII y XIX, los conquistadores fueron frecuentemente considerados no solo inocentes del crimen, sino desconsolados -incluso al punto de derramar lágrimas- por la trágica muerte del emperador”, señala la publicación de la UNAM.
De igual manera, la tercera versión se origina en el tardío siglo XVI. En esta, el tlatoani vive angustiado porque su gente se ha vuelto contra él. La afección es tanta que se rehúsa a comer, a beber, incluso a cambiar el vendaje de sus heridas. En pocas palabras, el gobernante de los mexicas se deja morir a pesar de los esfuerzos de los españoles por salvarlo.
El relato anterior fue defendido por el escritor español Francisco Cervantes Salazar, quien “imaginó un poético intercambio entre un Cortés suplicante y un Moctezuma con el corazón y cabeza rotos por las piedras de los mexicas rebeldes: ‘el corazón se me hace pedazos’, confiesa el emperador”. Aunado a esto, fue retomado por cronistas tardíos, como Antonio Herrera o Bernal Díaz del Castillo, y se mantuvo viva durante muchos años.
Como cuarta versión, se agrega una nueva variación: los asesinos no son mexicas rebeldes anónimos, sino seguidores del advenedizo Cuauhtémoc; incluso en algunos relatos se menciona que él mismo es el que ejecuta el homicidio. Además, se indica que los motivos para terminar con su vida no eran solo políticos sino también religiosos, pues Moctezuma es imaginado como un “converso al cristianismo”.
“Esta cuarta versión es más que cuestionable; lo que nos lleva a cuestionar qué tanto de la lapidación de Moctezuma es una invención”
Por último, el historiador Matthew Restall, autor del texto citado, menciona que el relato número cinco es el único que absuelve tanto a Moctezima II como a los mexicas y acusa a los capitanes españoles. Fue escrita por nahuas y por algunas fuentes peninsulares y semi-indígenas.
Según este, que tiene origen en el temprano siglo XVI, el emperador fue asesinado mediante estrangulamiento, una paliza hasta la muerte, una puñalada en alguna u otra parte del cuerpo, y fue cometido o planeado por los invasores europeos.
Al igual que como sucedió con otros gobernantes cautivos del Imperio Mexica o Azteca -Cacama de Tetzcoco, Itzquauhtzin de Tlatelolco, el tlahtoani de Tlacopanm, “Moctezuma murió en una masacre de la realeza indígena del imperio”.
“Este asesinato masivo es, exactamente, lo que hubiéramos esperado por parte de los capitanes conquistadores un día, o incluso horas antes, de aprestarse a huir de la ciudad, de noche y bajo la lluvia”
Aunado a esto, el especialista apuntó que el acto fue utilizado como una justificación de la “invasión, masacre y saqueo” que encabezaron los “conquistadores”.
“En verdad Moctezuma no se rindió, no cedió su imperio a los invasores; ellos estaban motivados a matarlo y eso fue lo que hicieron. A sangre fría, hundieron repetidamente sus espadas en los encadenados y desarmados señores del imperio. Al cabo de cinco siglos, ¿no será la hora de aceptar esta verdad tan incómoda?”, cuestionó Matthew Restall.
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