En México hay personas que tienen una gran fortuna. Tan solo Carlos Slim, empresario mexicano con una fortuna valuada en casi USD 56,000 millones se encuentra en la posición 16 entre los hombres más ricos del mundo, y es el más rico de México y Latinoamérica.
En segunda posición de los más acaudalados del país se encuentra uno de los hombres de negocios más reservados ante los medios y la sociedad. Su nombre es Germán Larrea, y es dueño de uno de los consorcios más poderosos del país: Grupo México.
Germán Larrea vio aumentar su fortuna en un 146.5% este 2021, pues en 2020 su fortuna estaba valuada en USD 11,000 millones, y este año aumentó a USD 27,110 millones, según la revista especializada en temas financieros Forbes. Esto lo hizo escalar de la tercera posición de los más ricos de México, a la segunda, solo superado por Slim.
El aumento notorio que tuvo su fortuna se debió a que Grupo México tuvo un desempeño más que favorable este año, y eso fue, prácticamente, lo que llevó a Larrea a escalar al segundo lugar. Los buenos resultados se debieron a mejores volúmenes de ventas y un mejor entorno en precios, además, su división minera tuvo un incremento de 35.5%, esto derivado del aumento que tuvieron los precios del cobre, plata y oro.
En el sector de los transportes, como consecuencia de la parálisis en la movilidad por el confinamiento obligado, debido a la pandemia del COVID-19, los ingresos disminuyeron 13.7%, mientras que en infraestructura la disminución alcanzó 9.6% como consecuencia de un menor aforo en autopistas.
En la parte de utilidades, la empresa de Larrea logró un significativo aumento, de 38.5% en la utilidad de operación como consecuencia una política de menores costos y uso eficiente de recursos. En 2020, las inversiones de la compañía estrella de Larrea superaron los 1,100 mdd. Las previsiones de inversión para 2021 se sitúan en 2,153 millones de dólares, impulsadas principalmente por una expectativa de recuperación económica.
Origen de Grupo México
El padre de Germán Larrea, Jorge Larrea, quien murió en 1999, le dejó a su hijo unas sólidas bases para lograr lo que hoy tiene. Larrea Ortega inició su carrera como empresario en el sexenio del expresidente Miguel Alemán Valdez, quien fue mandatario del país de 1946 a 1952. Fue en este periodo que inició su propia compañía constructora llamada Construcciones Jorge Larrea, que posteriormente tomaría el nombre de México Constructora Industrial, S.A. de C.V.
Posteriormente Larrea Ortega conocería al empresario italo-norteamericano Bruno Pagliai, quien en ese tiempo era considerado el hombre mas rico de nuestro país, llegando a ser su fachada legal en asuntos relativos al negocio de tubos en Veracruz, Tubos de Acero de México, S.A de C.V., conocido como TAMSA.
Fue a través de esta relación que Larrea Ortega llegó a ser accionista en aquella empresa, e inició su ascenso en el sector metalúrgico y siderúrgico. En aquel tiempo, Pagliai presentó a Larrea Ortega lo que más adelante se convertiría en su mayor pasión: los caballos y montar. El empresario italo-norteamericano acababa de mandar a construir el Hipódromo de las Américas, al poniente de la Ciudad de México, ante la insistencia de los presidentes Manuel Ávila Camacho y de Alemán Valdés.
En 1962, 12 líderes de negocios de México, incluidos Pagliai y Larrea Ortega, fundaron el Consejo Mexicano de Hombres de Negocios, el cual ha incluido, históricamente, a las familias más ricas de México.
Para 1965, Larrea Ortega dirigió a un grupo de inversionistas en la adquisición parcial de las propiedades mexicanas de la American Smelting and Refining Company y una adquisición parcial de la mina de cobre La Caridad, esto luego de que las leyes mineras favorecían a compañías de propiedad mexicana.
Posteriormente añadió más propiedades a la construcción minera, finanzas y ferrocarriles a su grupo, al tiempo que se extendía de la minería y la refinación, hacia el alambre y algunos otros productos de cobre. Pero fue durante el sexenio del expresidente Carlos Salinas de Gortari, entre 1988 y 1994, que la riqueza de Larrea Ortega se elevó de manera contundente, después de que la compañía minera de Cananea, que después se convirtió en el Grupo México, compró, en 1988, las acciones gubernamentales de la quebrada mina de La Caridad, a un precio excepcionalmente bajo de USD 680 millones, y ganó la puja por la Cananea, la compañía de cobre más grande de México, pagando por sólo USD 475 millones, nuevamente muy por debajo del precio en el mercado.
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