Este martes se informó sobre el fallecimiento de Leobardo Hernández Regino, originario de la comunidad de Xuchitlán en el municipio de San Salvador, Hidalgo, quien resultó herido en medio de las manifestaciones en Pachuca frente al Palacio de Gobierno por un proyectil de gas disparado por elementos de seguridad.
Leobardo permaneció bajo atención médica en el Hospital General de Pachuca, con lesiones graves en el rostro y cráneo en terapia intensiva.
Por lo que este miércoles pobladores de la localidad se dieron cita afuera de palacio de gobierno con el féretro de su compañero y vecino, quien murió tras varios días hospitalizado, luego de ser impactado por un multilanzador presuntamente dirigido a los manifestantes por un policía estatal.
Una caravana de vehículos escoltaba una carroza de color blanco, en donde era transportado el ataúd con el cuerpo de Leobardo, en un cortejo fúnebre que comenzó en la calle de Gómez Pérez.
Sus vecinos portaban pancartas con mensajes de “Leobardo nunca te olvidaremos, el pueblo te recordará por siempre”, “Leobardo, hermano, eres un guerrero que diste todo por su pueblo” y otras exigiendo saber quien dio la orden de disparar los presuntos cartuchos de gas lacrimógeno que ocasionaron la muerte del hombre de origen indígena al golpear su cabeza, detalló el medio local Cambio Vespertino.
Una camioneta con altoparlantes responsabilizó al gobierno del estado por la muerte de Leobardo y pedía al Gobierno del estado que acabar con la represión del pueblo que lo eligió.
Molestia, enojo e indignación fue lo que externó la caravana que acompañaba un último recorrido del manifestante de Xuchitlán en Pachuca, antes de llevarlo a su lugar de origen, en donde se demandaba que el gobierno del estado se responsabilice de este hecho.
Esta vez a las afueras de palacio de gobierno no había más que vallas metálicas, y en cercanías en la calle de Cuauhtémoc, aguardaba un contingente de policías, sólo que esta vez la mayoría eran municipales.
Por el altavoz se demandaba el camino del diálogo y solución a las peticiones de las comunidades indígenas, “escúchenos señor gobernador, venimos pacíficamente”.
¡Justicia, justicia! es el reclamo de sus vecinos y familiares en el sitio donde fue lesionado el pasado primero de junio. Una dramática imagen fue ver el féretro que transportaba a Leobardo al punto donde le quitaron la vida.
El ataúd color café y banderas de México se bajó de la carroza y colocado exactamente en Avenida Madero donde ocurrió la agresión.
En el punto donde cayó, se montó una guardia de honor, se encendió una veladora en honor a Leobardo, se guardó un minuto de silencio y los habitantes de Xuchitlán y otras comunidades que acudieron en apoyo a sus vecinos cantaron el himno nacional en nhänhü.
Una cruz, un mensaje en el pavimento y flores en donde se desangró, también recordaron a este joven que se convirtió en héroe de su comunidad, quien se trasladó en el cortejo de regreso a casa entre aplausos de los suyos, también de sangre indígena.
ntre sus demandas están la pavimentación de unas carreteras de terracería que colocó el gobierno, la construcción de un módulo administrativo del Colegio de Bachilleres del Estado de Hidalgo, que se coloque techo en la escuela primaria Raza Otomí y el preescolar Luis Donaldo Colosio.
También exigen que se concluyan las obras de una planta de tratamiento de aguas residuales, del drenaje sanitario, del sistema que lleve agua potable a los habitantes de la comunidad y la construcción de un Centro de Salud para Xuchitlán.
Eran esas las exigencias que intentaban hacer llegar a los oídos de Omar Fayad, cuando la policía detonó proyectiles con gas lacrimógeno ante la intención de los manifestantes de introducir al edificio de gobierno una comisión de 15 personas para tratar el tema.
En un video publicado en redes sociales se ve como el contenedor del gas golpea en la cabeza a quien medios locales identificaron como Leobardo Hernández Regino, dejándolo inconsciente. Más tarde, en el mismo video y otros, se ve su cuerpo rodeado de un charco de sangre mientras la policía lo rodea en espera de atención médica.
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