De Aguililla a Tijuana: el drama de los desplazados por el CJNG a los que persigue la violencia

Cientos de familias de Michoacán han dejado sus comunidades en los últimos meses por el terror desatado en el estado. Huyen a Tijuana, donde también sufren el embate de agrupaciones del crimen organizado

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(Fotos: Cuartoscuro)
(Fotos: Cuartoscuro)

Entre Aguililla y Tijuana hay 2,538 kilómetros de separación; sin embargo, en ambos lugares se vive la violencia desatada por agrupaciones del crimen organizado. Éstas regiones, una en Michoacán y otra en Baja California, respectivamente, son disputadas por el cártel más peligroso de México, Jalisco Nueva Generación, que además del tráfico de drogas, extorsiona, roba y secuestra a los habitantes.

Aguililla es una zona que representa un riesgo de manera constante. En semanas recientes la violencia desatada entre el CJNG y las células locales —que han terminado en agruparse en la organización criminal como Cárteles Unidos— ha golpeado con fuerza la zona, provocando así el desplazamiento de las personas. Según cifras oficiales, una tasa de 193.3 por cada cien mil habitantes.

Bloqueos reportados en redes sociales
Bloqueos reportados en redes sociales generados por Cárteles Unidos (Foto: Twitter/UnidadDeInteli1)

Huyen a Tijuana (al norte del país) para pedir asilo en Estados Unidos. Sin más, se juegan la vida tratando de cruzar por zonas peligrosas para luego entregarse al otro lado.

Recientes reportes indican que el cártel dirigido por Nemesio Oseguera Cervantes, el Mencho, ha incursionado en un nuevo y lucrativo negocio: la trata de personas.

Santiago Nieto, titular de la Unidad de Inteligencia Financiera de México (UIF), ha dicho que este cártel se ramificó hacia la trata sexual, especialmente en la región norte del país.

Tijuana, Baja California, fronterizo con
Tijuana, Baja California, fronterizo con Estados Unidos Foto: REUTERS/Mike Blake)

La vecindad con Estados Unidos hace de Tijuana una ciudad violenta. En 2016, Tijuana alcanzó su año más sangriento en una década. Esto tenía una explicación: el Cártel Jalisco Nueva Generación había decidido adueñarse de esa parte de la frontera y comenzó a pelear las narcotiendas colonia por colonia.

En alianza con lo que quedaba del cártel de los Arellano Félix, la organización del Mencho desató una fiera guerra criminal en contra del grupo que en Tijuana se había vuelto el dominante: el Cártel de Sinaloa, a cuyo frente se ubican a Ismael el Mayo Zambada y los hijos de Joaquín el Chapo Guzmán.

La violencia en Michoacán

Las cosas están lejos de tranquilizarse en Tierra Caliente, Michoacán. Pese a que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador ordenó que fuerzas de la Guardia Nacional y del Ejército se desplegaran, la lucha armada entre el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y Cárteles Unidos continúa.

Los últimos capítulos se han dado a conocer vía redes sociales. En videos de poca duración, aparecen integrantes del CJNG encapuchados y mostrando armas de alto poder. Los encargados de transmitir los mensajes se dirigen a la sociedad de Aguililla, advirtiéndoles que de esa guerra, ellos son los vencedores.

Durante su alocución, el sujeto del CJNG también se dirige a sus rivales para avisarles que dejen sus armas guardadas y huyan de la zona. Unos días antes, Cárteles Unidos había acudido a las redes para enviar mensajes. En esa ocasión, los sicarios pedían la ayuda del Ejército.

Aprovechando el anonimato que les otorgan las capuchas, los miembros del CJNG no dudan en dar nombres y apellidos como el presuntos líder criminal Chirrios Revueltas, presuntamente ligado a Cárteles Unidos.

López Obrador ha dicho que hace semanas, las fuerzas federales permanecerían en Michoacán hasta que se consiguiera la paz; sin embargo, no parece que vaya a ser pronto.

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