El estado de Tamaulipas vivió una de sus jornadas más violentas el pasado 19 de junio, donde integrantes del crimen organizado cobraron la vida de 14 personas en varias colonias de la ciudad de Reynosa; entre ellos se encontraba Ángel Fernando Ruiz Flores, joven de 19 años y menor de cinco hermanos.
Fernando Ruiz, oriundo de Río Bravo, realizaba labores de albañilería y fontanería para poder pagar sus estudios en enfermería; el trabajo lo consiguió su padrastro Jesús Martínez, dentro de una compañía que presta sus servicios a la Comisión Municipal de Agua Potable y Alcantarillado de Reynosa.
El sábado, Fernando se encontraba arreglando un drenaje en la colonia Almaguer cuando comenzaron los disparos, su padrastro ordenó a los trabajadores entrar a una casa para resguardarse, sin embargo, el joven y otros dos de sus compañeros murieron al ser alcanzados por el comando armado.
“Lo mataron a sangre fría, a él y a dos de sus compañeros”, expresó su hermana, Olga Ruiz.
Este lunes su cuerpo fue velado en la funeraria Río Bravo por sus familiares y amigos; poco después de las tres de la tarde partieron al panteón para darle su último adiós.
Entre llantos, familiares y compañeros se reunieron alrededor de su féretro para despedirlo, “jamás pensamos que íbamos a estar a estas horas, en este lugar, en este día”, indicó uno de los asistentes.
El estudiante de enfermería es parte de la cifra de otras 13 personas que perdieron la vida por sicarios que ingresaron a la ciudad de Reynosa a bordo de varios vehículos, el tiroteo provocó la movilización del Ejército, la Guardia Nacional, la policía estatal y la Fiscalía del estado; un día después, las autoridades confirmaron haber abatido a 4 de los implicados.
“En relación con los condenables hechos registrados en Reynosa, los cuales cobraron la vida de ciudadanos inocentes, giré instrucciones para esclarecer a la brevedad lo ocurrido y se proceda contra los responsables”, dijo el gobernador de Tamaulipas, Francisco García Cabeza de Vaca.
Expresó su solidaridad a las familias de las víctimas que murieron por las acciones del crimen organizado y expresó que su gobierno les brindará el apoyo necesario “en estos momentos difíciles”.
“Las organizaciones criminales deben recibir por parte del Gobierno Federal una señal clara, explícita y contundente de que no habrá espacios para la impunidad, ni tolerancia ante sus reprobables conductas delictivas”, finalizó.
Por su parte, el Comité de Derechos Humanos (CDH) de Nuevo Laredo indicó que los delincuentes aprovecharon la ausencia de policías estatales y autoridades federales para disparar sin motivo alguno.
Asimismo, expresó sus condolencias a familiares de víctimas fallecidas y deseó la pronta recuperación a los sobrevivientes del ataque; señaló que en la ciudad falló el Sistema Estatal de Seguridad Pública, por lo que quedó en evidencia la falta de comunicación efectiva entre las autoridades estatales y federales para proteger a la población.
Declaró que, de acuerdo con testimonios, por más de una hora se generaron llamados de auxilio a las autoridades al 911, otros compartidos por mensajes de telefonía celular o redes sociales para denunciar los ataque armados y “ninguna autoridad federal o estatal respondió oportunamente a estos llamados”, lo que provocó un ambiente de terror colectivo y una percepción de inseguridad total.
El presidente del CDH en Nuevo Laredo, Raymundo Ramos, consideró urgente que la Fiscalía General de la República (FGR) investigue los hechos, considerando que en la entidad existe una desconfianza hacia el titular de la Fiscalía del Estado, Irvin Barrios Mójica, por convertir la institución en un instrumento de venganza política al servicio del gobernador.
“Estamos ante un evidente acto de terror post electoral hacia la población de Reynosa y probablemente ante un mensaje de advertencia para el resto de los municipios de Tamaulipas”, sentenció el presidente de la CDH.
SEGUIR LEYENDO: