“Los gobiernos de Estados Unidos y México están devolviendo a decenas de miles de niños no acompañados que buscan seguridad a los países de los que acaban de huir, sin un proceso de selección adecuado y sin brindarles protección frente a los peligros a los que se pueden enfrentar a su regreso”.
Esa fue la alerta que expresó el pasado 11 de junio Amnistía Internacional, insistiendo en la gravedad de la deportación por parte de Estados Unidos y México de miles de niños migrantes no acompañados, que se ven obligados así a volver “a situaciones de peligro”.
La organización publicó el informe ‘Empujados al peligro’, que aborda las devoluciones de estos menores que parten de países centroamericanos con el objetivo de buscar protección en territorio estadounidense.
En este sentido, Amnistía Internacional lamentó que el “compromiso” por parte del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, y la vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris, de “aumentar la coordinación para el control de la inmigración”, se traduce “en ampliar la interceptación y la devolución de miles de niños y niñas no acompañados a un peligro potencial en sus países de origen”
Precisamente Erika Guevara Rosas, directora para las Américas de Amnistía Internacional, enfatizó en la urgencia de que se detenga la deportación de lo menores, por parte de ambos países. En un texto publicado esta semana, Guevara indicó que en Estados Unidos, el Departamento de Seguridad Nacional ha devuelto a más del 95% de los niños aprehendidos en la frontera entre noviembre de 2020 y abril de 2021, mientras que la cifra concreta asciende a más de 10.000, muchos de los cuales huían de la violencia en sus lugares de origen y/o buscaban reunirse con sus familiares que viven en EEUU.
Por el lado de México, la directiva señaló que el actual gobierno prácticamente hace el “trabajo sucio” a su vecino del norte, “el presidente mexicano, López Obrador, ha militarizado las regiones fronterizas de México para impedir que lleguen a Estados Unidos familias, niños y niñas del ‘Triángulo Norte’ de Centroamérica que huyen de la violencia y la pobreza”, escribió.
Entonces recordó que el pasado mes de marzo el Instituto Nacional de Migración (INM) “lanzó importantes operaciones en el norte y el sur de México para interceptar y deportar a los miles de niños y niñas centroamericanos no acompañados que se dirigían a Estados Unidos”, mientras en los primeros seis meses del año ya se han devuelto a 17.750 menores de edad a Guatemala, Honduras y El Salvador.
“De conformidad con la legislación tanto de México como de Estados Unidos, ambos gobiernos deben respetar el interés superior del niño o la niña y abstenerse de devolverlo a situaciones de posible peligro. En enero de 2021, México tomó importantes medidas para mejorar el trato dispensado a los niños y niñas centroamericanos no acompañados, entre ellas prohibir su reclusión en centros del INM”, afirmó Erika Guevara.
Asimismo subrayó una incongruencia de parte del gobierno mexicano que sigue devolviendo a menores mientras, indicó el SIPINNA le ha advertido que está violando la ley y los derechos humanos de los menores. por el peligro al que se les expone.
“En lugar de empujar a estos niños y niñas a situaciones de peligro, México debe facilitarles acceso al asilo en su territorio si es necesario, o coordinarse con las autoridades estadounidenses para permitir la entrada segura y ordenada de estos niños y niñas en Estados Unidos. El propio secretario Mayorkas afirma que más del 80% de los menores de edad centroamericanos no acompañados que migran a través de México pretenden llegar a reunificarse con familiares residentes en Estados Unidos, y que en el 40% de los casos, tienen esperándolos en ese país a su padre, a su madre o a un tutor o tutora legal”, señaló la funcionaria.
Según Amnistía Internacional, los niños representan uno de cada tres migrantes y solicitantes de asilo en la región, incluidos muchos a quienes han obligado a cruzar separados de sus familias solicitantes de asilo, tras ser rechazados por las autoridades fronterizas de Estados Unidos.
La directora para las Américas de la organización, Erika Guevara Rosas, ha avisado de que las devoluciones de estos menores desde Estados Unidos se llevan a cabo de “forma sumaria” y “tan solo una horas después de que busquen protección”, mientras desde México ejecuta las deportaciones de niños procedentes de Centroamérica “a pesar de que en Estados Unidos tienen familia con la que intentan reunirse”.
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